->EN LA ACTUALIDAD {1762}
>LEWIS, VIRGINIA<
El tintineo repetitivo de la campana de un mozo pregonero, consiguió que cada mujer, hombre y niño prestara atención a la buena nueva: un cuadro de gran valor había sido robado de una importante exposición. La obra de arte, valorada en más de cuatro mil libras esterlinas, fue dada por desaparecida la noche anterior de la forma más insólita. El ladrón no había dejado pistas ni tampoco cualquier indicio de culpabilidad. Era domingo por la mañana, Charlotte escuchaba a través de la ventana de su habitación mientras una de sus sirvientas le apretaba el lazo del corsé para ir a misa. Como todo el mundo, ella estaba asombrada por el hurto, hasta pudo ver más vigilancia de la normal: varias tropas de casacas rojas daban tumbos de allí a allá en busca del sospechoso que, como un fantasma, se había disuelto. La señora Jones, mirándose en el espejo viéndose radiante, se ladeaba viéndose la figura completa, sonriendo claramente al sentirse preparada.
Las risotadas de sus amigas ya se escuchaban desde afuera, así que abandonó la habitación con un abanico en mano, yendo en busca de Edward y Sadie. Los niños ya estaban abajo esperando con ansia poder salir a la calle y buscar nuevas aventuras de camino a la iglesia. Entreabriendo la boca por lo elegantes que se habían puesto, Charlotte aplaudió un par de veces y los piropeó hasta quedarse sin aliento. La única que no veía algo tan fabuloso en la situación, era Sadie Raleigh que, al no haber sido educada en ninguna religión, no entendía qué tenía todo ese paripé de deslumbrante. Había oído historias de un Dios crucificado que por salvar a la humanidad, se sometió a la sumisión hasta morir clavado sobre un par de maderos en forma de cruz.
William no era muy religioso, digamos que él no creía en algo invisible y tampoco estaba consagrado en el cristianismo, motivo por el que decidió que su hija tampoco lo estaría.
Disparados, Sadie y Edward salieron de casa por delante de Charlotte y sus amigas, las que iban a un paso pausado sin ninguna prisa mientras se desternillaban con las anécdotas que contaban de sus maridos, ya fuera dentro de la cama o en el exterior de ella. Ese domingo, no sólo podían contemplarse los soldados patrullando, sino más pobreza de la habitual pese a estar en la zona más adinerada y tranquila de Lewis. En escasos cinco días, era como si todo se hubiera ido al traste. Ahora se cometían estafas al anochecer y a saber cuántas cosas más irían pasando si nadie ponía solución a los problemas.
Ignorando las perjudiciales consecuencias que pese a ser evidentes nadie quería ver, Sadie y Edward iban caminando en silencio. Él, con su cadera, empujó a su compañera, echándola a un lado con cariño. Mirándole de reojo, ella se quejó y Edward volvió a insistir repitiendo el mismo proceso.
⸺¡Ay! ⸺protestó Sadie, parándose⸺.
⸺Eres aburrida, ni siquiera hablas.
Sadie alzó las cejas, sorprendida ante las palabras de Edward pero sonriendo a su vez.
⸺¿Aburrida? ⸺repitió ella⸺. Te vas a lamentar.
⸺Já.
Edward le sacó la lengua y comenzó a correr con la chica detrás sujetándose las capas del vestido cian, intentado coger más velocidad y darle alcance. Con sus burlas y provocaciones, había conseguido comenzar el primer juego del día, pues los dos, haciéndose hueco entre la gente, se envolvieron en un gracioso pilla-pilla. Mientras Edward apartaba a la gente como un experto travieso y juguetón, Sadie esquivaba los cuerpos sin querer lastimar a nadie hasta que, inconscientemente, se metieron por una estrecha callejuela y, unas manos ardiendo, se agarraron a ambas piernas de Sadie, haciéndola gritar debido al sobresalto. La menor, tras frenarse, contempló a un chiquillo de apenas ocho años con bolsas profundas bajo sus ojos marrones, ropas sucias, viejas y malolientes con un pálido color en su semblante. El grito de Sadie detuvo también el paso de Edward, que ni cuenta se había dado del chico por estar casi escondido detrás de las faldas de Sadie.
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Kielhalen: Dulce Venganza (La Esclava blanca 2)
RomanceEsta historia cuenta las venturas y desventuras de Sadie, una niña de nueve años que es acusada de ser una víctima de brujería en la época de los colonos británicos en América Sadie se verá envuelta en una lucha interna y física por sobrevivir a pel...