Capítulo 39: No me olvides. ¡Ni lo intentes!

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Narra ____

-No podemos seguir juntos.

Sentí como mi respiración desfallecía. Mientras miraba a sus ojos torturados que me estaban aplicando el mayor de mis castigos consciente o inconscientemente. No importaba nada. El mundo cayó a mis pies, no, se hundió bajo el subsuelo. El latido de mi corazón se aceleró. Todo me empezó a dar vueltas mientras yo asimilaba las palabras que me acababa de decir.

No fui capaz de mover un solo músculo a la vez que perdía mi vista en el infinito de sus piscinas mieles. Rogué que aquello no fuera real y todo fuera una maldita pesadilla.

El rostro de Jason me decía que él no quería aquello pero su tono lo había dejado claro, estaba decidido a hacerme a un lado de su vida.

-No … – fue lo único que pude murmurar con el hilo de voz que encontré forzosamente.

-Tienes que irte – dijo firme.

-Jase – rogué.

-Vete.

Me estaba echando y nada en la vida había sido tan duro de escuchar. La persona que siempre me había sostenido entre sus brazos me apartaba de él como en la peor de mis pesadillas. Quise aferrarme a su pecho y abrazarlo asegurando que no me iría de allí.

Pero a pesar de la debilidad de su cuerpo su espíritu permanecía fuerte, él sabía lo que estaba haciendo y no sabía porqué, pero estaba devastando todo lo que su amor había construido en mi interior. Quise caer. Noté mis piernas temblar. Pronto iba a empezar el llanto y yo no quería que él viera aquello. No, antes de que la primera lágrima saliera cerré los ojos y me di la vuelta.

Cogí aire y me impulsé desde el borde de la cama para correr sin mirar a la persona que estaba abandonando … sin embargo, algo me hizo mirar sobre mi hombropara darme cuenta lo que estaba dejando atrás. Una lágrima calló mientras bajaba las escaleras.

Corrí como una desquiciada hasta salir del hospital y cuando estuve fuera no me detuve. Seguí corriendo como si algo me estuviera persiguiendo, posiblemente los recuerdos de los quería huir y no quería dejar que me alcanzaran … suficiente en mi vida había llorado. Pero como si yo no tuviera esperanzas de ganar aquella carrera las imágenes empezaron a llegar a mi mente. La primera vez que me sonrió como él sabía para sonrojarme, nuestro encuentro en el cementerio, la primera vez que me besó, la manera en que él me perseguía con la mirada en todo momento, el tiempo en que me sostuvo cuando iba a caer … Y en ese momento caí sobre mis manos y mis rodillas sin saber donde estaba. El agua brotó de mis ojos sin ver nada más que el borrón negro del asfalto. No entendía como podía haber sucedido aquello. Estaba perdida. Estaba desolada. Había perdido a la persona que me sostenía en sus manos. La persona que más amaba me había roto el corazón en mil pedazos y nada ni nadie lo iba a poder reconstruir. Con él lo había perdido todo. Me había quedado sin mi hogar.

Aquel sueño se repetía constantemente desde hacía una semana. El caso era que no era un sueño realmente, de vez en cuando habían cambiado algunas imágenes, pero básicamente aquello había sido lo que pasó cuando salí del hospital. No había tenido noticias suyas desde entonces, ni de Jason ni de el resto de su familia. En ese momento me encontraba en la casa de mi tío Lucas con su esposa Ally y mi primo Peyton. Ellos me están dejando dormir en su casa. Son muy amables, pero yo no puedo evitar sentirme una intrusa a pesar de que ellos insisten en que me sienta como en mi casa. Era curioso que en ese año estuviera cambiando tanto de casa. Me daba igual, tenía pensado irme a algún estudio en alquiler para no molestar a nadie.

No es que agradeciera que fuera domingo. No tenía trabajo y por la tanto nada que hacer. Me había ofrecido mil veces a ayudar a Ally con cualquier tarea de la casa pero al parecer ella lo tenía todo bien organizado y no había nada que hacer en el fin de semana.

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora