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Tras el repentino ataque, decidimos que no haríamos parada hasta llegar a Gyeongsang, ya que en esta ciudad fue la última vez que se supo del paradero de Yoongi, y será el primer lugar donde buscaremos, aunque posiblemente se haya largado luego de perder a DaeHyun. Si es necesario, golpearé cada puerta de la ciudad para saber algo de él...

- ¿En cuánto llegamos, hyung? -la voz de Jungkook me hizo despertar de mis pensamientos.

- No lo sé, pero amanecerá en una hora e iremos a desayunar. ¿Quieren? -pregunté para todo el grupo. Noté que asentían con entusiasmo.

Para ser sincero, estaba agradecido de que estuvieran conmigo, debido a que me causaba algo de pánico creer que recorrería Corea sin compañía alguna y con poca esperanza de encontrar lo que tanto deseaba. Además, llevaba conmigo mucha fuerza e inteligencia, la cual me haría falta sin dudas. No es que yo sea débil o no sepa planear las cosas, sólo que seis mentes piensan mejor que una, ¿verdad? Era realmente un alivio que estén aquí.

Llegamos a Gyeonsang del Sur cerca de las 7 a.m, el sol se encontraba radiante esa mañana. Tomé mis gafas y salí del vehículo al llegar a un pequeño parador a un costado de la carretera, los chicos descendieron detrás de mí, Jungkook caminaba tomando fotografías de Gasbawi y algunas de Taehyung observando con emoción los paisajes. 

-Aquí está el comedor. -señaló el mayor al pasar a mi lado.- Mi estómago ruge. 

Giré para caminar junto a Nam y seguir los pasos de Seok, quien caminaba apresurado hacia el pequeño restaurante donde saciaríamos el hambre feroz tras viajar durante varias horas seguidas y la pequeña pelea en el lugar anterior. Los alimentos que habíamos comprado en aquella tienda no habían resistido más de una hora en el móvil.

Tae corrió hacia Jeon aferrándose a su brazo cual koala, y tras un rápido beso en su mejilla le sonrió.- ¿Me comprarás una porción de torta de chocolate, Kookie?  -acarició la tela con su pulgar, agitando velozmente las pestañas. El mayor asintió revolviendo el cabello del pequeño con gran entusiasmo.

Me gustaría tener quién me revuelva el cabello de tal forma pero es una sensación realmente confusa. No quiero dañar a nadie, no quiero que me dañen tampoco, ¿acaso tengo que acabar como mis padres? Ni de broma. Jamás aceptaría el cargo de conciencia que conllevaría romper el corazón y llevarse el alma de quien una vez te amó. Aish...

- Dos capuchinos y brownies. -la voz relajada de Jeon interrumpió nuevamente mis pensamientos.

- Oh... L-Lo mismo. -dije rápidamente cuando sentí la mirada de la empleada sobre mi rostro.

- Dos cafés con... Uhm~ -Seok llevó una mano a su barbilla y pensaba observando la carta de desayuno.- ¿Qué quieres? -preguntó mirando hacia Namjoon, y éste le señaló un renglón en la hoja plastificada.- Una porción de su mejor torta. -sonrió entregándole el menú a la empleada.

Algo suave acarició el borde de mi mano izquierda, por lo cual desvié mi vista para encontrarme con un preocupado Tae dándome ánimos. -Lo encontraremos, Hyung. -y su sonrisa bastó para calmar la ansiedad que comenzaba a sentir.

- Yoongi hyung estará a salvo con nosotros. -Eso último hizo a mi corazón palpitar sin piedad alguna, la desesperación de verlo al fin me estaba comenzando a ahogar internamente. No podía ser tan difícil encontrar una aguja en un pajar, ¿verdad? 


• Blood  « pj x my »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora