◤16. Razón◢

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Narra Namjoon

Cuando llegamos al instituto tras lo del pájaro, el cual fue recogido por los servicios municipales al haber más de uno en mi maletero, el cual ahora mismo sigue apestando, acompaño al gatito hasta el aula de música y me quedo allí con él. Puedo notar que me está ignorando con todas sus fuerzas, porque no me ha vuelto a mirar ni dirigir la mirada. Ahora está enfocado en colocar las partituras encima del piano y hacer que va a tocar, solo que en verdad no crea ningún sonido.

—¿Se puede saber por qué no tocas de una maldita vez? —acabo soltando tras cansarme de esperar.

Quiero escucharle. Es más, necesito escucharle, y creo que es solamente para ver si también es perfecto en eso.

Dejando las yemas de sus dedos rozando las teclas, gira su cabeza en mi dirección; estoy sentado en una de las tantas butacas que hay. Soy la única persona aparte de él. Se pasa la lengua por sus labios y me observa, escaneándome atentamente.

A saber lo que esté pasando por esa mente.

—¿Te gusta lo que ves? Porque no te veo quejarte —hablo, elevando una de mis cejas.

Mi gatito niega increíblemente rápido, pareciendo que se va a dejar el cuello ahí mismo y la cabeza se va a quedar sobre el instrumento, o que va a salir volando.

—¿Por qué aún no te vas? —murmura, bajando sus manos de las teclas y restregándolas contra sus vaqueros.

¿Cómo?

—¿Por qué lo haría? —le miro confundido.

—No sé, no me es normal verte un sábado en el instituto. Creo que tienes mejores cosas que hacer —dice, girando por completo su cuerpo en mi dirección.

Me quedo un rato con mis ojos puestos en él, para ver si va a hacer o decir algo más.

—No hay nada. Simple aburrimiento —suelto, acomodándome en mi sitio, que más bien consiste en partirme la espalda por completo, pero bueno.

—Y decides pasar tu tiempo junto a mí —ríe secamente, con nada de gracia y como si estuviese cabreado—. ¿De verdad que no prefieres ir por ahí a fumar porros?

Y eso me cabrea a mí, porque lo único que yo fumo es tabaco, no marihuana. La otra sustancia tóxica que meto a mi cuerpo es alcohol. Nada más.

De cierta forma quiero aterrorizarle como casi siempre, pero decido dejar esa parte de lado y enfocarme en relajarme para no saltar y empeorar este momento tranquilo que tenemos por primera vez. Además de que de verdad que necesito escucharle tocar el reluciente piano que tiene frente a su delgado cuerpo.

—No fumo porros, solo tabaco —le afirmo, y parece que duda, pero acaba dejando la importancia de este asunto.

Sigue sin parecer querer tocar, así que me levanto y me siento junto a él en el banco, donde me mira como si tuviera tres cabezas y seis ojos.

—Venga, joder, que tampoco te voy a matarte. Solo quiero escucharte tocar.

—¿Por qué?

—Nunca antes he visto a alguien en persona hacerlo.

—Y después de lo sumamente mal que me tratas, ¿debería de cumplir eso? —me mira asombrado, casi sin creer que le esté pudiendo decir tal cosa.

Es tanta verdad la que suelta por esa boca compuesta por unos gruesos labios que me frustra. ¿Por qué mierda también debe de tener razón?

Joder...

◤Losses◢ [𝖭𝖠𝖬𝖩𝖨𝖭]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora