Curiosidad

Capítulo 5

—Usted me gusta.

Erwin Smith, estudiante de Psicología en la Facultad de Medicina de Trost contando con la edad de veintitrés años y un fuerte sentido de la moral, jamás pensó en envolverse en algún lio que involucrara un adolescente de quince años.

La vida era algo vil, se dijo.

Miró al pequeño rubio, quien fuertemente sonrojado y con la cabeza gacha esperaba alguna especie de respuesta. Lo meditó y lo volvió a meditar e iba a seguir de esa manera sí no fuera porque los grandes y bonitos ojos azules de Armin le miraban con intensidad.

Quince años, él tenía quince años.

—Armin —dijo, por un momento flaqueó al ver los expresivos ojos del chico—. Gracias, tú también me gustas, eres un gran chico.

El semblante esperanzado del blondo decayó en una mueca triste y a Erwin se le hizo horrible lo que hizo.

Quince años. Volvió a repetirse.

Él esperaba una declaración a largo plazo, una en la que ambos estuvieran plenamente decididos a ser algo. No una apresurada como la que acababa de hacer el adolescente.

Era un adulto responsable, esperaba hacerse maduramente cargo de Armin.

—Gracias por tú tiempo —murmuró el chico. La voz algo aguda delataba que estaba apunto de echarse a llorar.

Smith alzó su mano para tocarle y aclararle lo que pensaba. En un principio intentó hacerse su amigo por eso; pasar tiempo juntos, aclarar ideas, despejar dudas y…

Arlert salió corriendo.

El mayor sintió como si hubiese dejado pasar la oportunidad de su vida.

…

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Mikasa observaba la sonrisa forzada de su amigo rubio. A Jean le causó escalofríos, a Sasha le causó miedo y Eren no se enteraba de nada.

Le alejó del pequeño grupo de estudio para hablar seriamente con él.

La conclusión: Corazón roto.

Ella le entendía de una forma u otra, porque le pasaba lo mismo con su amigo castaño.

—Esperaba platicar con él sobre mis sentimientos pero lo malentendió todo. Ahora sé que solo me ve como un amigo —Ackerman no estaba del todo segura que fuera eso—. ¿Puedes guardarme un secreto, Mikasa?

Ella asintió y él se desahogo.

...

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La declaración inconclusa de Armin, según Erwin, fue hace dos días. Fue un viernes, ya era lunes. No podía encontrase con él en otro lugar que no fuese su escuela o la biblioteca, pero es de ir y rodearse de nuevo de colegialas no era algo que deseara, no él.

Se encontró con la desilusionante noticia de que no asistió a ninguno de los dos. Ackerman le dijo que salió de viaje con sus padres y que volvería la siguiente semana.

Un corazón roto deambulando por ahí no era algo que Smith deseara.

Volvió después de siete días, los contó y se desesperaba con la idea.

Encontró al prospecto amoroso de Levi solo. No rastro de algún rubio o de la joven protectora. Eso le hizo sospechar.

Saludó al castaño quien le recibió con una mirada desdeñosa. Y luego le habló. Serio, indiferente y sin rodeos.

"Armin no va a volver, se ha mudado a Sina con sus padres".

Y ahora el del corazón roto era él.

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