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—Podrias quitarte, ¿que acaso no vez que Mikaela quiere pasar?—exclamó enojada dephora

Intentaba poder entrar a clase de pociones, era la última del día de hoy. Pero para mi gran y mala suerte se encontraba si no mal recuerdo Lavander, aquella chica que parece que pasarón unas ardillas por su cabellera, y sin olvidar aquellos arreglos muggles que se colocaba. Por merlín, ¿quién podria usar todo eso?

—No —dijo una vez que tomo las grandes y viejas puertas para poder cerrarlas en mi cara

Sabía que algo andaba mal, la clase comenzaba en menos de 5 minutos y la compartiamos con Gryffindor, justamente Lavander era una de las chicas que se encontraba en el equipo de Cho.

Algo andaba mal.

—Arrebatus.—grite una vez que de mi varita salio un pequeño rayo verde, lo cuál logró que lavander cayera en un sueño profundo.

Me abrí paso una vez que hice un lado a Lavander no sin antes escuchar las carcajadas que pegaba mi prima, las cuales dejaron de escucharse en el momento que abrimos aquellas puertas y miramos aquel pizarrón junto todas las miradas en mi dirección.

—Maldita.—susurré

Dephora corrió y lanzo hechizos para poder quitar aquello, pero eran imposible aún seguian ahí, una de las chicas de mi equipo se arrimo a dephora para contarle lo sucedido cosa que la hizo molestar porque grito una y otra vez el nombre de Cho.

Todos me miraban, y me molestaba el hecho que solo fuera por aquella verguenza.

—Oh vamos, es que acaso no es divertido?.—susurro Cho

Dirigí mi mirada a todos los presentes, en una esquina se encontraban los Gryffindor burlandose de aquella situación, por otro lado Slytherin solo observaban la escena molestos claramente estaba que por más que no lograra tener alguna charla con ellos, eramos compañeros de casa y esto era molesto para todos juntos.

—Cho, querida.—camine lentamente, y segura de mí hacia cho no sin antes sonreír a todos debia tener mi semblante malvado ya que algunos dieron unos cuantos pasos atrás— Esto ha sido gracioso, pero no para mí. Si no para ti, has cabado tú propia tumba

Y sin poder dejar de mirarla, alze mi varita mientras realizaba un pequeño hechizo el cuál ocasiono que la broma de Cho se borrara, lo cuál parecio sorprenderle y no solo a ella

—Te has metido con la bruja equivocada, BOOM KADRAVA—alze mi varita para dirigirla hacia cho, el hechizo salio volando justo a ella

No pasarón más de 2 minutos, cuando enfrente de mí se encontraba Cho transformada en mitad puerco, y la otra mitad en su cuerpo si habia algo que ella detestaba eran esos animales

—Pero que tonta, me he olvidado de ustedes KADRUM —exclamé

Solo escuchaba las risas por todo el salón, aquello habia resultado aún mucho mejor, ellas mismas se habian metido con la mejor bruja de Slytherin incluso de Howgarts, no pensaba dejarlas ir como si nada ellas me habian buscado y ahora estan pagando las consecuencias.

Después de finalizar aquella clase, me dirigí a las mazmorras estaba demasiado cansada como para recibir halagos sobre aquella broma, y queria evadir completamente a la profesora McGonagall no saldria viva de algún castigo.

Camine tan rápido como mis piernas me lo permitian, al igual que me encontraba tan distraida que no noté quien habia chocado conmigo provocando que cayera al suelo.

—Lo siento ha sido mi culpa, dejame que te ayude.—extiro su mano, la cuál la acepte en cuestión de segundos, el era de mi casa y no podia ser indiferente a el y más si se trataba de Malfoy.

—Yo no me di cuenta que venias en esta dirección, he estado un poco distraida— sonreí

—Me imagino, y seguro cansada de tener que lidiar con la sangre sucia de Cho.—susurró

Una de las cosas por las cuales draco es reconocido, es plenamente el odiar a todo Gryffindor que se le cruce por su camino.

—Lo bueno es que Cho no es un asunto importante y puedo deshacerme de él, pero de otras cosas no. Por merlín, que estrés—miré la reacción de asombro de draco lo cuál me hizo reir

—Y pensaba que era el único brujo que detestaba a alguien de Gryffindor. —

—Ahora vez que no.—sonreí mientras tomaba mis cosas y me retiraba, no sin antes despedirme de aquel rubio.

Perversa Situación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora