◤10. Apoyo◢

35 3 0
                                    

Narra Jin

Es verdaderamente sorprendente cómo una persona te hace llorar un día y una semana más tarde sin haberte hablado te empieza a saludar por los pasillos como si nada. Como si todo fuera bien. Como si no fuese un matón y te estuviera acosando, aparte de haberte robado y no darle la gana de devolverte tus propias cosas.

Namjoon, no sabes cuánto te aborrezco en este mismo momento en el que no paras de mirarme desde la otra punta de la cafetería.

¡Deja de hacerlo, joder!

Sí, el rubio no para de mirarme desde su típica mesa llena de sus amigos igual de amenazadores y aterradores como él. Ni siquiera le he visto darle un bocado a su comida desde que estoy aquí. Se dedica a tamborilear sus dedos contra su rodilla y a beber de su fanta de naranja. Jimin está sentado a mi lado mientras saborea su comida con demasiado ímpetu, como si se la fuesen a robar de un momento para otro. Justamente cuando me reencontré con él, le pregunté el motivo por el cual no me había respondido a las llamadas aquel día en el que mi mochila fue robada por el chico búho en este momento. Me contó absolutamente todo lo que le pasó con Jungkook, dejándome intrigado por el repentino interés del moreno hacia el plateado.

Nunca se había acercado a él y ahora comienza a hacerlo.

No sé, es muy raro.

Lo que no sé qué es más raro, si eso o Namjoon, porque cada día que su persona aparece en mi cabeza, pruebo que es alguien verdaderamente extraño y poco común.

También le conté el verdadero motivo por el cual ahora tengo un acosador personal, y quiso ir a darle una paliza, solo que pude detenerlo.

Cuando me termino el almuerzo totalmente incómodo, decido levantarme para dejar la bandeja y los utensilios en la zona de limpieza, donde un gran cartel en el que pone «SI ES DEL COMEDOR, DEVUÉLVELO» y una flecha indicando el lugar donde todo lo sucio tras la comida está ahí puesto, noto una mano tocarme levemente el hombro. Me giro y encaro a la nueva presencia.

Es Mark.

—Ehh... ¿Sí? —creo que mi cara de confusión no puede ser más real de lo que ya es.

No sé por qué está a mi lado y no sé por qué me acaba de tocar el hombro.

Me mira un tanto divertido, y tengo dado por hecho que es por la cara que debo de tener, pero bueno, tampoco es como si me importase mucho lo que este chico opine de mí.

—Vienes hoy a mi fiesta.

Frunzo el ceño.

¿Qué?

Ja, suficiente tuve con la primera a la que fui como para ir a otra. Ni que estuviera tan loco.

—No —contesto, girando mi cuerpo, pero permaneciendo con la cabeza mirando en su dirección—. No iré.

Intento irme, solo que su mano agarrando mi antebrazo me lo impide en gran forma. Le miro y esboza una sonrisa más grande de la que ya la tiene.

—No era una pregunta, era una afirmación.

—¿Y para qué quieres que vaya a tu fiesta?

—¿Yo? A mí me da igual, como si te caes de un puente. El que quiere que vayas es Namjoon —y, justo cuando abro la boca para preguntarle por qué su amigo quiere eso, se marcha sin dejarme ni respirar.

Este chico es insoportable, aunque seguro que menos que su estúpido amigo.

Vuelvo a la mesa lo más rápido que mis pies me lo permiten, pues, incluso de espaldas, noto esa intensa mirada chocar contra mi nuca, como si tuviese una diana. Jimin sigue con su comida y decido no interrumpirle, sino mirar las nuevas partituras que me tengo que estudiar para la próxima competición de piano, en una de las ciudades continuas a la mía. No es la primera vez que voy ahí, por lo que mis nervios se han apaciguado conforme los años han pasado, acostumbrándome a la presencia de bastante público y a demostrar lo que se hacer delante de él. Es más, no tengo una fecha limitada con la que comencé a tocar el piano, simplemente ha sido desde siempre para mí. Aunque, cuando era más pequeño, era mejor; mi madre demostraba su amor hacia mi persona de todas las formas posibles. No había un día en el que no sonriese al verla, y ahora, ahora solo quiero perderla de vista. Quiero que sus viajes se alarguen y quiero que no esté en casa nunca.

◤Losses◢ [𝖭𝖠𝖬𝖩𝖨𝖭]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora