Chanyeol es un piloto de las fuerzas armadas y Baekhyun su compañero de vida. Pese a las circunstancias son la pareja más dulce que pudieran conocer, aunque el destino siempre pone a pruebas los lazos, el verdadero amor y la paciencia.
Ellos no son...
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― ¿Qué tal estás? – La voz al otro lado de la línea fue tranquila, suave y amorosa. Una panzada agradable lo recorrió pero se negaba de forma vehemente a dejar que ese sentimiento lo embargara.
― ¿De verdad estás preguntando eso? – Fue su hosca respuesta, Soojung lo observó de lejos, con una taza de café en la mano y una mirada de advertencia. ―Mi esposo está desparecido, puede estar en una zanja despedazado y yo no tendría forma de saberlo, pero apuesto que eso te gustaría ¿no?
―Baek. – Su padre estaba usando esa voz calmada con la que siempre intentaba arreglar todo, solo que esta vez no iba a permitírselo.
―Baek nada. – Su voz fue muy similar a un gruñido gutural, ―Siempre odiaste a Chanyeol, lo menospreciaste ¿recuerdas cuando llevabas pretendientes para mi cada vez que el regresaba de una misión? – No pudo evitar recordar esas incomodas escenas, su padre se había enfrascado en que Chanyeol no era para él y buscaba las formas más incomodas para hacérselo saber a su esposo.
―Solo quería que estuvieras seguro de lo que querías, hice muchas cosas tontas en el pasado de las cuales me arrepiento terriblemente, pero...
―Es claro que ahora te arrepientes ¿no recibes raciones extra solo porque Chanyeol está casado conmigo? Es más que conveniente para ti, lo sabes bien ¿no? – Las palabras salían una tras otra, igual que los misiles que las aeronaves lanzaban sobre sus enemigos, sin dar tregua ningún segundo.
―Yo me he disculpado por mis errores, incluso me disculpe con Chanyeol y él me dio su perdón ¿realmente crees que estoy feliz por la noticia de que esta desaparecido? Es casi un segundo hijo para mí y he velado por ustedes dos tanto como he podido, pero ya que no quieres hablar ahora y sé que estás sensible por todo lo mejor será que te llame en otra ocasión, donde no me eches mis errores pasados en cara.
―No – Gritó con voz temblorosa, realmente afectado al pensar que su padre se había molestado, ―Lo siento, lo siento, no era mi intención decir todo eso, es solo... – Su voz fue entre cortada, esas lagrimas que creía extintas volvieron a aparecer rodando por sus mejillas, ―lo extraño, papá, necesito que este aquí conmigo ¿qué voy a hacer sin él?
No dijeron nada más, no podía cuando un llanto abrumador lo invadió, es como si esa conversación hubiera logrado que entendiera de una vez la situación a la que se estaba negando a aceptar, ese deje de esperanza que vivía en su interior solo lograba que todo doliera mucho más.
―Sabes que siempre puedes volver a casa, Baek, tu padre y yo te estamos esperando, tu sobrino también te extraña, puedes venir aquí y...
―No, no puedo hacer eso – Se limpió el rostro y carraspeó tratando de ocultar las lágrimas, ―Chanyeol me necesita aquí, en casa.
