Capítulo 32: No quiero molestarte

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Cuando Janelle me dejó en la enorme mansión salí del coche y fui directamente al dormitorio para dejar escondido el vestido y el resto de cosas que había comprado. Me asomé a la ventana pero no los veía, aun así podía escuchar a los chicos vociferar en el jardín mientras reían.

Animada, bajé las escaleras y fui a la parte trasera de la casa para encontrarme con ellos alrededor de la piscina. Dober estaba tumbado en una tumbona, Ian estaba sentado en el borde de la piscina con los pies en el agua y para variar, Jason y Peyton jugaban con globos de agua.

Me quedé apoyada en el marco de la puerta de cristal viendo como mi chico se divertía con su amigo y sonreí en el acto.

A pesar de que el sol ya estaba cayendo todos seguían en bañador con sus torso desnudos. Jase corría para esquivar los globos de Peyton. Tenían dos cubos llenos de ellos inflados con agua. Uno a cada lado. Aquello era una guerra.

Sin saber muy bien que hacer y no querer interrumpir me senté en la tumbona al lado de Dober.

– Hey ____ – saludó al verme.

– Hola Dober – me di cuenta de que tenía un gran tatuaje en su omóplato, uno idéntico al que llevaba Ian en el mismo lugar – ¿Tatuaje de hermanos? – pregunté señalando su espalda.

– Y de padre – sonrió asintiendo – ¡Jason! – llamó de repente – ¡Mira quien llegó!

Todos voltearon a verme. Incómoda alcé la mano para saludar y miré a otro lado. Enseguida noté una figura frente a mí que se inclinó para robarme un beso. Se puso en cuclillas y sonrió apoyando sus manos en mis rodillas.

– ¿Pasaste calor? – sonrió.

– Oh, no. Conozco esa pregunta – lo señalé sabiendo que pretendía.

Rió echando la cabeza hacia atrás para soltar su carcajada. Entonces un impacto chocó contra mi espalda y maldije por dentro. Toda mi camisa se había mojado en la parte trasera. Volví mi vista mientras todos carcajeaban y miré a Peyton con maldad.

Me levanté dignamente y fui a coger un globo de agua para cada mano del cubo que ya estaba a la mitad. Los chicos se burlaban. Peyton se fue lejos de mí así que sin que lo esperara, lancé el primer globo de agua a Jase y justo golpeó su frente mojándole toda la cara. Cerró los ojos y se sacudió el pelo. Cuando se levantó empecé a correr con el otro globo en mi mano mientras reía.

Peyton no podía parar de reír por la escena entre Jason y yo.

– ¿Crees que me olvidé de ti? – le pregunté a lo lejos.

Peyton dejó de reír, sin embargo, no huyó como yo esperaba. Al contrario, se acercó a mí y no me dio tiempo a lanzarle el globo porque me cogió de la cintura para elevarme del suelo y llevarme al borde de donde estaba la parte más profunda el agua.

Reí y todos se contagiaron de mi risa. No merecía la pena suplicar, sabía que estaba condenada a mojarme a no ser que …

– No sé nadar – mentí – Ni se te ocurra tirarme.

– Hmm, ¿Por qué no te creo? – preguntó Peyton.

– En serio, si me tiras alguien tendrá que ir tras de mí para salvarme – no podía parar de reír.

– Eso no tiene gracia, ¿de qué te ríes? – se burló Ian.

– Estoy histérica – bromeé – Suéltame.

Con el globo aún en mi mano alcé el brazo y lo apreté para que toda el agua cayera sobre su cabeza. No podía parar de reír.

– Esa te la debía – me mofé.

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora