Pequeñas Historias

Fortaleza.

De nuevo aquí, mirando desde lejos todo el caos, y el renacer... Se siente tan extraño, me siento vacío... y tan lleno a la vez... Las lágrimas se deslizan por mis mejillas, con una sonrisa formada en mi rostro, honesta... feliz.

Viene la calma... después de la tormenta, ¿De verdad es así? ¿Es normal tener miedo de tanta calma? Se siente fabuloso... puedo ver mis manos, sin recordar la sangre derramada, o al menos... sin la culpa en mi mirada. Y solo sigo mirando a mi alrededor, todo nuevo, renacido, perfecto en su esencia, más, necesito más de eso, ese algo tan sano... tanto que lo anhelo, ese lugar feliz donde puedo bajar mis defensas... llorar de felicidad... es hermoso.

Respiro profundo, el aire puro llena mis pulmones, sigo mirando a mi alrededor y solo puedo pensar que esta calma solo me hace recordar el pasado, lo fuerte que soy ahora, convencido de que nadie... ni nada me hará dudar de mí... soy fuerte, lo sé... por fin puedo creerlo.

Es demasiado, llorando por felicidad, es demasiado, demasiado fabuloso... sigo sin creer esto, pero se siente tan bien salir de allí, de esas sombras, de ese lugar frío que me consumía, tanto tiempo, por tantos años, tantas veces que me cuestioné, es... Diablos, se siente demasiado bien, demasiado placentero, la necesidad de abrazar a todos aquellos que siguen ahí es enorme, quiero abrazarte a ti también. Este bienestar que alimenta mi espíritu, es... fabuloso... por fin puedo sonreír sin preocupaciones... encontré mi camino, encontré todo lo que amo y odio de mí, lo acepté, no tengo que jurar porque sé que es verdad...

Respaldado por ángeles, que me han vigilado y cuidado desde el inicio, me sonríen cálidamente, estoy en mi hogar, en mi hogar feliz, y simplemente es hermoso.

¿Este era mi destino?