Chanyeol es un piloto de las fuerzas armadas y Baekhyun su compañero de vida. Pese a las circunstancias son la pareja más dulce que pudieran conocer, aunque el destino siempre pone a pruebas los lazos, el verdadero amor y la paciencia.
Ellos no son...
Dije que el Sábado actualizaría, pero adivinen qué.
Las engañe.
No, no es cierto, tuve unos problemas, pero ahora todo está bien.
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Había hecho aproximadamente veinte pasteles a lo largo del mes, muchos los había comido con Chanyeol en la comodidad de su pequeña casa compartida con su familia.
Otros los había regalado a sus amigos y a sus familiares, pero debía darle una utilidad a ese tiempo libre. Con Chanyeol se había casado hace ya dos años, un tiempo maravilloso donde se daban cuenta cuanto se amaban en realidad, eran como dos piezas de rompecabezas destinadas a encontrarse. Se llevaban tan bien para sorpresa de todos que apenas sí discutían uno con el otro.
Pero eran muy raras ocasiones donde se enojaban de verdad y es que a pesar de todo seguían llamándose con apodos molestos, pero nunca se decían cosas hirientes de verdad. Era impensado para él decir algo que pudiera hacer sufrir a Chanyeol de manera alguna. Cuando su esposo quería hacer algo, lo acompañaba, cuando él quería hacer algo era el tiempo de Chanyeol de acompañarlo también. El compañerismo entre ellos era tanto que generaba cierta envidia, era como si la gente no pudiera soportar la idea de que a pesar de ser tan jóvenes se llevaran de esa manera, solía decir cosas no del todo agradables o que hacían pensar que solo era una fase.
Son jóvenes, siguen en su fase de luna de miel.
Baekhyun no tiene personalidad propia y se deja influenciar por él.
Chanyeol no es capaz de decirle que no al caprichoso de su esposo.
Realmente no se llevan bien, solo quieren aparentar frente a todos.
No durará demasiado, ya se aburrirán uno del otro.
La gente no puede ver la felicidad ajena sin intentar romperla, era casi una ley de la vida.
Esa clase de cosas que un principio le hacían sentir tan triste y molesto, Chanyeol decía que no hiciera caso de lo que ellos decían, que todo era producto de la envidia que sentían al ver a un matrimonio joven tan enamorado como eran ellos dos y terminó aceptando eso como una verdad absoluta.
Otra de las increíbles noticias había sido la llegada de su sobrino, él era simplemente magnifico, un muñeco sin duda, la vida de todos cambio bastante, los gritos del bebé despertaban a todos en medio de la noche y aunque francamente a él no le importaba si le preocupaba que Chanyeol no durmiera lo suficiente, después de todo su esposo tenía mucho entrenamiento físico que lo extenuaba más de lo que podía aguantar, aunque insistiera que no.
