Capítulo 9

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Capítulo 9.

Las chicas originalmente habían llegado ambas usando vestidos cortos y sencillos, Amber con uno de color blanco, con un cinturón negro en la cadera y su bolsa igualmente de color blanco, usando zapatillas del mismo color que su cinturón, por su pa...

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Las chicas originalmente habían llegado ambas usando vestidos cortos y sencillos, Amber con uno de color blanco, con un cinturón negro en la cadera y su bolsa igualmente de color blanco, usando zapatillas del mismo color que su cinturón, por su parte Astrid, llevaba un cinturón color rosa claro, con una zapatillas blancas y su bolsa igualmente de color rosa. Ambas iban peinadas con una cola de caballo muy bien hecha. Aunque por desgracia, tras la lluvia, ambas chicas terminaron con las ropas empapadas y el cabello mojado.

Tras bajar las escalera, Elspeth le llevó unas camisas deportivas que tenía su madre, junto con pantalones y sudaderas color gris y con estampados deportivos sencillos que las mantuvieran calientes en esa fría tormenta. Todo esto, solo hizo que las chicas quienes eran mayores al chico por un par de años se sintieran avergonzadas por tener que se atendidas de esa forma en la fiesta de cumpleaños de su propio amigo.

   — Lamentamos que nos hayas tenido que atender por la lluvia.— mencionó Amber, quién era una jovencita delgada, algo baja de estatura, de ojos rasgados y facciones orientales.

Ahora ambas chicas que estaban bien arregladas, usaban sudaderas y pants deportivos, sus cabellos estaban esponjados por la lluvia. Elspeth se aproximo a ellas con dos pares de pantuflas para que pudieran andar por la casa y no pasaran frío por sus pies desnudos.

   — No te preocupes Amber.—  Mencionó el chico para posteriormente dirigirse a la cocina y preparar algo caliente para ellas.— ¿Café o té?

   — Café está bien.— respondió Astrid.

   — Igualmente.— respondió Amber.

Elspeth fue hacia la cocina y comenzó a sacar las tazas para servirles el café a las chicas, aquí el chico notó en el reloj que ya eran las seis de la tarde en punto, bastante tarde, ya que, aunque su madre salía del trabajo a las diez de la noche, ella ese día iba a salir más temprano pues doblo varios turnos para poder pasar su cumpleaños con él. Al darse cuenta de que no sabía nada de su madre desde que se fue al trabajo por la madrugada, comenzó a preocuparse bastante, sin saber que hacer ahora que literalmente tenía a tres chicas en su casa y afuera estaba lloviendo a cántaro.

El chico ahora más inquieto y pensativo, fue con ambas tazas con café para las señoritas. Amber, en seguida al verlo salir de la cocina e ir hacia ellas al comedor, se levantó para ayudarlo con las tazas y aproximarlas a la mesa, tomando la suya, mientras el chico le dio su taza a Astrid, ya los tres sentados, comenzaron a hablar.

Iniciando la conversación y con mucha emoción Amber hablo:

   — Ah, yo, eh... Quería de verdad felicitarte por tu cumpleaños, sé que es descortés no haberte traído un regalo, es que nuestro regalo aún no está listo.

   — ¿Aún no está listo? Eso me da curiosidad.

   — Es que es un regalo muy significativo.—  mencionó Astrid, tras tomar un sorbo a su taza. 

Resident Evil: El Hijo Bastardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora