Chanyeol es un piloto de las fuerzas armadas y Baekhyun su compañero de vida. Pese a las circunstancias son la pareja más dulce que pudieran conocer, aunque el destino siempre pone a pruebas los lazos, el verdadero amor y la paciencia.
Ellos no son...
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Chanyeol molesto para que comenten más.
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―Abre la boca por favor. – Rogó mientras trataba de llevar la cuchara con sopa de avena a la boca de su esposo, ―Necesitas comer algo.
Ante la falta de respuesta de Chanyeol no le quedó más que seguir luchando para llevar la comida a su destino, no era tarea fácil, sobre todo porque su esposo cada vez que él se acercaba más de lo que esperaba se alejaba como si tuviera la peste, era agotador tanto físicamente como emocionalmente.
Lo peor es que llevaban varios días así, con Chanyeol negándose a hablarle y él luchado por conseguir alguna reacción, lo que fuera que le hiciera creer que su esposo seguía siendo el mismo, pero cosas tan triviales como darle de comer, limpiarlo y más estaban llevándose todas sus energías como para que insistiera en remover el cerebro de su esposo para que lo recordara. Aunque no estaba seguro si es que Chanyeol lo había olvidado tampoco, no podía afirmarlo porque éste no decía nada, ni una sola palabra.
Pero de alguna forma ya estaba acostumbrándose, es decir ya había pasado algo de tiempo, no demasiado, pero lo suficiente para que se acostumbrara a ello, ni siquiera su avanzado embarazo era suficiente para impedir que cuidara bien al amor de su vida.
Al mirar atrás al menos sentía que había hecho alguna clase de avance, es decir, desde el primer día hasta ahora su esposo ya no lo empujaba cada vez que se acercaba, pero aún se negaba a comer, ya no con la misma tenacidad que antes, cuando ya había pasado un rato Chanyeol terminaba por abrir la boca y aceptar los nutrientes que le estaba otorgando, que además su cuerpo herido necesitaba mucha comida sana para recuperarse.
Llevar a Chanyeol a casa después de todos los problemas que había tenido durante varios meses fue sin duda una experiencia fuerte, casi parecía una alucinación o un sueño, tuvo que pellizcarse a sí mismo varias veces para cerciorarse de que no estaba soñando y que efectivamente era su esposo al que habían encontrado. Había ansiado tanto tiempo volver a verlo, por momentos había perdido las esperanzas que ahora estaba extremadamente ansioso por todo. Deseaba tanto besarlo, abrazarlo fuertemente pero el doctor de la base les había recomendado a todos tomarlo con calma, algunos de ellos presentaban aun varios problemas psicológicos derivados de todo el sufrimiento vivido las semanas pasadas, por eso tuvo que ser fuerte por ambos y mantener sus manos ansiosas lejos.
