Departamento de Policía de Detroit.
Noviembre, 2038.
08:19:16 a.mLa joven había entrado en la oficina del Capitán Fowler tras haber dado unos suaves toques a la acristalada puerta. El rostro del hombre no se había despegado ni un segundo de la pantalla del monitor para saber quién era, por lo que no le quedó más remedio que entrar y acercarse hasta su escritorio con la intención de captar su atención. Finalmente, él levantó la mirada y se llevó una grata sorpresa.
—Cuanto tiempo sin verte, [__]. –Fowler se reclinó en su silla de oficina y entrecerró sus ojos en su dirección. — ¿Fueron cinco? ¿Tres años desde la última vez?
—Casi cinco. –ella le respondió con una sonrisa, también sentándose en la silla frente a él. —Ha pasado mucho tiempo pero me alegro estar aquí de nuevo.
— ¿Cómo te ha tratado Illinois? Tengo oído que no ha estado a tu altura.
Ella bufó con humor y también imitó el gesto de reclinarse sobre su asiento, apoyando sus antebrazos sobre los de la silla. Desvió la mirada por toda la oficina en un rápido vistazo, recordando como solía ser antes y los diminutos cambios que ha tenido todos esos años en los que ella había estado ausente. Seguía igual de impecable con la misma cantidad de trabajo por delante.
—Estuvo bien, supongo. –se encogió de hombros y Fowler asintió. —Hubo algunos problemillas, pero nada que no pueda manejar.
—No esperaba menos de ti. El Capitán Gibson ya me dio el aviso de que ibas a volver para trabajar en nuestro recinto, ¿no es así?
—Sí, esperaba integrarme y poder asignar mi puesto junto a Hank. Hablé con él y le gustaría tenerme en su equipo, si no le importa Capitán.
Fowler frunció sus labios mientras llevaba una de sus manos hacia su barbilla, pensativo. Tal vez considerando si era aconsejable que la joven se juntara otra vez con el cascarrabias del Teniente Anderson por todo el jolgorio que ya ha tenido debido a la incorporación de su nuevo compañero androide. Sin embargo, no había otra persona como ella que tuviera tan buena relación con él, y quizás, le podría ayudar cada vez que pierde la cabeza con los nuevos casos.
—Está bien, rellenaré tu formulario y te haré la entrega de tu placa oficial.
Del cajón de su escritorio, sacó una brillante placa oficial del Departamento de Policía de Detroit. La luz hacía que dichas letras relucieran con todo su esplendor.
— ¿Aún conservas todo lo demás contigo?
[__] la tomó con una pequeña sonrisa de agradecimiento en sus labios y asintió. Se levantó de su silla e hizo un gesto de despedida con su mano, tenía la intención de salir de la oficina de su Capitán para evitar molestarle más y ponerse manos a la obra con el trabajo que pudiera tener de ahora en adelante. Estaba ansiosa por comenzar, dispuesta a empezar de cero como el primer día desde que se integró al Departamento.
Sin embargo, antes de que tuviera la opción de abrir la puerta, Fowler la llamó.
—Sólo respóndeme a una cosa más, ¿quieres?
Su brazo quedó suspenso en el aire, sintiendo el frío pomo de la puerta bajo la palma de su mano. Esperó a que continuara y observó que el hombre se había inclinado en su asiento, dejando que sus codos descansaran encima de su escritorio repleto de papeles, mirándola además de manera decisiva.
— ¿Por qué has decidido regresar?
Las esquinas de los labios de la chica se elevaron. No era una sonrisa genuina, no al menos del todo, pero supuso que era lo mínimo que quería y podía ofrecerle. Apretó el agarre de su otra mano donde tenía la placa que se le había dado. Sintió como el material se aferraba con fuerza contra su piel hasta que lo aflojó para poder encogerse de hombros y soltar un largo suspiro.
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Un Alma de Androide » Connor x Lectora. [Detroit: Become Human]. *SEMI-HIATUS*
FanfictionAño 2038. Después de cinco largos años, [__] se ve obligada a regresar a Detroit para continuar su trabajo como Oficial en el DPD. Durante su estancia se enfrenta con el frío invierno de la ciudad, viejos conocidos a los que añoraba y por supuesto...