Capítulo 26: Cuanto menos sepas, mejor

291 11 0
                                    

Me desperté de repente. Abrí los ojos de par en par sintiéndome desorientada. Estaba en la habitación de Jason. Desde mi posición veía la ventana tapada por una cortina y el escritorio a un lado. Todo daba una sensación de amplitud impresionante a la vista.

Sentía las manos de Jase descansar sobre mi barriga con su brazo apoyado en mi cintura. Estaba tranquila con él. Su respiración era tenue y cada vez que tomaba aire su pecho chocaba contra mi espalda. Seguíamos desnudos como la noche anterior.

Recordé lo que había pasado y me sentí enrojecer. Había sido increíble, tierno pero salvaje a la vez.

Si te hago daño muérdeme” Recordé. ¿Cómo se suponía que no me iba a morir con aquella frase?

Suspiré entrelazando mis dedos con los suyos delicadamente. Su aliento calentaba mi cuello mientras él dormía. Aquella sensación era realmente plácida. Me dieron ganas de quedarme en aquella cama para el resto de mis días en aquella posición.

– _____ – susurró.

Me estremecí con su voz ronca y cerré los ojos asimilando lo que estaba pasando. Noté el cuerpo de Jason acercarse más a mí apretando nuestros cuerpos. Sentir su piel con mi piel hizo que se me acelerara el corazón.

– ¿Cómo estás? – preguntó en mi cuello.

No me había parado a analizar mi estado físico. Me sentía tan bien emocionalmente que no me importaban las secuelas que hubiera en mi cuerpo. Me paré a autoevaluarme. No parecía que hubiera dolor ninguno, tan solo me sentía pesada … Más probable por cansancio que por lo que él quería saber.

– Estoy bien – siseé sin abrir los ojos.

– Todo esto se siente extraño – suspiró – Levantarse en la mañana con alguien a tu lado después de haberlo hecho es increíble.

– ¿Nunca dormiste con una chica? – me sorprendí.

– Tú eres la primera – hizo que me diera la vuelta y miró hacia abajo antes de clavar su ojos en los míos –. Y la única.

Me sentí tímida. Intenté tapar un poco mi pecho con el brazo y bajé la vista de sus ojos. Sus ojos mieles podían ser muy intimidantes. Sus labios se aproximaron a los míos mientras alzaba mi barbilla con dos de sus dedos. Fue suave y delicado. Se separó de mí sonriente.

– ¿Qué te gustaría hacer hoy?

– Hmmm – pensé. Sentí mi barriga darme un toque de atención – Primero desayunar.

– No hay comida – rió –. Te invito a una cafetería – propuso.

– Y después nos vamos de compras – sonreí imaginándome a Jason en un supermercado.

– Hecho.

Besó la punta de mi nariz y se movió quitando las sábanas de encima de su cuerpo para levantarse de la cama. Su cuerpo quedó totalmente a mi vista. El término que lo hubiera definido en ese instante era majestuoso. “Oh, Jase” suspiré interiormente contemplando su atractivo. Jason cogió los boxers del suelo y se los puso. Cuando alzó la vista y me pilló mirándolo torció los labios hacia arriba y me puse roja como un tomate. Me tapé con las sábanas riéndome como una niña a la que le habían pillado una travesura.

– Voy a darme una ducha – avisó riendo –. Si quieres te puedes unir.

Asomé los ojos fuera de la sábana y lo vi caminar hacia la puerta del baño. Tentador, muy tentador.

De espaldas y con aquellos boxers podías decir que Jason tenía un buen culo. “¿En qué demonios estás pensando, ____?” me regañé por aquel lado pervertido que había emergido inesperadamente.

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora