[EXTRA] The Cursed Woman

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La noche estaba siendo todo un éxito, las sonrisas de la gente eran testigo suficiente de ello.

Sin embargo, mi caso era un poco diferente, un poco... agridulce. 

Sí, mi delegado se había pasado a hacerme una visita.

Sí, habíamos estado hablando (discutiendo).

Y sí, había dicho que iba a protegernos y que todo iba por el buen camino.

Pero claro, después de un par de meses de idas y venidas... lo cierto es que no me deja más tranquila.

Más bien al contrario.

Pero bueno, es momento de centrarme en la fiesta y la recaudación.

Aunque, como decía, todo va sobre ruedas; así que me tomo la libertad de ir a descansar un poco a la cocina.

Sentada en una de las sillas que hemos recogido, con la cabeza apoyada sobre la mesa de metal, ahora despejada, noto que el tacto frío me alivia un poco.

Suspiro y la puerta se abre de nuevo.

Nuestro invitado estrella ha vuelto, y parece que no viene solo.

- ¿Lys? ¿Qué haces aquí? Pensaba que te habías ido con Rosa y Leigh de vuelta para casa.

Me mira con una sonrisa, como un niño pequeño que no puede aguantar el momento exacto para dar una sorpresa.

- Ese era el plan en un principio, pero me he encontrado con estos dos y, bueno, pensamos en darte una sorpresa.

- Hola, MC, , cuánto tiempo

El primero de los chicos que habla tiene el pelo castaño, muy cortito. Sus ojos de esmeralda se clavan en los míos con una seguridad que me lleva a tragar saliva, a pesar del color que se extiende por sus mejillas. Viste de forma sencilla y cómoda, con una camiseta blanca y unos pantalones deportivos. Como único accesorio luce un par de chapas colgadas al cuello por una cadena.

- ¿Kentin?

En cuanto pronuncio su nombre corre a abrazarme. Es enorme. Me estrecha entre sus brazos y mis pies ya no tocan el suelo, da vueltas y yo casi pierdo el aliento.

Cuando me baja ambos rompemos a reír, pero entonces caigo en la cuenta de quién es la segunda figura que acompañaba a Lysandro.

- Oh no, ¿Armin? ¿Pero tú no estabas en el extranjero?

Lo primero que me llama la atención es su pelo largo y negro, que lleva en un corte desenfadado con un lateral rapado. Su mirada afable es la de siempre, así como su sonrisa sarcástica.

Lo miro de arriba abajo, lleva una chaqueta, camisa y pantalones de vestir. A primera vista parece un conjunto de lo más elegante, pero luce algunos detalles que le dan un punto moderno e interesante: la camisa arremangada deja ver algunos tatuajes, lleva algunos pins en la chaqueta y un par de cadenas asoman en uno de los laterales.

- Pero tú... ¿Tú estás trabajando en una empresa de videojuegos o te dedicas al modelaje?

Diría que mide lo mismo que Alexy, pero se nota que pasa cierto tiempo en el gimnasio.

- Vaya, hacía tiempo que nadie me decía algo tan halagador.

Me tira de uno de los mechones de pelo que han empezado a soltarse, pero cuando voy a empujarle me atrae a su pecho.

- Tú también estás deslumbrante. 

Una vez han terminado los saludos, nos sentamos todos en las sillas que hay por la cocina. Lo cierto es que hay mucho que contar, y, por suerte, parece que Clemence no reclama mi presencia en la sala. 

Rewrite [Nathaniel, Corazón de melón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora