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- Sube la música... -Taehyung hacía presión sobre mi asiento intentando llegar al radio.

- No. -mis ojos observaban la oscura carretera.

Tras el pesado silencio que se formuló luego de mi respuesta, oí a Namjoon ofrecer sándwiches a los demás chicos y rápidamente logró que Tae al fin se acomodara en el bendito asiento. Lo amenazó sacudiendo los panes con jamón en medio acompañado de una órden con aire de padre <<Ponte el cinturón, pequeño revoltoso.>>  Acomodé el espejo retrovisor divisando a los dos charlatanes detrás y les afirmé que quien ensuciara el tapizado lavará el vehículo entero en la tarde justo en el exacto momento en que Tae daba un mordisco victorioso al alimento y me observaba con las mejillas repletas de migajas, sin mover músculo alguno (como si de ese modo no pudiera verlo), remató el adorable acto con una sonrisa cuadrada como sólo él podía hacer. Cerrando sus ojos y dejando ver sus relucientes dientes con restos de pan. 

Sonreí suavemente, y por el rabillo observé a Jin, plácidamente dormido con un pequeño almohadón en su cuello. 

- ¿Dónde haremos la primer parada? - Namjoon se asomó lentamente entre ambos asientos, haciéndome reír.

- En el pueblo siguiente, estamos a unos quince minutos. -dudé con las cejas pero asentí luego de replantearlo unos segundos.

- Bien, porque debo ir al baño... -rió incómodamente.

Los minutos restantes siguieron en tranquilidad, con momentos en que Jung tarareaba alguna de las canciones que escuchaba por medio de los auriculares o el sonido del videojuego de su amante, que nos hacía saber todo lo que ocurría por un relato que nadie oía pero se encontraba sonando al fondo. Interrumpí todo sonido existente para avisar la llegada a la estación de servicio, la cual quedaba en la entrada del pueblo cercano. Sin más espera, Nam abrió la puerta y se lanzó a correr hasta el baño.

- Jinnie... -sacudí con suavidad el hombro del mayor.- ¿Quieres bajar al baño? -negó despacio.- ¿Quieres que te compre algo de comer? 

- Galletas de chocolate y... un jugo. -susurró.

- Bien, ¿seguro no quieres ir al baño? -volvió a negar.- No hay parada en hora y media luego de ésta... -al no obtener respuesta, puse mis ojos en blanco y bajé del móvil.

Avisé a los menores que iría al minimarket del lugar y Jung se ofreció a acompañarme mientras Taehyung cuidaba el coche. Al entrar, nos separamos entre las góndolas para elegir lo que cada quien quería, tomé las galletas y algunas otras cosas dulces para los demás. No sabía qué jugo quería hyung, por lo que decidí tomar tres de uva y tres de frutilla. Busqué a Kook con la mirada sobre las estanterías y una vez divisado, caminé hacia él para dirigirnos a pagar los productos, una vez que tomamos las bolsas para regresar, observamos a Nam corriendo hacia el vehículo. A mi costado sentí unos movimientos bruscos que me hicieron girar, haciéndome ver una sombra oscura ejerciéndose sobre mis ojos dejando ver notables músculos gigantes cubiertos de un pelaje marrón brillante bajo la luz, unos ojos violetas que me observaban a la par en que cuatro colmillos relucientes se asomaban debajo del hocico. 

- Jimin... -susurró.- ¿Te quedarás ahí viendo?

Reaccioné luego de aquellas palabras y regresé mi mirada al vehículo, donde SeokJin también se había transformado en su bestia interior y atacaba con furia a aquel desconocido hambriento en la acera. Este último se abalanzó de un brinco sobre Taehyung, el cual rápidamente fue cubierto por la sombra de Jungkook luego de haber arrastrado consigo al extraño. Corrí hacia ellos con ayuda de mis cuatro extremidades y di un salto hacia el surtidor de gas, trepando por él hasta quedar en el tejado del lugar. Kook golpeó repentinamente la espalda del sujeto contra el pavimento donde estábamos haciendo pie, tomé sin dudar sus brazos para sostenerlo hasta que llegara Jin, quien tardó menos de un segundo en estar allí sujetando sus piernas.

- ¿Quién eres? -el menor se acercó a su rostro sentándose sobre su estómago.

- No te importa. -su voz rasposa se hizo oír.- ¡Déjenme ir! -comenzó a moverse con fuerza, intentando librarse. 

- ¡¿Quién eres?! -grité. Rápidamente quedó quieto, como si de una parálisis se tratara, subió sus ojos hacia mí y dejó caer la parte superior de su mandíbula con cabellos grises y finos colmillos.- ¡Te he preguntado algo! -abrió más sus párpados dejando a la vista dos claros y celestes iris.

- No te lo diré ni aunque lleve mil torturas. -respondió entre dientes.- Veo que eres de una clase realmente alta. -comenzó a examinar mi rostro.- Tu raza lleva milenios, eres casi una leyenda.

- Esta leyenda te asesinará si no hablas. -me acerqué a su enorme oreja.- Lobo asqueroso.

- Sólo andaba cazando... 

- ¿Justamente a nosotros? -habló finalmente el mayor.- Asesínenlo.

Una vez cerrada la discusión, dió un salto, desapareciendo del paisaje. Jung comenzó a reír ferozmente, tanto que sus ojos se tornaron aún más oscuros, sus colmillos crecieron al menos un centímetro más y la saliva le chorreaba de a litros. Sacó sus filosas garras y las enterró en el pecho del lobezno, girando la muñeca para llegar más al fondo, haciéndolo estremecer del dolor. Sus gritos se oían en todo el lugar y más allá también, seguro alertando a su manada, por lo que cubrí su boca con mi mano clavando mis uñas al costado cuando cerré los dedos. Le sonreí, y subí mi vista hacia el menor quien se notaba disfrutaba del asesinato, sacando y clavando sus garras con tanta velocidad que casi no las notaba. Una vez que los ojos de la víctima perdieron brillo, tomé el brazo de Jungkook dándole la indicación de que estaba el trabajo terminado.

- Límpiate y baja, no dejes que Tae te vea así. -guiñé un ojo y tomé le cadáver entre mis brazos para saltar hacia al bosque detrás de la estación desapareciendo entre los pinos.

Lo dejé bajo unos cuantos metros de hojas secas de otoño, y observé los alrededores para asegurar que nadie más estuviera esperando el momento justo para atacar. Una vez creí asegurado el perímetro, me encaminé hacia mis amigos. Jin se encontraba dispuesto a llevar el volante esta vez, Nam iba a su lado y Tae descansaba en el regazo de su querido Jungkook. Pedí disculpas a los empleados del lugar (aunque el mayor ya se había encargado de ello), y subí al automóvil para continuar viaje.



• Blood  « pj x my »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora