Chanyeol es un piloto de las fuerzas armadas y Baekhyun su compañero de vida. Pese a las circunstancias son la pareja más dulce que pudieran conocer, aunque el destino siempre pone a pruebas los lazos, el verdadero amor y la paciencia.
Ellos no son...
Llévame volando hasta la Luna, déjame jugar entre las estrellas. Déjame ver cómo es la primavera en Júpiter y en Marte.
En otras palabras, toma mi mano, en otras palabras... cariño, bésame.
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―El alcohol no me hace agradable, Baekhyun. – Comentó Chanyeol sin tomar la botella de licor de arroz fermentado que le estaba tendiendo, irritado insistió en entregárselo aún más, empujando el envase de vidrio contra el más alto sin importarle nada.
― ¿Por qué no? ¿Por qué no quieres beber conmigo? ¿Qué tiene de malo? ¿Somos amigos, no? – Al ver que Chanyeol era realmente reticente a beber de la botella que le cedía, decidió dejársela para él mismo. Sentándose finalmente en la banca de concreto y apoyando la bebida en medio de sus muslos para que no se cayera, perdiendo todo su contenido.
―Somos amigos, Baek, pero el entrenamiento me tiene jodida la cabeza, créeme cuando te digo que no soy nada agradable, me vuelvo grosero y muy pesado, no quieres ver eso. – Fue la respuesta de Chanyeol, nada dispuesto a cambiar de opinión al respecto pese a que le estaba dando su mejor mirada de cachorro.
Chanyeol solía ser muy manejable cuando lo miraba igual que un pequeño cachorro abandonando lo haría, le gustaba eso y era a lo que estaba acostumbrado de alguna manera, por eso, que ahora el más alto no le estuviera haciendo caso lo disgustaba. De todas formas Chanyeol se lo debía por avergonzarlo frente a todos sus compañeros de regimiento la vez pasada.
―No eres agradable ni siquiera cuando estás sobrio, ayer dijiste que esos pantalones ajustados me hacían ver gordo y estoy seguro que no, varios chicos de tu regimiento dijeron que me veía caliente. – Respondió orgulloso de sí mismo y de lograr que la mirada de su amigo se oscureciera, a pesar de que sí había recibido muchos halagos por parte de muchos chicos, la verdad era que estaba esperando el halago de Chanyeol más que el de nadie y el que le dijera que no lucía bien con esos pantalones de mezclilla que tanto dinero le habían costado lo había desaminado, no entendía por qué no le gustaba o porque no le causaba el efecto que esperaba, pero prefirió ignorar la molestia que no se atrevía a reconocer, después de todo Chanyeol solo era un idiota que no tenía nada de buen gusto.
― ¿Qué quién te dijo eso? Dime sus nombres ahora mismo. – Ordenó Chanyeol irritado, el overol verde con las diferentes insignias del regimiento se ajustó en sus anchos hombros y espalda al momento de ceñir sus brazos en esa pose que denotaba molestia.
Probablemente a cualquier otro civil esa pose y voz grave lo habrían intimidado, no a él. Porque pese a que Chanyeol era una molestia grande la mayor del tiempo, que lo hacía rabear hasta el extremo, solo faltaba que él le pidiera algo para que su amigo lo hiciera por él, además, Chanyeol nunca se atrevería a dañarlo, ya lo había dejado más que claro antes, pero también recordó la molestia que estaba sintiendo además lo desanimado que se sentía después de la humillación de ayer y que además Chanyeol estuviera rechazando el alcohol que tanto le costó robarle a su padre del almanaque.
