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Los días pasaban, todas asistiamos a clases tratando de llevar buenas calificaciones y al finalizar nos dirigiamos a entrenar no sin antes observar al equipo Gryffindor, que nos miraban con enojo.

Cada vez que me dirigía al gran comedor no tardaba en llenarse en susurros, contando como le habia dado la bienvenida a Cho y el resto del equipo, y es por eso que nadie se atreve a dirigirme la palabra.

—Le he mandado todas las tallas a tu madre, esta encantada.—exclamo con felicidad dephora mientras guardabamos algunos libros en la biblioteca.

—Ni me lo digas, me ha mandado cientos de cartas para saber que todo esta bien—suspire

Mi madre, desde que le comunique, que habia formado un equipo de porristas en Slytherin habia estallado en gritos de emoción y decidio que ella seria la adecuada para crear nuestros uniformes, y no me arrepentía sabia que yo no tenia el tiempo para hacerlos y mi madre con gusto lo haria.

—Debo ir por Theodore, me ha tocado realizar un ensayo con él.—maldeció

—Al menos te ha tocado con el, yo no corrí con la misma suerte.—

Y era verdad, la clase pasada de la profesora McGonagall nos habia situado en parejas para realizar un pequeño ensayo que resulto ser una gran obra de merlín.

Solo habia prestado atención cuando tocó mi nombre junto con Malfoy, no lo conocía y no hacia falta para darme cuenta el tipo de persona que el era, apezar de toparmelo y charlar por unos segundos no significa que me agrade del todo. Mi madre por otro lado no tenia la misma perspectiva que yo, ella tenia una gran comunicación con Narcissa Malfoy desde que eran una crías, por lo cuál adoraba a aquel chico.

—Suerte con el rubio, esta que arde.—grito una vez que dirigio su camino hacia la sala de Slytherin.

Yo por mi lado, me dirigí a la entrada del Bosque donde habia quedado hace unas horas con Malfoy, solo esperaba que fuera puntual.

Mientras llegaba, pude notar aquella cabellera rubia platinada, si que era puntual, me dispuse a llegar lo más rápido que pude donde se encontraba una vez que llegue me apure a abrir perezosamente aquellos libros para poder empezar con aquella redacción, que queria terminar lo antes posible.

—Hola, veo que quieres empezar ahora.—dirigió su mirada hacia mí

—Tenemos que acabar esto lo más rápido posible, tengo muchas cosas que realizar estos dias y este trabajo no me puede retrasar.—susurre una vez que clave mi vista en aquellos parrafos.

No recuerdo cuanto tiempo habia pasado, pero por fin pude tener éxito con aquel ensayo, la profesora McGonagall tendría que darme una buena calificación por aquello.

Me giré en dirección a Malfoy, y pude notar como terminaba de escribir el estaba por terminar lo sabía porque llevaba más de 10 pergaminos, y eso era realmente suficiente para aquel trabajo, pero antes de poder decir algo me centre un poco más en su rostro tenia una piel tan pálida que pensaria que ahora mismo se encontraba enfermo, su nariz es muy delgada y sin olvidar aquellos ojos que todas las chicas de Slytherin morían por ver solo una vez, sin duda era guapo.

—He acabado.—soltó un gran suspiro antes de poder acomodarse y retirar aquellos pergaminos

—Me has dejado sin hablar, jamás pense que un Malfoy tuviera éxito en estas tareas.— a lo que el sonrio, sin despegar la vista sobre mí

—Es porque no conoces a un Malfoy, en realidad.—dijo en aquel tono que siempre usaba cuando trataba de sentirse superior a los demás, que en algún punto a mi me agradaba.

—Seguro sera tiempo de conocer a uno.-pude observar como su sonrisa se anchaba un poco más— sí, hubiera otro Malfoy

Noté como draco suspiraba cansado, tomando algunos de sus mechones rubios y los enredaba en sus dedos.

—Es muy gracioso, como todos finjen conocerme por mi actitud en Howgarts pero no significa que yo sea así. — escuché una pequeña risa por su parte—No me interesa lo que puedan decir de mi, pero jamás permitire que alguien piense que no puedo hacer algo por el simple hecho de ser un Malfoy. Nunca juzguez la portada de un libro, escuche decir a un muggle aquello y veo que ahora me ha servido.—sonrio para poder tomar sus cosas y levantarse del frio pasto.

Pense que se retiraria sin más y me dejaria sola, sabia que aquel comportamiento que habia posicionado con él no fue de su agrado pero lo que me parecio más raro es que dirigío su mano a mi lado, que con gusto acepte para poder levantarme y el tomó mis cosas para ayudarme. Mi madre siempre me habia comentado, que los Malfoy tenian unos grandes modales que los caracterizaban y eso no lo dudaba.

—No suelo pedir disculpas, pero tomalo como una no quise decir aquello.—seguí caminando

—Y debo creerte.—susurro

¿Quién no podia creerme? No se da cuenta que yo Mikaela Jones, esta ofreciendole una disculpa deberia sentirse halagado

—Tómalo o dejaló.—sonreí, mientras me acomodaba mi uniforme

—Lo tomaré si me aceptas una invitación a Hogsmeade.— una vez que escuche aquello deje de caminar para poder observarlo.

Estaba sorprendida, nunca habia tenido algún roce con Malfoy de ninguna manera ni aunque mis padres conocieran a los suyos jamás logre mantener alguna charla con él hasta este momento, mi madre seguro saltaría de la emoción con esta invitación que me acaba de ofrecer Draco o más bien un pequeño chantaje

¿y yo?

Me parecía guapo, y lo era la única que pensaba eso, me reía un par de veces cuando el lograba burlarse de los pateticos de Gryffindor o de alguna otra casa inclusive admiraba su talento de Quidditch, ¿pero salir con él?

Habia dejado esos temás después de la muerte de Cedric, lo había superado pero no me veia con nadie en algún futuro muchos decian que yo buscaba a alguien de mi altura que mereciera estar conmigo, y por más que me gustaria decir que si, no es verdad. No era de las personas que queria una relación, pero tampoco se quedaria sin tener un poco de diversión.

Que contradicciones.

—Te veo mañana, en la entrada principal a las 10 no tardes o cambiare de opinión.—y sin más me aleje de aquel rubio que por el rabino de mi ojo pude ver como sonreía, y no pude evitar sentir satisfacción.

No sabia como iban a terminar las cosas, o si estaba preparada o no pero debía arriesgarme para poder ganar como diria mi padre.

Perversa Situación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora