Un Amor Real | Merthur

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Como había dicho la joven Talicia, junto al camino que habían recorrido había un pequeño árbol de magnolias; cuando pasaron junto a él, bajó rápidamente del caballo intentando no llamar la atención de los príncipes, y cortó un par de remitas llenas de esas flores blancas y rosadas

Las metió al bolso con cuidado y montó rápido para alcanzar a los otros dos; suspiró aliviado y satisfecho, cuando volteó su vista al frente se topó con la sonrisa de la joven seguido de un guiño, él le devolvió la sonrisa un poco apenado agradeciéndole

-Muy bien, ahora a donde iremos?-se dirigió animada al príncipe a su lado

-Ehh?! Ammm...pues la verdad después del desayuno estaba pensando en salir a cazar para bajar la comida-

-No soy muy fanática de eso, no se me da mal pero...no me agrada-

-Entonces...-

-Mis Lords!-gritó el joven mago para llamar su atención, logrando que detuvieran a sus corceles para escucharlo-escuche que el Rey había organizado una justa amistosa con el otro reino, si gustan ir creo que aún llegaríamos a tiempo

-No suena tan mal...que te parece Lady Talicia?-

-Me parece bien...una carrera?!-hizo correr a su caballo sin darle tiempo a los chicos de reaccionar, para cuando le siguieron ella ya estaba un poco adelantada, Arturo logró alcanzarla, pero Merlin tuvo que quedarse un poco atrás, no quería dejar caer todas las cosas que llevaba su caballo...

-Muchas gracias Tamara! Incluso parece el trabajo de un profesional-habló alegre la protegida de Uther, admirando las delicadas costuras que habían arreglado la rasgadura que había sufrido uno de sus vestidos favoritos

-Se ve como nuevo-secundó la morena-y de verdad lo siento mi lady, por mi culpa casi no pudo usar el vestido para la justa

-Descuida Gwen fue un accidente, lo bueno es que Tamara apareció en el mejor momento-

-No fue nada princesa, estas cosas se me dan fácil-dio vueltas a la aguja con el hilo para luego atraparla hábilmente cuando la detuvo y la guardó en una pequeña cajita con varios carretes de hilo y otras agujas

-Donde aprendiste?-preguntó Morgana, abrazando el vestido aún encantada con el arreglo

-Mi padre es sastre, me enseño desde pequeña-

-Me gustaría aprender un poco de eso, me serviría mucho más que sólo saber de armaduras-soltó una risa penosa acompañada de las otras chicas

Pero las sonrisas fueron borradas al escuchar las campanas de alerta del reino...

Ambos monarcas salieron del salón real, uno con el semblante bastante molesto y el otro algo confundido

-Que sucede Uther?!-

-Es la alerta del castillo-explicó con un tono serio...

Los caballeros corrían por los pasillos fuera del castillo para atender a la alerta; en la ciudadela varias perdonas corrían despavoridas de la escena, en medio de la calle yacía un hombre sin vida y otro al lado suyo respirando alterado, viendo en shock al cuerpo inerte a pocos centímetros de sus pies

-ERES UN HECHICERO!-gritó una mujer aterrada tomando a su hijo y retrocediendo

-N_no, querida, no quise hacerlo!-gritó el hombre tratando de acercarse a su esposa-intentaba protegerte!

-ALEJATE! CONFIÉ EN TI!-con lagrimas en sus ojos cargó al niño que igual tenia un mar de lagrimas bajando por sus mejillas, más por el hecho de no entender lo que pasaba; la mujer corrió de su esposo que intentó seguirla, topándose con un grupo de caballeros que le apuntaron con sus espadas