Capítulo 3: Un poco de rarito y otro poco de normal ...

312 12 0
                                    

Apoyándome en su hombro, Jason me sostuvo y me guió hasta el salón para sentarme en el sofá. Él me estudió de pie y salió un momento para volver con las gasas y el alcohol. Se sentó a mi lado y me miró con media sonrisa. Me incliné para coger de sus manos lo que había traído y me lo retiró.

-Yo te curaré – me miró severo – pon tu rodilla sobre mis piernas.

-¿Quién te crees que eres? – enarqué una ceja.

-No soy nadie, sólo intento ayudarte. Quizás así confíes un poco en mí – sus ojos encontraron los míos. No supe lo que me transmitió, pero algo me decía que le hiciera caso.

-Me acabas de decir que hago bien en no confiar en ti – respondí poniendo la pierna sobre las suyas mientras aguantaba mi peso con las manos sobre el sofá.

-Una cosa es lo que está bien. Otra lo que yo quiera conseguir – su tono orgulloso y confiado de sí mismo me repelieron – Por lo general hago lo contrario a lo que está bien. ¿Y tú?

Esparció un poco de alcohol sobre la herida y gemí de dolor echándome hacia atrás y tumbándome en el sofá sin poder aguantar la punzada en la rodilla. Sentí que Jason soplaba sobre la superficie para aliviar el escozor. Después colocó una gasa y la pegó con esparadrapo. Suspiré.

-Gracias – dije avergonzada de que alguien me hubiera visto en esas condiciones.

-No es nada – ladeó la cabeza – ¿Vas a contestar mi pregunta?

-Yo … hmmm, bueno … Suelo cumplir las normas – me incorporé y me encogí de hombros.

-Eso es aburrido – torció sus labios con maldad.

-En resumen, soy aburrida – bufé. No es que estuviera ofendida, era la verdad. Sin embargo algo en mi interior quería que yo le resultara interesante a aquel chico y me sentí decepcionada conmigo misma.

-Puedes aparentar eso – contestó – Yo creo que no has tenido la oportunidad de demostrar de lo que eres capaz.

-¿Propones que te lo demuestre a ti? – volví a alzar las cejas con algo de burla.

-Te saldrá solo, sin ni siquiera intentarlo – se levantó del sofá y me miró desde arriba – ¿Quieres quedar mañana?

-No tengo nada que hacer – me encogí de hombros – Salvo conocerte para ese dichoso trabajo de ética – torcí los labios – ¿Qué quieres que hagamos?

-No suelo salir con chicas como tú – sonrió – Mejor elige tú, no quiero asustarte con mi elección – tras su gesto de diversión, algo perverso se escondía en su rostro.

-Mmm … yo directamente no salgo nunca con nadie – rodé los ojos – Lo que elijas tú será mejor – dije con cansancio por no saber como actuar y socializar.

-_____, quiero saber lo que te gusta hacer. Quiero que seas tu misma y te sientas cómoda conmigo. Cualquier sitio, cualquier cosa con lo que te sientas relajada – rogó.

Pensé en el único lugar donde dejaba de fingir y me sonrojé por lo extraña que podía ser mi idea. Sacudí la cabeza para mí misma deshaciendo aquel pensamiento y volví a mirar los ojos de Jason. Su mirada exigía una respuesta sincera y estaba forzada a abrirme a aquel chico.

-El cementerio – susurré agachando la cabeza.

-¿Qué? – demandó.

-Olvídalo, será mejor que vayamos a tomar un café como cualquier persona normal diría – negué con la cabeza mientras observaba sentada el suelo.

-¿Has dicho el cementerio? – se agachó poniéndose en cuclillas entre mis piernas para alzar la cabeza y encontrar mis ojos avergonzados. Los cerré negándome a revelar lo que sentía – Puedo ser tan anormal como tú, ¿sabes? – desplegué los párpados y lo miré escéptica – Podemos ir al cementerio y … tomar un café – sonrió – Un poco de rarito y otro poco de normal – se burló.

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora