-¿Entonces soy el sexto elegido?-dijo Marco sobando su barbilla.
-Si, y te necesitamos.-dijo Rita.
Las mejillas de Marco se coloraron en un rojo tomate, el chico desde la primera vista de Rita, en el agua del río, supo que era con la mujer que deseaba casarse.
-Bien, de todos modos no quiero seguir aparentando estar muerto, si me voy a morir a manos de Diamante sea con honor.
Ahora ya eran tres de ocho,era un gran avance, si la cosa seguía así en menos de lo que canta un gallo podrían enfrentar a Diamante. Con estos sentimientos de orgullo pasaron el día alistando sus cosas para el viaje,la única pista que se les dio, fue que pasaran al reino de Plata, sin embargo al llegar la noche llegaron al reino de Rubi, los chicos estaban cansados y el pueblo más cercano estaba lejos para los caballos cansados, entre la oscura noche avistaron una casa, corrieron hacia ella, parecía vacía desde hace décadas, entraron y en efectivo, era como si sus habitantes hubieran dejado el lugar como si nada, Rita se acerco hacia una de las camas y observo una cobija más pequeña, la olió, tenia un olor tan familiar pero al mismo tiempo tan dulce como el de un bebé recién nacido. Eliot y Marco se durmieron en suelo junto a las llamas de la chimenea, mientras que Lucita y Rita en las camas, Rita no soltó la mantita con olor a bebé en toda la noche, y así soñó con un chico que recogía un pequeño bebé y lo llevaba a esa cama. Despertaron al grito de una señora que se encontraba en la puerta de la entrada, la mujer salio corriendo y Eliot tras de ella, pasaron algunos minutos para después volver con ella mucho más tranquila, la mujer se había quedado a cargo de esa casita hace más de veinte años, los llevo a desayunar a su casa, donde se encontraba una mujer mucho más anciana y dos niños, en la pared de esa casa se encontraba un cuadro de cuatro jóvencitas y un niño, a los lados lo que parecen sus padre, al ver la insistencia de Rita en la pintura la señora hablo:
-La chica de la derecha soy yo, con mis hermanas y mi hermano, el falleció cuando tenia siete a manos del reino de Zafiro, ya que iban buscando a la familia real heredera en el pueblo donde vivíamos, la orden que se dio fue matar a los niños menores de diez años, mi hermano intento salvarnos pero lo asesinaron a sangre fría, de todas las personas de ese pueblo solo sobrevivimos ocho.
Rita y Lucita voltearon a ver a la señora muy sorprendidas, Rita sabia que su padre había pasado la parte final de su niñez y gran parte de su adolescencia en Rubi, pero debía ser demasiada buena suerte que hasta en el mismo lugar.
-¿Y quién le encargo la cabaña donde nos quedamos?-pregunto Lucita.
-El Señor Eak se la encargo a mi madre, dicen que pertenece a la corte de Zafiro junto a el rey Valdo, recuerdo a su majestad tan delgado y con ojos llorosos cuando perdió a sus padres y a su hermana, lo único que le quedo fue su perro que se llamaba Jack, constantemente cuando venia corría como loco por todo el páramo hasta la cabaña, tenia fama de apuesto pero ignoraba a las chicas, es muy chistoso que fuera porque su amor tenia que renacer de nuevo.
Rita se levanto y salio corriendo hacia la cabaña, tomo la manta y la volvió a oler y un recuerdo llego a su mente. Se encontraba con su padre sentada en la puerta que daba al bosque del castillo, ella miraba tristemente al cielo lluvioso que no dejaba que saliera a jugar puesto que estaba enferma, el hombre para animarla le contó cuando encontró a su madre, dijo que la encontró un día lluviosa, luego la envolvió en una manta, y esa manta estaba frente a ella, otro de los pocos recuerdos de su madre, lo doblo de tal forma que formara un pañuelo viéndola más elegante. Los demás llegaron después de un rato dieron las gracias y llegaron a la cabaña, vieron el rostro de Rita lagrimosos, pero no preguntaron nada, comenzaron a cabalgar hacia Oro, ahí el calor y luego frío eran extremos, la división de los pueblos dentro del gran desierto, miraron unas pequeñas ruinas donde se veía el gran cielo estrella, hacia demasiado calor a lo cual no podía dormir, Rita se levanto llevando a Eliot como su sombra, se subió a unas de las estructuras más altas para su solitario llanto, pero luego Eliot llego.
-¡No se ve bonita llorando!-dijo Eliot en forma de saludo.
-¡Perdón, tuve un momento de melancolía!-dijo Rita limpiándose las lágrimas.
-¿Que paso en Rubi, general?
-Dime Rita, y bueno es sobre mi madre.
-¿Que paso con su madre?
-Bueno mi mamá vivió algunos días en esa casa donde nos quedamos, al igual que mi padre, había una pequeña cobija sobre la cama donde dormí, era de mi mamá.
-Comprendo, sabe antes de mi padre mi madre falleció de una enfermedad sin cura, y se fue demacrando poco a poco, lloraba mucho, sin embargo fue muy feliz cada vez que le decía que vendía algo o cocinaba para ella.
-¿Que edad tenias?
-Siete.
Eliot se acerco mucho a Rita y que volteaba a ver las estrellas pero al sentir su respiración termino frente a frente viendo sus ojos, se acercaron poco a poco cada uno a sus labios hasta que se juntaron, se rompió el sello de general y soldado, de todos modos fuere el destino que tomara estaba decidida a no volver al trono. El beso termino dejándolos a los dos rojos,juntaron sus frentes y se sonrieron, Eliot se bajo y ayudo a Rita, esto seria el romance más difícil que los dos nunca habían tenido, porque Eliot sabia en el fondo que en algún momento sabría la verdad sobre quien era y de donde venia.
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Amarte Duele [Pausada]
AdventureY bien logre tener mi felicidad con Valdo, mis amigos siguieron con el gremio que me dedicaron,yo me converti en reina de el reino que siempre me pertenecio y tuve a tres adorables hijos,pero esta no es mi historia,sino la de mi valiente Rita que t...