Un Amor Real | Merthur

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Al llegar al pueblo todos estaban alterados, los caballeros estaban en alerta y podía suponer que hubo una pelea ya que varios puestos estaban arruinados; desmontó su corcel y corrió hacia uno de sus caballeros 

-León ¿Qué pasó aquí?-

-Unos bandidos creyeron que era buena idea robar a plena luz de día, algunos escaparon pero capturamos a dos, pudimos controlar rápidamente la situación pero hubo un par de heridos-

la princesa y ambos sirvientes llegaron poco después, al momento que un par de caballero vieron al sirviente del príncipe le avisaron que Gaius precisaba de su asistencia, no cuestionó e inmediatamente salió corriendo hacia las cámaras del médico, Arturo por su lado, tomó camino hacia la sala del trono donde se le había dicho que estaban juzgando a los bandidos

-León, ¿puedes decirme algo de los heridos? - pidió amablemente la princesa, con un semblante genuino de preocupación, su sirvienta del mismo modo, se mantuvo atenta

-Hubo un par de lesionados por golpes al defender sus mercancías, pero quien se llevó una herida grabe fue un cocinero de su reino mi Lady, tiene una herida bastante grave de navaja en su estómago-

Talicia se sorprendió, pero quien se notaba aún más preocupada fue su doncella; en su viaje, tres cocineros elegidos por el Rey Hussa los habían acompañado, uno de ellos, hermano de su madre

-¡¿Qué cocinero?!-se puso en frente del caballero, su voz denotaba su creciente preocupación

-No sabría decirle, lo llevaron de inmediato a asistirlo-

Tenía que serciorarse, con ojos de súplica miró a su señora que no necesito de ninguna petición verbal para dejarla ir, salió corriendo de inmediato, tratando de hacer memoria sobre donde estaban las cámaras Gaius, por suerte llegó sin muchas vueltas, entrando estridentemente alterando un poco al anciano que estaba de por sí estresado con el pobre hombre que se retorcía de dolor

Reprendió a la joven, ordenandole que se retirara pero se acercó aún más, Gaius al ver su semblante preocupado le permitió que siguiera a regañadientes, dejándola ver por fin el rostro del hombre en la camilla

Cubrió su boca después de un jadeo asustada, sentía que el corazón se le escapaba de la garganta, lo que temía se volvió realidad, el hombre que estaba agonizando era Valdir, su tío, que al verla sonrió con esfuerzo

-Que pena saludarnos en esta situación-intentó bromear pero una nueva punzada de dolor lo hizo callar

-¡Por favor, dígame que lo puede salvar! -pidió algo desesperada al anciano que soltó un suspiro algo estresado, miraba las compresas ya casi totalmente llenas de sangre que intentaban parar el sangrado, era un herida bastante grande y las hierbas que aplicó para cohagular la sangre no eran suficientes, antes de que la joven llegara no había pasado ni dos minutos desde que había mandado a Merlin a traer más tela y algo de agua para tratar al hombre

Y no podía alejarse para buscar más hierbas, necesitaba hacer presión en la herida, por suerte la joven le sería de ayuda en ese momento

-Haré lo que pueda pero tienes que ayudarme, sujeta esto contra su cuerpo, no apliques mucha presión-le ordenó y sin esperar una afirmación o negación, jaló a la joven de la mano para intercambiar lugares

La chica estaba nerviosa y alterada por la situación pero acató la orden. Sus manos temblaban al sentir la sangre húmeda pasar de la tela a sus manos y el cuerpo de su tío empezando a tiritar por el frío que la pérdida de sangre le ocasionaba

Gaius no perdió el tiempo y comenzó a hacer un infucion para apaciguar el dolor y detener más el sangrado, para eso necesitaba tiempo, no mucho, pero el hombre no podía esperar, sus ojos empezaron a perder enfoque y su tez se tornaba a un blanco fantasmal