Capítulo 30: Ese era Jason McCann

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Escuchaba una voz femenina dando explicaciones a alguna persona. Noté que estaba tumbada sobre una superficie bastante incómoda. Mis ojos se sentían pesados cuando intentaba abrir los ojos. Algo producía escalofríos por mi piel. Noté unos dedos dando caricias a lo largo de mi brazo y una mano enredada con la mía.

– ¿Jase? – balbuceé.

– Estoy aquí – susurró dando un beso en el dorso de mi mano.

Me sentí aliviada y más tranquila al notar su voz. Noté pasos entrar y la misma mujer que estaba fuera empezó a hablar.

– Bieber, puede irse a su clase. Yo me encargaré de la señorita Cooper.

– Ya se lo he dicho. No me voy de aquí sin ella. No la voy a dejar sola.

– Su padre está en camino – anunció con voz cansina la mujer.

– ¡Entonces mucho menos! – bramó enfadado.

Mi cuerpo se estremeció tanto por la reacción de Jason como por la noticia de que Greg venía allí.

Abrí los ojos repentinamente impulsada a querer salir corriendo de aquel lugar. Estaba en la enfermería del instituto. Tenía una vía intravenosa junto con una mascarilla en mi boca y estaba tumbada en un camilla. Un foco golpeaba sobre mi cara. Parpadeé y dirigí mi mirada a Jason. Se veía torturado.

– Quiero irme de aquí – dije con carraspera.

– Lamento decirte, pequeña, que te has desmayado. Tu padre tiene que venir a dar parte y posiblemente dé permiso para que salgas del instituto.

– Fue solo ansiedad – bufé –, estoy bien.

– No puedes salir de aquí por las buenas – la enfermera se cruzó de brazos negándose a ceder ante mi súplica.

– Pues entonces será por las malas – protesté deshaciéndome de la mascarilla dispuesta a todo.

Me levanté de la camilla rápidamente. Demasiado rápido. Jason me cogió la cadera para que no cayera. En un instante empecé a quitar la gasa en mi antebrazo para quitarme la vía. La enfermera corrió hacia mí para sentarme de nuevo gritando que me quedara quieta.

– ¡¿Estás loca?! – me preguntó sin entender nada.

– Loca estaría si me quedara a ver al desgraciado de Greg Cooper. Si me dio ansiedad es por problemas que no tengo porqué explicar. Así que si no le importa – me levanté de nuevo enfrentando su mirada – me voy a seguir mis clases.

– Pero …

– Si ese hombre se presenta de verdad por mí, mándele un saludo de mi parte – atajé.

Jase cogió mi mano y la apreté con fuerza rogando que no me dejara caer. Salí de la enfermería a paso firme custodiada por mi pareja. En cuanto estuve en el pasillo empecé a dirigirme fuera del instituto. Necesitaba aire puro. Cuando estuvimos fuera me apoyé contra la puerta y cerré los ojos.

– ¿Quieres ir a mi coche? – ofreció Jason colocándose frente a mí.

– No – suspiré –. Sólo quiero un respiro.

El aire húmedo por la lluvia me encantaba. Hacía algo de fresco pero me sentaba bien para espabilarme y poner en acción todos mis sentidos.

– ¿Estás bien? – cogió mis manos entre las suyas. Me limité a asentir –. Me diste un susto de muerte hace media hora.

– Lo siento – volví a suspirar – No sé que me pasó.

– Yo sí. Estás muy estresada – su manó elevó la mía y plantó besos sobre mis nudillos –. Es normal. Han pasado demasiadas cosas en nada de tiempo y aún lo estás asimilando. Intentas fingir que todo está bien ahora pero yo sé que te estás comiendo la cabeza. Y no es de extrañar … Nena, yo te entiendo.

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora