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La carta de dephora, no había tardado en llegar. Hace unos instantes ginebra, se asomaba por la pequeña ventana antes de tirar en mi litera un pergamino, sabía que era ella ¿por qué? vamos, quien se atreve a usar mágia para poner su rostro en el pergamino, solo dephora.

"Pequeña arpía

Tú madre, ha estado por aquí y me he escabullido para saber un poco más de lo que ha estado tramando, y dejame decirte que le dará guerra a tú padre. Y eso no es todo, se ha enterado que estas con los Weasley, creeme que no esta para nada contenta.

Y estoy ansiosa por cubrirte con tu padre, aclarando que exigo mi paga,

Te esperare, besos xx"

Sabía que mi madre no pensaría quedarse con los brazos cruzados, por más que mi padre tuviera la razón. Pero no pensaba meterme en aquel lío, era algo que no estaría en mis planes.

-Bueno ginebra, debemos estar listas para mañana.-sonreí

Aquella mañana se había tornado un poco molesta, ni siquiera me atrevía a salir de la habitación. Ron había pasado un par de veces ha ofrecerme comida la cuál acepte de inmediato, mi padre seguía molesto por mi actitud pero no la pensaba en cambiar necesitaba seguir con el plan si es que quería estar en la mansión de draco. Acomode como pude mis maletas, junto con algunas cosas de ginebra que ocuparía estando con dephora para que no pasara ningún accidente.

-Mikaela, podrías bajar un segundo?

Ron. En el transcurso que llevaba aquí, el había sido una buena compañía y empezaba a agradarme, y no pensaba ser tan egoísta para negarle aquello después de todo.

Inicié con mi pequeña rutina antes de tomar marcha hacia el comedor de los weasley, los cuales asombrosa mente no se encontraban el día de hoy.

-Ha pasado algo interesante?. -mencioné una vez llegando a su lado

-Para tí no, pero para mí y los demás si.-tomó mi brazo para tomar camino llevándome detrás de él

-Ron, podríamos deternos ya.-susurré molesta después de haberme tropezado más de tres veces.

-No molestes mika, hemos llegado.- menciono, una vez soltándome

Y sin poder decir más, todos se encontraban delante de mí junto con mi padre con un gran pastel a lo que podía leer desde lejos "Bienvenida a tu nueva casa, Mikaela"

-No puede ser..- susurré observando aquel lugar

Era una casa, pero no como la de los weasley. Es mucho mejor, inclusive aún mejor en la que vivíamos hace unos años, me adentré un poco más para ver aún mejor estaba decorada como un palacio,

Es una maravilla

-Y espera a que veas tu cueva. -susurro george, antes que su padre golpeara levemente su cabeza

-Si quieres te puedo acompañar.- menciono ron sin esperar alguna respuesta salir de mí, ya que tomaba de mi brazo para poder subir aquellas largas y finas escaleras y adentrarnos más en este nuevo hogar.

Todo era de un color blanco, junto con un poco de color piel. Una combinación que sin duda era mi favorita y mi padre lo sabía, habían algunos espejos y varias fotos de mi padre junto a mí, y sin olvidar de algunos adornos y mis margaritas favoritas.

Esto si que era como estar en un palacio

-Tu padre nos ha obligado a acomodar esta habitación antes de que llegaras, te juro que si no te agrada haré que george y fred te molesten de por vida.- sentencio ron una vez que dábamos entrada a lo que sería mi habitación.

Las paredes, eran un poco color violeta. Y me agradaba, mi litera estaba pegada a una ventana con una vista estupenda, en una esquina se encontraba ginebra, junto con algunas cosas para su comodidad. Me tomó demasiado tiempo para observar y darme cuenta lo linda que era, me agradaba.

-Y qué te ha parecido.- aquella voz me hizo sacar de mi pequeño trance

-Te has lucido, zeus.- dije entre dientes

-Me esforzé para que te gustará, y te sintieras cómoda cada vez que vinieras aquí.

Su esfuerzo me había complacido, y lo anhelaba. No dije nada más, y tomé la iniciativa de acercarme a paso lento a mi padre, y en un par de segundos me encontraba abrazándolo.

-Eso significa que ya no estas molesta, y tú capricho se acabó

-Lo estaré cuando me dejes quedarme unos días con dephora

-Aveces maldigo que seas como tu madre, pero también me detesto por no poderte decir que no.-sonreí, si que había resultado fácil

Sin decir más, nos disponíamos a acomodar algunas de mis cosas en la habitación, por más de dos horas reíamos y acomodábamos todo lo que nos hacia falta en nuestro ahora nuevo hogar, resultaba demasiado divertido, y entretenido. La familia de mi padre, y los chicos se habían marchado para poder darnos un poco de privacidad y vaya que lo agradecía.

-Mikaela, debemos hablar sobre todo esto

-A que te refieres, padre?

-No me gusto tú comportamiento con los demás, debes entender que es mi familia. Haz crecido con la idea de odiar los, por el desagrado de tu madre pero yo no permitiré eso.

-Padre..

-No, mikaela. Ellos te han tratado de la mejor manera posible, solo quiero que aceptes que somos familia ahora.-dijo tomandome de la manos

-No es mi familia un asesino.-sentencié

-Mikaela, te pido respeto para sirius. El es mi amigo, desde que era un niño. -exclamó

-¿Y qué pasa con lo que ha hecho?

-El no es un asesino, te lo puedo asegurar y debes confiar en mí. El ha pasado por mucho, y lo que menos quiero es que lo trates como si fuera tu ya sabes quien.-pronunció

-Intentaré convivir, pero no te prometo nada

-Mikela

-Demonios papá, lo haré.

Aquella pequeña tarde, se había pasado demasiado rápida y no me quejaba me encontraba nerviosa y ansiosa por poder encontrarme con aquel rubio. Qué nisiquiera me importaba pasar aquella cena, junto con todos los weasley, y ni hablar de sirius.

-Y cuenta nos mikaela, ¿como te va en Howgarts?.- pronunció la madre de ron

-Nada mal.- pronuncie llevándome un bocado de carne a mi boca

-Es la mejor en Slytherin, incluso es aún mejor que hermione en las clases.-sentencio ron llevándose una fría mirada por parte de hermione, y unas risas escandalozas por parte de los gemelos.

-Exageras demasiado, ronald.-murmuré

-Veo que lo cerebrito lo llevan en la sangre, ha excepción de tus hijos.-aquellas últimas palabras que sentencio sirius hacia el hermano de mi padre, habían llenado de risas la habitación inclusive las mías

No me agradaban del todo, y no podía decir que los sentía como familia, pero no podía decir que no fuera divertido. Esta situación me agradaba solo un poco, y sabía que existirían más momentos así

Perversa Situación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora