Silencioso Amor - Joerick

PARTE 1: LA DUDA.

Capítulo I.

— Fue divertida la entrevista ¿No Joey? — Zabdiel entró a la habitación tras el nombrado, Joel se sentó en su cama de hotel y miró hacia el balcón, ignorando completamente lo que Zabdiel le había dicho y entregándose por completo a sus pensamientos.

— ¿Joel? — Zabdiel insistió — ¿Joel? — Zabdiel se aceró al costado de Joel y chasqueó sus dedos frente a los ojos del que estaba perdido mirando la nada.

— ¿Decías? — Joel parpadeó un poco asustado y fingió prestarle atención, mirando hacía Zabdiel.

— Te estaba diciendo que sí la entrevista fue divertida, pero tú te quedaste mirando la nada e ignoraste por completo lo que dije — tragó saliva — ¿Estás bien? ¿En qué tanto piensas? — Zabdiel interrogó sentándose a su lado, mirándolo atentamente.

— En nada, sólo estaba mirando al mar — Joel se dio cuenta de la estúpida excusa que acababa de dar, no estaban en ninguna costa, estaban en un hotel en el centro de Buenos Aíres.

— ¿El mar? — Jadeó Zabdiel frunciendo el ceño — ¡Estás alucinando Joel! Estamos en pleno centro de Buenos Aires, ¿Qué estás diciendo niño?

— Quise decir que estaba pensando en el mar, pero eso no importa — agitó su cabeza — Pero dime, ¿Sigues resfriado? No me vayas a contagiar — Joel rápidamente evadió el tema, no quería hacer el ridículo.

— Pues no, no ando ya resfriado ¿Acaso no ves que ya ando otra ves vestido como calentano? — sonrió mientras estiraba sus brazos a los lados haciendo que Joel se fijara en como estaba vestido, era cierto a Zabdiel hace dos días se le había quitado el resfriado que le dió por nadar en un río que estaba helado, por suerte no le dio hipotermia.

—Pero enserio Joel ¿Qué te ocurre?, Estás raro desde la entrevista.

Joel no supo que más decir y sólo se limitó a decir un —Normal, no me ocurre nada.

— Pero si cuando terminó la entrevista y salimos en el auto no dijiste nada, estuviste más callado de lo normal e ignoraste la existencia de todos por completo.

—Estaba cansado Zabdi, sólo es eso, no exageres

— ¿Qué no exagere? Te conozco de un poco más de dos años y hasta he dormido contigo varias veces para saber que hablas dormido y te mueves lo suficiente para tirarme de una patada de la cama.

—Zabdiel... déjalo ya...

— No, así que no me digas que exagero porque sé que eres tímido pero no hasta ese extremo, estás rarísimo Joel.

— Sólo me siento muy cansado, tengo sueño, me echaré a dormir — Joel no quería escuchar los reproches y preguntas de el insufrible Zabdiel de Jesús, el cual es tan terco y persistente que hasta que no consigue lo que quiere no se detiene.

—Está bien — Masculló — Te dejo dormir tranquilo, yo me iré a dar una vuelta con Christopher — Zabdiel se levantó de su lado y se dirigió hacia su puerta.

— Y Joel... — clavó su mirada en su amigo que estaba acostado ya en la cama, este lo miró con atención — Si necesitas hablar con alguien aquí estoy, no te guardes las cosas — le guiñó un ojo y desapareció tras la puerta.

Joel se levantó de su cama nuevamente, abrió la puerta del balcón y salió a asomarse. Eran las seis y media de la tarde y podía ver como todo a su alrededor estaba bañado bajo un resplandor azulado que emanaba el cielo, veía con atención como las personas transitaban en la calle como pequeñas hormigas ya que estaba en el piso 22 de el hotel, el mundo se movía a su alrededor, el cielo estaba en un color vivaz que junto al azul que emanaba, también se podían ver unas pequeñas franjas de tonalidades violetas y púrpuras, todo se veía tan vivo y el irónicamente se veía muerto por dentro, se sentía tan cansado y agobiado que no podía pensar con claridad, su panorama estaba así: Hoy tuvo una entrevista, la cual le despertó bastantes sentimientos que ya tenía enterrados o bueno, eso era lo que él creía. Por un comentario que para nada era mal intencionado de parte de Richard y por una pregunta bastante fuera de lugar por parte de los entrevistadores «Joerick, Joerick ¿Es enserio? ¿Porque él y yo? ¿Porqué no pudo nombrar a alguien más?» dijo para si mismo en un tono muy bajo, quizás el problema no era sólo la incomodidad que sintió primero al hablar del shippeo que las fans se "habían inventado" entre ellos dos, si no que había algo más, algo más de lo cual Joel jamás ha hablado con nadie. Un secreto el cual ha guardado con recelo y dolor es tan difícil esto para él que, con sólo pensar en eso, se pone a temblar, y sí, Justo ahora lo está haciendo agarrándose con fuerza de la baranda del balcón.

Joel desde mucho más pequeño había notado algo en él que era diferente, el sentía atracción por otros niños, en vez de sentirse atraído por niñas. El nunca dijo nada porque jamás en su pequeña cabecita se le ocurrió que fuera algo de gran importancia, así que siempre lo pasó por alto, sólo se preocupaba por meterse crayolas en la nariz, o revolcarse en el lodo como cualquier niño normal.

Con el tiempo fue creciendo y Joel seguía pensando que la atracción por otros niños no era algo de que preocuparse, pero tampoco se preocupó por el hecho de que también sentía atracción por niñas e incluso tuvo algunas noviecitas de las cuales no pasaron a más que una mano sudada, y tampoco ha pasado a más que eso, porque a sus 18 años Joel no ha dado un beso apasionado así como los que se dan las parejas o las simples personas que se atraen, él sólo ha dado por mucho algunos besitos cortos, algunos picos.

Pero eso no agobia a Joel, lo que pasa es que hasta hace poco él se dio cuenta de algo tan chocante que ha hecho estallar su mente, porque Joel es alguien que se toma todo demasiado personal y hasta en algún punto exagera, o bueno eso dice Richard. Pasa que a Joel descubrió que sus sentimientos hacía una persona van mucho más allá de la amistad, va mucho más allá de el cariño de "Hermano" que se supone que le debe tener a alguien tan cercano como lo son para él sus compañeros de banda, siente algo mucho más que eso y eso es lo que ahora mismo lo tiene y ha tenido desconcertado desde hace varias semanas.

Joel soltó su agarre del barandal del balcón y se adentró hacia la habitación nuevamente puesto que ya sintió frío, cerró la puerta corrediza del balcón y se tiró a su cama nuevamente, se quitó la bandana de su cabeza y la tomó entre sus manos, se quedó mirando sus texturas y sus brillantes hilos color plateado e involuntariamente empezó a acariciarla con su dedo pulgar el cual justo miró  y notó que no tenía uno de sus anillos puestos, y en ese instante recordó que quien tenía su anillo era Erick, quien lo puso en una cadena de plata que justo ahora la habría de tener puesta.

Frustrado Joel tiró la bandana al suelo y agarró una almohada que estaba a su lado, escondiendo su cara tras de esta y apretándola con frustración «Mierda, tenía que tenerla él» susurró entre dientes, Sí. La persona por la cual Joel está totalmente confundido y loco es su mejor amigo Erick, y sí. Joel desde el programa en donde se conocieron "la banda" ha estado enamorado de él, solo que el muy ciego hasta ahora se percató de eso.

Justo en ese instante un sonido irrumpió sus quejas, alguien estaba llamando a la puerta.

—Está abierto — Joel se sentó en la cama.

— ¿Estabas durmiendo? — la puerta se abrió dejando ver a Erick entrando a la habitación.

— No, sólo estaba pereceando un rato — Joel miró a Erick quién se sentó junto a él en la cama.

— Ah, es que como Zabdiel me había dicho que estabas dormido no sabía si venir — Erick recostó su cabeza en el hombro de Joel, y así fue como Joel cayó rendido ante un cosquilleo que recorrió todo su cuerpo. Le gustaba como se sentía, una sensación reconfortante cruzaba todo su cuerpo junto a aquellos cosquilleos que recorrían desde la punta de sus pies hasta su estómago, no pudo evitarlo y terminó rodeando sus brazos en el cuello de Erick.

— ¿Qué haces? — Erick lo miró con confusión.

— Ah, perdón — Joel retiró sus brazos — es que tengo sueño y ni siquiera soy capaz de calcular lo que estoy haciendo — «muy bien Joel, sacando excusas idiotas desde tiempos inmemorables» pensó —No, tranquilo — Erick tomó con ambas manos y con su agarre las repuso en su cuello.

—También tengo sueño, quiero tomar una siesta — Joel en ese instante sintió como sus mejillas empezaron a calentarse, se estaba enrojeciendo y para evitar que Erick lo notara giró su cabeza y se recostó sobre su almohada, junto a él Erick cayó a su lado y se acomodó dándole la espalda.

Ya no podía más con esto, y lo que no sabia es que sólo esto sería el comienzo por ahora.