Éste es un fanfic, así que no te lo tomes a mal si eres un fan boy de Resident Evil y no encuentras a León de cabello perfecto o a un Chris que golpea rocas en volcanes activos, solamente está hecha la historia para pasar el rato y como un tributo a...
"Hace mucho tiempo que estoy aquí y no sé que hacer. Sólo sé que tengo que sobrevivir a ellos... A los zombies"
Un día como cualquiera los zombies llegaron a Raccoon City, pero ¿cómo? ¿por qué? ¿qué fue lo que ocurrió tiempo antes y cómo se vivía antes de que todo se convirtiera en una ciudad fantasma? Todo gracias a Elspeth y su familia que no sabia las consecuencias de sus acciones. Acciones que tomaron para salvar su vida, pero ¿a qué precio?
[...]
— ¡Dispara!
— ¡Espera!
— ¡Maldita sea!— el muchacho corrió hacia la puerta y trato de abrirla haciendo uso de todas sus fuerzas, sin resultados.
— Yo sé que eres tú, por favor respóndeme.— puso el dedo en el gatillo mientras unas lágrimas salían de sus ojos y recorrían sus suaves mejillas cayendo al suelo.
Caminando lentamente, queriendo hacerle daño y produciendo un ruido bestial, el zombie alzo su brazo izquierdo sangrado por la mutilación de mano que había sufrido tiempo antes. La cabaña se hacía gigantesca a los ojos de esa niña que le estaba apuntando a su padre con un pulso tambaleante producto del miedo y desesperación.
— Por favor padre, sé que eres tú.— comenzó a llorar mientras que, despacio, la chica iba bajando la pistola.
— ¡Él ya no es tu padre!— una voz se pronunciaba al otro extremo de la cabaña seguida de un ruido de disparo.
El zombie cayó al suelo manchando toda la pared detrás de él con su sangre y partes de su cerebro, mientras enfrente de él su hija lo veía con horror y sorpresa, al mismo tiempo que, lentamente bajaba el arma que empuñaba hasta dejarla caer al suelo.
--> Dos semanas antes.
Con suma comodidad, el muchacho se encontraba durmiendo en su habitación. Aquel sueño que lo mantenía en la cama lo llevo a un paraíso de verano, en donde él yacía recostado enfrente de una piscina y las montañas estaban enfrente de él.
De repente escucho una fuerte voz que gritaba incesantemente: ¡Elspeth, levántate es tarde!
Abrió los ojos de golpe y enfrente de él estaba parada su madre, vestida con un pantalón de vestir azul marino al igual que su saco, una camisa blanca que llevaba debajo con un pequeño dije que colgaba de su cuello , su cabello rubio y corto se movía de un lado al otro cada vez que con la almohada que llevaba en la mano lo golpeaba en el cuerpo.
El muchacho se hizo bolita en su cama y se tapó con las sábanas, echándoselas encima, tapándose por completo.
— Es hora de ir a la escuela.— su voz era seria y fría, como la de un sargento dando órdenes.
— No tengo ganas de ir a la escuela, mamá.— mencionó Elspeth.
— ¿Y eso a mí que me importa? Si tienes ganas de ir o no, debes hacerlo de todas formas porque es tu obligación.
— Bueno.— se quitó las sabanas de encima y se sentó en la cama— ...Es mi cumpleaños, y no sé, podrías darme permiso de salir con unos amigos.
— Suena bien... Pero no, ya es hora de ir a la escuela, vístete.
— Ugh... Está bien, mamá.
— Es hora de que vaya a trabajar, hasta luego.
— Hasta luego.
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PDT: Al final de cada capítulo pondré una imagen de cada uno de los personajes que aparecen en él para que sepan quién es quién.
Ejemplo:
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