Un Amor Real | Merthur

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-Podrías darte prisa!-exigió con un grito molesto, alterando y aturdiendo un poco al joven mago por estar tan cerca suyo pero sin parar su trabajo de vestir al príncipe de Camelot

Después del incidente en el pueblo, la rutina de los habitantes había regresado a la normalidad; de la mujer de aquel hombre no se supo más después de la ejecución, tal vez había vuelto a su hogar, pero nada era seguro, sólo el hecho de que la justa no se cancelaría y que ahora en parte era declarada como celebración, según Uther, por haber eliminado a un hechicero más de su reino

Así que ahí se encontraba, moviéndose de la mesa hacia el rubio lo más rápido que podía alistándolo con su armadura para su participación en la justa

-Nada a comenzado aún, deja de desesperarte, llegaras a tiempo-dijo sin mirarle, más concentrado en terminar de atar su guantelete

-Qué impresión daría a los nobles del reino visitante si llegó aunque sea un poco tarde? Un príncipe tiene que ser puntual, así que mejor cierra la boca y apresúrate!-el hechicero rodó los ojos sin que el rubio le viese y siguió con el mismo ritmo

Y para nada había llegado tarde, como había asegurado su siervo; la mayoría de los caballeros aún estaban en sus tiendas alistándose, aunque las gradas ya estaban repletas de ciudadanos esperando el espectáculo, ni siquiera los reyes estaban presentes

-Ves? Te lo di_-y antes de que pudiera terminar, el rubio le golpeó en el estomago con su casco, el mago por instinto lo sujeto, haciendo una mueca por la falta de aire repentina

-Cierra la boca, Merlin, y alista mi caballo-habló tranquilo pero con notoria molestia en su voz antes de pasar a su carpa

El mago rodó los ojos negando con la cabeza yendo a hacer lo ordenado

Dentro de la carpa el príncipe calentaba empuñando el mango de la espada y haciendo un par de ataques simulados con ella

-Nervioso?-se escuchó detrás de él, volteó encontrándose con la joven princesa

-Claro que no, soy uno de los mejores caballeros en este reino-por no decir el único, pensó, no quería sonar pretencioso frente a la joven, aunque no lo había logrado muy bien

La princesa sólo soltó una ligera risa, pudo notar el intento de sonar modesto, pero no quería quitarle la seguridad haciéndoselo sabes, era mejor presenciar el evento y ver si eran verdad sus palabras

-Aún así te deseo suerte en combate, aunque no la necesites-

-En efecto, pero te agradesco mucho-asintió levemente con la cabeza, recibiendo un gesto igual de la joven, que mientras salía se topó con el siervo del príncipe, muy apurado, llevando el casco y lanza del rubio en mano

Apenas reaccionó para dar media vuelta y saludar con un ademan a la joven y no parecer grosero pasándola de largo, ella le sonrió aunque no lo hubiera alcanzado a ver por la prisa que llevaba

Nada más entrar a la carpa, tuvo que retroceder en seco para evitar un posible golpe de la espada del rubio, que no se había preocupado en cuidar si alguien entraba mientras él practicaba

-Guárdate los espadazos para el duelo, terminaras degollando a alguien-dijo un tanto molesto después de que se le pasara el susto mientras dejaba las cosas en una mesa cerca de ellos, el rubio no hizo más que reír un poco mientras curiosamente, o inconscientemente, hacia caso a la petición del otro-ví a un par de caballeros del otro reino, se ven fuertes y experimentados, crees que puedas vencerlos?

-Obvio que sí, soy el mejor caballero de Camelot y voy a mantener ese titulo-enfundó su espada y colocó sus puños en sus caderas, inflando el pecho con aires de grandeza