Capítulo 31: No voy a vivir en el pasado

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El sol se había puesto y el cielo estaba anaranjado. Suspiré levantándome del sofá y empecé a caminar por la sala con el libro en mi mano, intentando memorizar los últimos puntos que entrarían en el examen. Solté aire frustrada.

– Voy a suspender – dije agobiada.

– No lo creo. Chicas como tú nunca suspenden – rió.

– ¿Chicas como yo? – enarqué una ceja – ¿Me llamas empollona?

– Yo no lo dije – alzó las manos – Lo dijiste tú – se burló.

– Tiempo de descanso – le quité las hojas que estaba leyendo – empieza a correr.

Él se levantó de un salto y salió corriendo del estudio mientras yo iba detrás de él. Me acordé del día de mi cumpleaños. Perseguirnos parecía nuestro juego preferido. Lo seguí hasta el salón cuando él se giró repentinamente y me cogió entre sus manos para besarme. Me fundí en el contacto. Mis manos se posaron sobre su pecho mientras las suyas bajaron de mi cintura a mis caderas.

Recordando como habíamos llegado allí me aparté tirando de su labio inferior.

– No soy una empollona – dije mirándolo mal.

– Me encanta hacerte rabiar – rió besándome de nuevo – Muerdes duro, nena – siseó sobre mis labios provocándome una corriente eléctrica.

Sus manos bajaron a mis nalgas. Me levantó haciéndome escapar un pequeño grito. Jason metió su lengua dentro de mi boca. Su lengua acarició la mía haciendo que me excitara. Enredé mis piernas alrededor de su cadera mientras tiraba de su pelo.

Jason gruñó sobre mi boca mientras me llevaba en volandas hasta reposarme sobre el piano mientras se apretaba entre mis piernas. Gemí al notar su miembro sobre mi vientre.

– Jase – mascullé.

Su boca se dirigió a mi cuello besándome fuertemente. Su lengua trazó circunferencias sobre mi piel mientras subía sus manos por debajo de mi camisa. Al llegar a mis senos sonrió rozando sus dientes contra mi cuello.

– Sin sujetador, nena – se mofó – me encanta.

En un instante alzó la camisa y me liberó de ella. Sin querer quedarme atrás yo también le quité la suya. Sus ojos llenos de picardía se fijaron en los míos. Estaba ardiendo de deseo. Paseé con mis manos sus torneados pectorales hacia sus hombros y sus bíceps.

Rodeé su cuello con mis brazos y aproximé mis labios hacia su pecho para dar suaves y mojados besos. Jase me retiró y me empujó hasta que mi espalda se pegó a la superficie del piano. Sus manos no soltaron las mías mientras dejaba calientes besos en la piel ardiendo de mi vientre. Fue bajando hasta el borde de mis holgados y pequeños pantalones.

– Jason – jadeé – ¿en el piano?

– ¿Estás incómoda? – soltó mis manos y puso sus ojos a la altura de mi mirada. Negué con la cabeza tímidamente – Sabes que podemos parar en el momento que no quieras hacer algo.

Asentí mordiendo mi labio nerviosamente a pesar de que su frase había sido una afirmación. Me relajé mientras él se deshacía de los calcetines que llevaba y bajaba mi pantalón junto con mis braguitas. Me sonrojé cuando me quedé desnuda al completo, sentada sobre el piano.

– Déjame guardar esta imagen en mi cabeza – dijo lamiendo sus labios. Crucé mis piernas incómodamente – Te ves como una diosa, cariño.

Sus susurros se fueron acercando hacia mis labios. Los últimos rayos de sol entraban por la ventana golpeando a su torso desnudo. Sin tardar mucho, Jason se deshizo del resto de su ropa y se puso un preservativo. Me puse roja al ver como se lo ponía. Me dio más vergüenza cuando Jase encontró mi mirada en su miembro. Mordí mi labio y él rió.

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora