Curiosidad 9

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Armin necesita un conejillo de indias, bueno no, necesita alguien con más de 23 años con experiencia laboral. ¡Pero no conoce a nadie!

Erwin no le da clases ese semestre, gracias al cielo. A veces durante los descansos suele pasar el rato con Eren y sus amigos, tiene un muy buen número de seguidores de diferentes carreras como también tiene gente que suele hacer chismes de él. Es un don que Levi odia.

En uno de esos encuentros casuales escucha como el otro grupo de psicología se queja del rubio, pues les suele poner mucha tarea de investigación que tienen que complementar con el servicio social.

— ¡Me frustro! —chilla Connie, uno de los amigos de Eren cuya cabeza rapada acarrea burlas de Jean—. Llego a casa, hago mis reportes, redacto un informe y hago tarea. ¡Aparte trabajo los fines de semana! Y aún tengo que hacer el examen para el nivel de inglés, probablemente muera al término del semestre.

—No te quejes, los de medicina la tenemos más difícil —Espeta Marlow con un libro en mano. El chico primero se apuntó para psicología, después fue a parar a medicina, nadie sabe la razón—. Tengo que memorizar partes del cuerpo humano que solo sentía de vez en cuando.

—Ahí van de nuevo —murmura una chica a su lado, no recuerda su nombre—. Cállense de una buena vez, ¿por qué tienen que hablar de trabajo mientras almorzamos? Todas las carreras son difíciles y punto.

Eren no les presta mucha atención, tiene sus propios problemas con su libro, alza la voz para callarlos de vez en cuando y correrlos, pero nadie se va hasta que es hora de ir a sus respectivas clases.

Armin extraña tener charlas con su mejor amigo, pero entiende que él hace mucho esfuerzo para tener buenas notas. Cuenta con una beca que tiene que mantener.

¡Están empezando pero ya quieren que termine!

Para él es mucho más fácil el estudio, a eso ha dedicado más de la mitad de su tiempo. Solo necesita un repaso en los exámenes y puede teorizar por horas si es necesario. Le gusta su carrera, porque a fin de cuentas, le gustaría ayudar a otros como le han ayudado a él a superar sus dilemas existenciales.

— ¿Después de la carrera que maestría harán?

— ¡Cállate Marlow por Dios!

El rubio ríe, es un grupo extraño.

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.

Cuando llega a casa nota la ausencia de Erwin, no es muy común verle desde que "pelearon", deja la mitad del contenido de la mochila en el escritorio del cuarto improvisado para cargar con otros. Tampoco es que quiera averiguar a qué hora regresa, irá a la biblioteca para hacer tarea.

En el camino se encuentra con Mikasa y lo primero que hace al verle es regañarlo por no volver a verse desde que llegó, pero en serio que ha estado ocupado.

Ella entiende porque le pasa lo mismo.

—Invítame un café y te perdono, pero Eren sigue en lista de espera.

Arlert asiente, Mikasa le toma del brazo para apoyarse, le duelen los pies, malditos tacones. Se dirigen a una cafetería cerca para poder platicar.

—Dime cómo vas con lo de Erwin —dice ella de pronto, tomándolo desprevenido.

Armin niega, a veces se sorprende de lo receptiva que es su amiga.

—No nos hablamos.

—Pero tú le quieres —afirma Mikasa, cruzando los brazos sobre su cuerpo—. Sé que puede sonar grosero, considerando el tiempo que llevas fuera, pero no le has dejado de querer.

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