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- Disculpen... -una suave voz hizo voltear a todos en la mesa. 

La mesera pelinegra de cabello largo se encontraba frente a nosotros, con la vista baja, jugando con sus manos sobre la bandeja en sus piernas. Lamía sus labios con nerviosismo, como si intentara hacernos saber algo que pudiera costarle caro pero aún así se había acercado a nosotros.

- ¿Qué? -pregunté, irritándome por no oír palabra.

- ¿Tienes que ser tan duro, Jimin? -Seokjin golpeó mi hombro.- ¿Sucede algo? Aún no hemos pedido la cuent-

- ¿Alguno de ustedes es Taehyung? -interrumpió, mirando a cada uno de nosotros y de vez en cuando al rededor. Bastante sospechoso...

- Y-yo soy... -levantó la mano al fondo y la chica se dirigió a él.

- ¿Eres amigo de Yoongi? -preguntó a su oído pero claramente todos estábamos atentos. Apreté mis puños, Tae asintió sorprendido.- Búsquenlo en Daegu y... -cerró sus ojos.- Por favor, llévenselo lejos.

- ¿Por qué? ¿Qué ocurre? -me levanté.- ¿Tú quien eres? ¿Cómo sabes que está ahí?

- No puedo decirles más nada, me matarían.- respondió, suplicando con la mirada.- Venía aquí como cliente frecuente y presencié varios episodios con su pareja... Ese maldito.- chasqueó la lengua.- Debo irme. -tras una pequeña reverencia, salió corriendo de allí.

Ninguno de nosotros entendía qué acababa de suceder, pero Taehyung no dudó un segundo en levantarse para correr hacia la puerta con Jungkook pisándole los talones. Por la ventana, lo noté caer arrodillado al suelo, sosteniendo su rostro con ambas manos mientras sacudía su cuerpo en un claro acto de llanto. Jungkook, de cuclillas frente a él, lo abrazaba para que se calmase.

- Ve a encender el auto, yo pagaré.- apretó mi hombro.

- Gracias, Nam... -suspiré.

Una vez fuera, pasé por donde ellos para indicarle con un gesto de la cabeza a Jungkook que fuesen al automóvil. Lo puse en marcha, intentando que el sonido me despejase la mente aunque sea estos minutos en que los demás llegaban. Presionaba el volante entre mis manos a la vez en que mi cabeza caía hacia atrás sobre el respaldo, con mis ojos cerrados y mis labios apretados entre sí. ¿Es Min Yoongi realmente el culpable de mi estado? ¿O es la situación que me sobrepasa? 

- ¡Mierda! -golpee el volante, haciendo sonar la bocina. Tomé mi cabello, tirando de él hacia atrás.- Mierda...

- ¿Estás bien? -Jin se sentó a mi lado.- Ya estamos listos, pero nadie se anima a entrar.

- Estoy bien.- tomé la palanca.- Vamos.

Hizo seña a los demás para que entrasen al auto, y así continuar viaje por la carretera. Hablaban de anécdotas de viajes anteriores pero no podía prestar del todo mi atención, la preocupación ya estaba por desbordarme y necesitaba tener respuestas claras lo antes posible. No estaba preparado para encontrarme una escena desgarradora, pero tampoco me imaginaba un lugar feliz al momento de verlo frente a frente. 

Los pinos acompañaban el camino, indicándome hacia dónde ir o dónde girar. El gran lago al costado de la pequeña montaña era la imagen sacada de un cuadro, con aves revoloteando y algún velero navegando. Taehyung llevaba la nariz pegada al vidrio de la ventana, obligado por Jung a no bajarla porque si sacaba la cabeza se caería, este último sacaba fotografías para luego mostrárselas. 

- Jimin, ¿no hemos pasado ya por aquí? -habló el mayor.- O el lago es infinito o estamos girando alrededor de él.

- ¿Qué dices? -lo observé incrédulo. Asintió.- No podemos estar perdidos, Seok, este es el camino.

- Jimin, debes girar a la izquierda en la próxima salida.- agregó Namjoon, enseñándome su teléfono.- Este es el GPS, y estamos en el mismo lugar hace una hora.

- No puede ser... -suspiré.

- Déjame manejar a mi. -continuó.- Necesitas descansar.

Me aparqué a un costado para hacer el cambio de lugares, pero Taehyung también descendió.

- Necesito hacer pis. 

- Lo llevaré a los pinos, estaremos cerca y no tardaremos.- sonrió Jungkook.

Asentí y me apoyé sobre el auto con mis brazos cruzados, la pareja mayor se encontraba cerca de la orilla hablando sobre la fauna del lugar o algo así, ya que Namjoon señalaba algunas aves y le explicaba (vaya a saber qué) a Jin. Los minutos pasaba y yo comenzaba a inquietarme, pues los pequeños aún no volvían y temía que se hayan extraviado solos en el bosque.

Iba a llamar por celular a Jung, cuando un tronco voló sobre mi cabeza y cayó a los pies de Namjoon. Giraron a verme, pero se dieron cuenta que yo no había sido cuando me encontraron observando el bosque.

- ¿Qué fue eso? -preguntó Jin, llegando a mi lado algo agitado. Sus ojos amarillos ya se encontraban allí y sus colmillos comenzaban a asomarse, en ese momento, comprendí todo.

Grité con furia, dejando a mis músculos crecer y al pelo cubrir toda mi piel. Mis ojos lilas se dejaron ver al fin y mi hocico lleno de filosos colmillos se formó. Apreté mis puños para que mis garras no salieran aún, y, tomando carrera, corrí para saltar por sobre SeokJin e introducirme al bosque de manera violenta y despiadada. Tras de mí venía él, con Namjoon sobre su lomo indicándonos cualquier ataque sorpresa.

-  ¡Hijo de mil puta! -se oyó a unos pocos metros, rápidamente giré hacia el lugar.

Pasaba entre los pinos velozmente y volví a saltar por reflejo cuando observé a Taehyung en el suelo y Jungkook frente a él, defendiéndolo de unas cuantos bestias que querían su sangre. Caí sobre una de ellas, seguido por SeokJin y Jungkook, quedando Namjoon a cargo del cuidado de un herido Tae. Mis garras perforaban rápidamente la piel del contrario, provocando una hemorragia en cuestión de segundos. Me dirigí hacia otro, directamente a su cuello para desgarrarlo de una sola mordida. 

Jungkook tomaba en brazos a uno de pelaje gris y lo lanzaba al aire para atraparlo con sus garras sin intención de parar, aunque su cuerpo ya no tuviera vida. Tomó su pecho y sacó su corazón de un solo golpe, para luego correr hacia el último que quedaba y arrancarle la mandíbula con su mano libre, dejándolo muerto en el suelo. SeokJin, quien se toma más calmado estas situaciones, depositaba el cuerpo de su contrario con delicadeza en el suelo y cerraba sus ojos.

- Hijos de mil puta. -escupió en sus rostros el menor.- ¿Estás bien? -corrió hacia Tae, dejando atrás su monstruosa forma.

- No... -temblaba.- No pude defenderlo, se llevaron...

- ¿A quien?-preguntó.

- ¡Namjoon! -Seokjin creció consideradamente de forma, dejándome sorprendido pues no creía que podía aumentar más.- ¡Se lo llevaron!

Comenzó a correr desaforadamente, era realmente una bestia en este instante. Por unos segundos, logró darme miedo a mi también pero no era momento de paralizarse.

- Quédate aquí, llévalo al auto, ¿me oíste? -le indiqué.

- Pero Nam... -interrumpí.

- ¡Cuidarás de Tae, maldita sea! -grité y comencé a correr tras SeokJin, quien derrumbaba los árboles a su paso sin pensar en las familias que vivían en ellos. Sus gruñidos y gritos desgarradores se oían a lo lejos, estremecían mi corazón de manera abrumadora. Eran aterradores.

¿En qué momento se habían llevado a Namjoon? ¿Por qué se lo llevarían?

- Iremos contigo.- la voz de Taehyung a mi lado me sorprendió. 

Sin dejar de correr, observé cómo su forma había cambiado repentinamente. Llevando claros ojos rosas y unos grandes músculos, corría a mi ritmo en cuatro extremidades. Era más pequeño que nosotros, pero definitivamente había estado ocultando esto.

- Es alfa-omega, aún así no tiene nuestra fuerza y sólo puede transformar su forma cuando siente mucha impotencia. -sonrió Jungkook, quien llevaba el triple de su tamaño.- En este momento se siente de la mierda.

Volví mi vista al frente, donde Taehyung olfateaba y nos guiaba hacia nuestra pequeña manada... Vamos por ti, Namjoonie.

• Blood  « pj x my »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora