Os voy a dar un consejo antes de que me lo pidáis: Nunca digáis las palabras mágicas.
"Bueno, podría ser peor, ¿no?"
Sí.
Empezar el día con una pelea en el hall. Podría ser peor.
Escuchar una voz que te resulta extremadamente familiar, que ansias escuchar, de esas que echas de menos... pero que nunca llegas a ver si realmente viene de esa boca, esa mirada de piedra preciosa... me estoy desviando, pero, evidentemente, podría ser mucho peor.
Recorrer media facultad con el fin de conseguir una dichosa matrícula, perdida, y con cierto sentimiento de culpa por los comentarios de la que fue tu mejor amiga. Peores cosas se han visto, ¿verdad?
Hasta que abres la puerta de la habitación en la que vas a pasar tu último año de carrera y ahí esta ella.
Chica Conflictiva.
- Me llamo Yeleen, ¿estás tonta o qué?
- Soy MC.
- Estoy hablando por teléfono, MC.
Oh, disculpe, Su Majestad.
A veces desearía gritar, igual que el cuadro de Munch, que mi rostro se deforme y mi foca se agrande, que el paisaje tiemble en una pincelada rápida y contrastada, para que mi angustia se aleje como las figuras oscuras que aparecen en el fondo.
Quizás no puedan escuchar la angustia de ese ser pálido y desesperado.
Quizás nos hemos acostumbrado tanto a la desdicha que en vez de ayudarnos, pasamos de largo.
¿Verdad, Yeleen, alias Chica Conflictiva?
- Somos más de 3.000 personas en el campus y tenía que tocarnos juntas.
Yo también estoy encantada de conocerte. Otra vez.
Ahoguemos ese grito interno.
- De todas formas, no tenemos elección. Podemos empezar de cero, ¿no? Tendremos que apañarnos.
- Qué remedio. En fin, te dejo instalarte. Ni se te ocurra tocar mis cosas, lo sabré.
- No tengo ningún interés en hurgar entre tus pertenencias, Yeleen.
- No esperaba menos, que tengas un buen día.
Un portazo.
En fin.
Podría ser peor, ¿no?
¡Mierda!
Demasiado tarde.
Ya está dicho.
* * * * * *
El siguiente estadio a la hora de proseguir con mi maravillosa vida universitaria era encontrar un trabajo.
No tenía que ser el trabajo de mi vida, claro, lo suficiente para permitirme unos cuantos caprichos y el bono de las comidas de la cafetería. Quería ser autosuficiente, ahora que estaba lejos de mis padres. Mis primeros pasos como adulta.
Mi emoción era real.
Así que, antes de quedar con mis amigos, era momento de pasarme por el Cosy Bear Café, una cafetería con encanto cerca del campus que buscaba una camarera.
La oportunidad perfecta de conseguir un empleo.
Y, al abrir la puerta.
La oportunidad perfecta para conocer a un chico nuevo.
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Rewrite [Nathaniel, Corazón de melón]
FanfictionNo a todo el mundo le gustan los cambios. Algunas personas prefieren quedarse donde estaban, respetando una rutina dulce con sus pequeñas dosis de pimienta, pero no por ello menos feliz. Pero, en la mayoría de los casos, el cambio es algo inevitable...