Capítulo 28: No te alejes de mí. Eres mía

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Tras la íntima ducha habíamos salido envueltos en unas toallas. Jason sonreía feliz mientras ambos mirábamos que ponernos en el armario. Sin dudarlo mucho yo saqué el vestido de rojo que había

comprado para mi cumpleaños y que aún no había utilizado. Lo presioné contra mi pecho para que Jase no viera como era y busqué mi ropa interior en un cajón para después darme la vuelta en dirección al baño.

– _____ – me llamó Jase. Enseguida me di la vuelta y lo vi mirarme de una forma que no llegué a identificar – Te quiero – dijo alto y claro tras tragar saliva.

Sonreí ampliamente y me acerqué a él para darle un rápido beso en los labios poniéndome de puntillas. Jason sonrió con ternura viendo mi pequeña estatura y se agachó para devolverme el beso.

– Yo también te quiero, Jase – me separé de él apretando la toalla contra mí – Ahora arreglate que yo voy a hacer lo mismo.

– No uses maquillaje – arqueé una ceja – Me gustas así. Con tu pelo revuelto y natural. Es sexy. No necesitas nada más. Eres preciosa.

– Gracias – me colgué de su cuello y volví a dejar un beso en sus labios que él recibió gustoso

– Eres único haciéndome sentir así, ¿sabes?

Di un pequeño mordisco a su labio inferior y me separé para finalmente irme al baño, no sin antes dedicarle un guiño coqueto. Lo escuché reír mientras cerraba la puerta tras de mí.

Me quité la toalla y me puse mis bragas negras de encaje. Me coloqué el vestido rojo y lo abroché por la cremallera del costado. Era un vestido muy ceñido a cada parte de mi cuerpo. No había ni una arruga ni una zona que no se marcara con el material que se pegaba a mi cuerpo como una segunda piel. El vestido tenía transparencias desde el pecho, cubierto por relleno cosido en interior, hacia los tirantes finos que cubrían mis hombros uniéndose en mi cuello con un broche. Mi espalda superior quedaba expuesta de manera provocadora.

Me humedecí el pelo y lo peiné con un poco de espuma para que las ondas quedaran definidas cuando cayeran por mi pecho. Me mordí el labio mirándome al espejo. Nunca me había visto tan provocativa … y eso que no llevaba maquillaje. Tenía dudas sobre lo que opinaría Jason pero aquel vestido me lo había comprado para él, así que se lo tenía que enseñar.

Dudosa salí descalza del cuarto de baño para ver a Jase frente al espejo mientras se acicalaba el pelo en punta. Sonreí al verlo con unos pantalones bajos, unas Supras y una camisa que torneaba sus músculos. Iba todo vestido de negro … me gustaba.

Se giró al sentir mi mirada y abrió los ojos recorriendo mi cuerpo de arriba abajo hasta que sonrió al ver mis pies desnudos. Me sonrojé mientras reía por mi descuido y me acercaba a él.

– Te ves muy bien – comenté pasando un dedo por encima de su pecho – De negro, muy misterioso. Me encanta – dije mordiéndome el labio dándole un repaso.

– Hmm … – sonrió pícaramente cuando me alzó el mentón para recuperar el contacto visual.

Cuando cogió mi mano y me hizo dar una vuelta sonreí – Tú te ves … – soltó un suspiro – endiabladamente sexy.

– ¿No era un ángel? – protesté bromeando poniendo los brazos en jarras.

– Ahora eres mi diablesa vestida de rojo – sonrió y me rodeó la cintura – Me encanta, ____, pero no te alejes de mí esta noche, por favor.

– Me compré este vestido por ti – admití – Jamás llevaría esto para dedicárselo a otra persona.

– Eres mía – sonrió torciendo los labios hacia arriba.

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora