Capítulo 4

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N. Dimitri/ Danny

  Me encontraba balanceándome a mí mismo en el trapecio, sintiendo la adrenalina a la que ya estaba acostumbrado cuando la voz de Dan llamándome captó mi atención.

- Hey, Ding ding, baja un momento por favor.

De un salto me dejé caer a la malla de rescate y en el primer rebote di una voltereta para caer finalmente al suelo enfrente de Dan, hubiera sido una caída perfecta si no hubiera perdido el equilibrio al final haciéndome caer en el pecho de Dan, él era fuerte así que logró mantenerse de pie y sostenerme.

- ¿Estás bien gatito?- Me separé de él rápidamente.

- No me digas así, sabes que no me gusta.

- Jajaja pero sabes que lo digo de cariño, como Ding ding.

- Tampoco me gusta que me digas así.

- Está bien, está bien, pero debes dejar de realizar ese tipo de acrobacias podrías hacerte daño. – Con su mano sostuvo mi mejilla y me acarició esta con su pulgar, me sonrojé.

- Pero puedo hacerlo, además, estoy seguro de que si estuviera a punto de caer a muerte tú me salvarías.

- Estás muy confiado.

- Confío en ti.

Nos quedamos un momento mirándonos el uno al otro un poco avergonzados de nuestra pequeña conversación, desde hace meses que habíamos empezado este tipo de pláticas y caricias, nunca había llegado a algo más como un beso pero tampoco nos faltaba mucho, ambos estábamos muy confundidos con esto y aunque tratáramos de hacer como si nada hubiera pasado y actuar con normalidad, este tipo de acciones salían a luz y volvían vergonzosos los encuentros entre nosotros.

- C-como sea, Freakshow y Lydia te están buscando, será mejor que vayas con ellos al vagón principal.- Se notaba su nerviosismo a leguas, más cuando carraspeo para poder hablar.

- Está bien, gracias... Dan.

Él solo se limitó a asentir y seguimos nuestros caminos, voltee un poco hacía él cuando teníamos una distancia razonable y pude notar que él había tenido la misma idea. Me sonroje hasta las orejas y salí corriendo de la carpa.

Estando en medio del tren, muy apartado de la carpa de show, me paré y regresando a mi color natural tranquilicé mi corazón para comenzar a caminar al vagón principal.

¿Pará qué me querrán mamá y papá? Es muy raro que me llamen juntos, usualmente mi madre es la que cuida de mí, mi padre no ha sido muy apegado a mí desde que tengo memoria, no creo que me odie pero tampoco es que me sienta apego por mí.

Cuando llegué a mi destino tomé una bocanada de aire y después me encaminé a la puerta, toqué 3 veces esta con mi puño cerrado y al escuchar la voz de papá permitiéndome pasar abrí la puerta y entré.

Frederich se encontraba sentado en su escritorio revisando un montón de papeles, seguro eran los permisos para poder realizar el show en esta ciudad.

Cerré la puerta y me encaminé enfrente del escritorio de mi padre, me puse recto y lo saludé de manera cortés, siempre me había dicho que debía referirme a él de manera respetuosa y educada, aunque era su hijo debía de dar el ejemplo a los demás y no darme un trato especial.

- Buenas tardes, me han dicho que ha solicitado mi presencia... Señor...

De cierto modo me causaba tristeza el tener que llamar así a mi padre, me hacía sentir... solitario.

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