( 23 )

26 7 5
                                    

- ¿Qué quieres decir con eso? ¡Me lleva el demonio, maldición! -grité, golpeando una mesa que se encontraba a mi lado.

Los pocos clientes y empleados que quedaban allí giraron a mirarme. Pedí perdón a cada uno con ambas manos  juntas sobre mi pecho. Seokjin tomó mi hombro, mirándome con esos ojos llenos de desesperación y calma. Respiré profundo y salí caminando de allí. Mi sangre hervía, pero dejé que la rabia consumiera la poca razón que me quedaba.

   Los niños se iban a sus casas, las familias regresaban a sus hogares y los negocios comenzaban a cerrar. La noche abrazaba el pueblo y nosotros caminábamos hacia el pequeño hotel donde alquilaríamos una habitación. Taehyung se encontraba desplomado, agotado y triste. El último pueblo de la ciudad y aún no había rastro de su gran amigo. Nadie hablaba, nadie sabía qué hacer de ahora en más. Por supuesto que recorreríamos todo el país si el menor quisiera pero por el momento nadie se atrevía a decirlo, nos merecíamos un descanso y relajar nuestras mentes hasta el día siguiente.

   Llegamos al hotel, pedimos alojarnos y subimos las escaleras. Una sola habitación disponible y sólo dos camas. Una doble, otra simple... Y un sillón. Era demasiado para lo que había esperado de tal lugar. Con paciencia, uno a uno fuimos entrando al baño para ducharnos, cambiarnos y acostarnos. Estaban ya todos listos excepto Taehyung, quien se asomaba a la ventana observando la Luna, por sus ojos comprendí que le rogaba encontrarlo. Me acerqué, con suavidad, y lo abracé por detrás. Sentí espasmos venir de su cuerpo y me dispuse a apretar el agarre, tomó mis manos entre las de él para acariciarme con su pulgar, apoyé mi frente en su espalda y me concentré en darle total apoyo. 

  De repente, sus sollozos cesaron, sus manos se distanciaron y su cuerpo se inclinó hacia delante. Creí que no quería más contacto por el momento, pero al levantar la vista lo observé casi trepado el ventanal. Como reacción, lo tomé de la cintura y lo sostuve, creí que quería salir por allí pero con atención, noté que su pelaje y orejas habían salido, que su hocico olfateaba sin cesar y su cola se movía frenéticamente.


- ¿Qué hay? -pregunté.


El repentino sonido de mi voz hizo que todos se levantaran de sus camas y vinieran hacia nosotros, se encontraban atentos a pesar del cansancio. Se posicionaron detrás de mí y con detenimiento observábamos al menor. Parecía un cachorro olfateando un bocado de carne o aguardando que lances la pelota.


- Lo huelo.

- ¿Qué? -solté, en un hilo de voz. Mi corazón palpitó fuerte.

- A Yoongi, lo huelo.- gritó.


Mi pecho dio un vuelco. ¿Cómo que lo olfateaba? ¿Cómo que estaba en el pueblo y no lo encontramos?


- Bien, vamos. -agregó Jeon poniéndose su abrigo y tomando el del menor.- Vamos Tae, olfatéalo. - se acercó a él para ser automáticamente aprisionado por sus brazos.

- ¡Corran! -gritó.- ¡Corran antes que desaparezca!

- ¿Seguro es él? -preguntó el mayor.

- No perdemos anda con ir a ver, agarra tu abrigo.- respondí.


Ya nos encontrábamos en la calle, caminando a paso apresurado para poder seguir al menor quien corría moviendo su cola. Llegamos a un camino algo lejano que me resultaba familiar. Continuamos derecho por aquella calle de tierra que se abría frente a nosotros, las casas se encontraban silenciosas y las luces comenzaban a apagarse. Los lugareños se acostaban temprano, el trabajo de campo parecía duro.

Comencé a identificar algunas de esas casas, hasta que mi sangre heló y mis vellos se erizaron. Mi lobo quiso salir pero lo retuve con todas mis fuerzas. No era lugar ni momento para ser alfa, al menos ahora. Sin darme cuenta, me había frenado a mitad del camino, en silencio.


- ¿Jimin? ¿Estás bien? -Namjoon se había regresado hacia mí.- Oye... -sacudió mi torso.

- ¿Eh...? -parpadeé varias veces y enfoqué su rostro frentre al mío.- S-sí... Sí.

- Entonces camina, ya deben estar llegando al fin del camino.


Asentí y comenzamos a trotar para alcanzarlos. En eso, se me ocurrió comentarle lo sucedido.


- Hyung, este es el camino que tomé por la tarde y me faltaron sólo tres casas. Estaba llegando cuando Jin llamó a mi teléfono.

- ¿Crees que hay tres lugares posibles donde se encuentre? -preguntó.

- Sí. He estado pensando qué hubiera pasado si lo encontraba... 

- Tienen una historia, ¿verdad? -asentí.- Entonces yo creo que le hubiera encantado verte aquí, que seas su héroe.


Ambos reímos. La nostalgia envolvió mi corazón nuevamente, y la seriedad se apoderó de mi rostro.


- Yoongi no era así, nunca fue muy demostrativo... -Rasqué mi nuca.- Si lo hubiera sido, si realmente me hubiera amado creo que estaríamos unidos todavía. - Sonreí, ocultando mi dolor.- Y después de todo esto, después de DH, no creo que se haya vuelto más tierno.

- Seokjin me ha contado que soñaste con él. -agregó, nervioso.- Si fue así, si el del sueño era él, déjame decirte que la conexión fue fuerte y quedó grabada en cada fibra de sus cuerpos. Esa historia no fue pasajera, aún no está concluída.

- ¿Tú crees? -sentía mis mejillas arder.- N-no lo sé, Nam, yo nunca me enamoré y no creo poder darle lo que se merece, jamás.

- ¿Seguro no te has enamorado nunca? -giró su rostro, con una sonrisa juguetona y regresó la vista al frente.- Corre, allí están.


Aceleró el paso con la mano levantada avisando que habíamos llegado. Su pregunta quedó rebotando en mi mente. ¿Me había enamorado de Yoongi alguna vez? 


- Estamos casi al final del camino, quedan tres casas y sólo una tiene luces. -habló Jeon.- Es la última, al fondo. Taehyung está allí parado mirándola desde que llegamos.

- Debe provenir de allí el olor.- susurré.

- Bien, toquemos la puerta.- decidió Jeon.


Nos acercamos todos hacia el menor. Me paré a su lado y tomé su mano, presioné fuerte y respiramos profundo a la vez. Ambos nos encontrábamos nerviosos, nuestras manos traspiraban y nuestros pechos se movían con rapidez.


- ¿Quién tocará timbre? -preguntó el mayor.

- Debe ir alguien que él conozca... -respondió Namjoon.


Los tres giraron a vernos, puesto que fuimos los más cercanos al desaparecido.


- No puedo.-susurró.

- Eres su mejor amigo, debes ir tú. A mi seguro me odia.- respondí, en un hilo de voz.

- Ve tú, por favor. Si él no está aquí yo no podría soportarlo.- clavó sus ojos llorosos sobre mi mirada.

- Bien. -tomé aire y di un paso al frente. Agité mis manos sudorosas, troné mi cuello, cerré mis ojos y me armé de valentía para caminar hacia aquella puerta. Subí los dos escalones que se presentaban y cerré mi puño para golpear la madera. Conté hasta diez, lentamente, y golpee.


- ¿Quién es? -una voz rasposa se oyó al otro lado.

- Jimin. -carraspee mi garganta.- Park Jimin.

- ¿Jimin? -la puerta se abrió de repente. Mi sangre se congeló.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

• Blood  « pj x my »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora