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La silenciosa ruta parecía nunca acabar, no se notaba la terminación donde la calle se hacía apenas un hilo negro. Namjoon había tomado el volante kilómetros atrás, y comencé a sentirme incómodo al notar que sus ojos hacían fuerza para mantener sus párpados arriba. 

Apoyé mi codo en el apoya-brazos, observando por la ventana la nada misma, sólo campos y un cielo estrellado. No comprendía si mi imaginación me jugaba una mala pasada o si estaba volviéndome paranoico, pero podía jurar que la mismísima Luna, nuevamente, estaba dándome señales, pues se encontraba iluminando una pequeña casa a mitad de aquella parcela al costado de la calle. Un cartel de chapa pintado a mano anunciaba tener habitaciones libres. 

- Nam... -sacudí apenas su hombro.- ¿Por qué no nos hospedamos aquí esta noche? -señalé el cartel.

- ¿Tú dices? ¿No es algo extraña esa vivienda? -su rostro demostraba temor.

- Confía, tienes tres alfas contigo. -guiñé un ojo.- Además, no puedes continuar conduciendo en esas condiciones.

Tras asentir bajo mi convencimiento, giró hacia la dirección correspondiente para meternos en una angosta calle de tierra con pequeños árboles creciendo en sus bordes. Una vez llegamos, notamos una luz encendiéndose en la entrada y un señor de gran edad saliendo de ella.

- Buenas noches jóvenes, ¿desean descansar? - se acercó a nosotros acompañado de un bastón de madera.- ¿Cómo se encuentran?

- Buenas noches, señor. Nos encontramos agotados, ¿tiene habitaciones libres? -pregunté mientras Namjoon despertaba a los demás.

- Veo que son un grupo algo grande... -acomodó sus anteojos.- Tengo una habitación para tres personas con dos camas dobles.

- Perfecto.- sonreí antes de girar hacia el grupo.- ¿Están de acuerdo?

- Debemos comer antes. -Seokjin tomó la bolsa con alimento y se encaminó hacia dentro, acompañado del señor.

Camino a la casa, Taehyung tomó mi brazo, envolviendo mi cintura entre los suyos, logrando así que lo abrazara por el cuello. Lo observé sorprendido mientras reía a culpa de Jeon, quien caminaba delante nuestro y llevaba sólo una zapatilla.

- Jung, ¿has perdido el par? -preguntó.

- Lo llevo en la mano...- agitó su brazo enseñando el par.- Jin no me ha dado tiempo de calzarme.

Tae rió con su cabeza hacia atrás. Comenzamos a reír también.

- Jimin... -su voz de repente sonaba seria. Frenó sus pasos.- Espera un momento... -observó a los demás entrar a la casa y se paró frente a mi.- ¿Cómo te sientes?

Suspiré.- No lo sé, realmente... Han pasado muchas cosas en el camino y me siento culpable por lo que pudo haberles sucedido. No era necesario que me acompañaran.

- Mira si no lo hacíamos... -tomó mis mejillas.- Estarías muerto.

Varios segundos pasaron antes de despegar nuestras húmedas miradas y abrazarnos fuertemente.- Gracias por estar aquí, Tae...

- Soy yo quien debe estar agradecido contigo, estás en busca de mi mejor amigo sólo porque te lo he pedido y todos han venido. En verdad, estoy rodeado por las mejores personas.- presionó más nuestros cuerpos profundizando aquel abrazo en medio de lágrimas.

El afecto era sincero y cálido con Taehyung, todo era cómodo a su lado. Por supuesto que protegería al equipo, pero con el pequeño era inevitable en cualquier momento. Correr bajo la lluvia por entregarle tu paraguas o no comer la última porción sólo porque se ha quedado con hambre, eran detalles que salían por sí solos cuando de él se trataba.

- Cenaremos en el comedor del Señor Han, tomen platos y cubiertos para acomodar la mesa. - Seokjin nos recibió en la cocina con su delantal atado a la cintura.- La comida estará en unos minutos.




• Blood  « pj x my »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora