Capítulo 10 (Parte 2).

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Capítulo 10 — Parte 2.

Las horas pasaron y pasaron, ambos estaban levemente cansados físicamente por todo el arduo trabajo que llevaban haciendo, sin embargo, su curiosidad era mucho más fuerte y cada uno de los descubrimientos que hicieron los sorprendieron más que el ...

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Las horas pasaron y pasaron, ambos estaban levemente cansados físicamente por todo el arduo trabajo que llevaban haciendo, sin embargo, su curiosidad era mucho más fuerte y cada uno de los descubrimientos que hicieron los sorprendieron más que el anterior, impulsándolos en seguir investigando al cadaver. Después de algunas horas y tras varios descubrimientos William dejó de acompañar a Katherine a mitad del trabajo para comenzar a hablar en su grabadora de voz dejando notas tanto de la autopsia que hizo como de sus nuevas hipótesis tras lo descubierto. 

La mujer por su parte, termino su investigación, un poco exhausta dejó a un lado de la mesa sus bisturís y cuchillos llenos de sangre en la charola de las demás herramientas,  sin dejar de ver como el cuerpo, tras varios horas después de ser infectado, ahora tenía su piel una pigmentación roja, sus uñas de sus pies y manos crecieron de forma desmedida hasta crear unas garras, el pelo de su cabeza se desprendía y los colmillos de su dentadura crecieron, pero tras abrirlos, notaron que sus órganos no estaban tan deteriorados, a excepción de los que fueron destrozados por los disparos del equipo de élite, pues los demás estaban casi en una sana forma, por su parte, en sus intestinos pudieron encontrar una gran cantidad de restos humanos, algo sumamente anormal a la que los seres humanos normales debían consumir tan solo para sobrevivir.  

   — Mandaré a que le hagan otro análisis a las nuevas muestras de sangre y carne que conseguimos.— mencionó William mientras guardaba su grabadora en su bata.

   — Si estas cosas reviven porque sus células son diferentes de alguna forma, entonces estas cosas están mutando de tal forma que las vuelve más peligrosas.

   — Sé lo que me dirás así que mejor ahórratelo.— William camino hacía un lado de Katherine. 

   — ¿Qué me lo ahorré?— lo cogió el hombro antes de que siguiera avanzando, para después señalar el cuerpo abierto en la mesa.— Una de estas cosas casi termina infectando a todos aquí si no fuera por el capitán Fisher.

   — ¿Y qué quieres hacer? No podemos hacer nada porque si vamos medianamente en contra de Spencer, nos van a matar, además se supone que tú no sabes esto, solo fue un pequeño accidente.— mencionó cabizbajo.— Solo hay que hacer todo lo que nos pidan.

   — Lo que hay que hacer es largarse de aquí, lo más antes posible.

William se le quedó viendo un par de segundos desanimado para después dejar sus accesorios y herramientas en la bandeja, ahora sin mirarla pasó por una puerta a la sala contigua en donde se lavo las manos y desinfecto. Por su parte, la mujer se quedó parada al lado de la mesa, viendo al cuerpo abierto, imaginándose el peligro que puede desembocar no usar esas armas tan peligrosas, pero tal como lo dijo su colega, ella no podía hacer nada al respecto y eso la tenía sumamente frustrada. 

En un pequeño vistazo Katherine miro el reloj de la sala notando que ya se había pasado la hora en la que su hijo le llamaba para decirle que ya había llegado a casa.

"Me lleva...",  pensó enfadada saliendo de la sala para lavarse y deshacerse de sus instrumentos de laboratorio, luego de terminar esto se dirigió a toda prisa hacia su oficina para llamar a su hijo. En el transcurso se encontró con su secretaria Ana afuera de su oficina.

   — Doctora Katherine.

   — ¿Sí?

   — En su ausencia tuvo varias llamadas en su oficina.— mencionó con su ya de costumbre timidez.

   — Entiendo, gracias.— entró a su oficina y fue directamente a su escritorio en donde llamó a casa con la esperanza de que su hijo le contestará.

Después de un par de intentos, la mujer se dio cuenta que su hijo quizá no estaba en casa, o estaba ocupado como para contestale, pero tras entender lo que ella sabe, pensó que el niño podría correr peligro. "No, no puede ser, hijo",  asustada colgó el teléfono y dejo de lado la silla al mismo tiempo que tomo su bolsa, la cual, se encontraba al lado de la silla de su escritorio y la puso encima de este. Comenzó a buscar dentro y a revisar con sumo detalle si se encontraban sus llaves, su cartera con su dinero y sus tarjetas, y finalmente de uno de los compartimientos con sumo cuidado y antes de hacer un movimiento, vigilo que nadie la viese al entrar por la puerta, para finalmente sacar una pistola, una pistola Walther ppk con un cargador lleno de balas. En breves segundos revisó dichas balas de ambos cargadores y la bala que había en la recámara del arma, una vez que verifico que todo estaba en su lugar, cogió todo y fue hacia la puerta de su oficina, en donde, antes de salir suspiro para tranquilizarse y prepararse para fingir que todo estaba bien.

— Ana, saldré para la fiesta de mi hijo, enviame todos los documentos por fax a mi casa.

— Por su puesto, doctora Katherine.

Con una caminata rápida que rozaba en una pequeña carrera, llego en un santiamén a las instalaciones del hospital de Raccoon, fue hacia el estacionamiento al mismo ritmo y subió a su auto con las emociones a tope pensando una infinidad de situaciones que le pudieron pasar a su hijo y que solo la hicieron sentirse más angustiada.

Al mismo tiempo que manejaba comenzó a hiperventilar por un corto periodo de tiempo, mismo, que ella notó y por el cual, comenzó a respirar menos rápido tomándose las cosas con más calma, pensando que todo se trataba de solo una terrible coincidencia y en un grave susto para ella.

Resident Evil: El Hijo Bastardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora