4 » Demencial.

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Tomó el último sorbo de lo poco que quedaba del café y echó un vistazo a la hora en su teléfono. Se había pasado la mayor parte de la mañana revisando informes en su terminal acerca de los casos donde intervenían divergentes.

Connor, que tenía cero conocimientos que donde él estaba sentado solía ser el escritorio de ella junto al de Hank, se había apartado pidiendo disculpas y levantándose en el proceso.
Ella le aseguró que no era problema, que los dos podían compartir la mesa sin ninguna molestia y a pesar de no ser tan amplia, pudieron hacer un apaño. La joven podía usar el ordenador cuando quisiera porque Connor no lo necesitaba para nada, ya que tenía su peculiar y propia forma de rellenar los informes y además, ya había revisado todos y cada uno de los archivos de los divergentes.

Por puro reflejo, ella agarró su brazo derecho por encima de su banda azul, con el fin de hacerle sentar de nuevo en la silla.

El castaño dudó por un instante, pero asintió de todos modos, percatándose además de la rápida retirada del agarre en su brazo y del desvío en la mirada de la chica de nuevo a la pantalla.

—Me han hablado mucho de ti, [__]. Se ve que eras muy popular por aquí en el recinto.

La mencionada muchacha sonrió en dirección a la mujer vestida profesionalmente con su uniforme de policía. Su nombre era Tina Chen y como muchos otros del Departamento, se había acercado a su mesa para saludarla y entablar una pequeña conversación con ella, sin importar si la conocía o no. Intrigada también por ver un rostro y un nombre tan conocido por todo el edificio.

—Espero que hayan sido buenas noticias. –se animó a bromear. Tina rió nerviosamente, llevando su dedo índice hacia su rostro para rascar su mejilla.

—Bueno, he oído opiniones bastantes buenas, como de Hank o Fowler, pero otros... Pueden ser unos ángeles hablando si están borrachos en ese momento.

Tina envió una mirada rápida hacia el escritorio de Gavin. El hombre de ojos grises estaba ocupado mirando su teléfono, ambas de sus piernas descansaban sobre la mesa, haciendo caso omiso de su alrededor y del trabajo que quizás el Capitán le había mandado.

—Ha hecho algunos comentarios, pero ya sabrás como es, supongo.

—Al menos Fowler no te ha vuelto a poner como su compañero.

Una voz masculina se escuchó acercándose hacia las dos mujeres y como Tina, también llevaba su uniforme oficial del Departamento, pero sin la estimada chaqueta sobre sus hombros y sin la gorra sobre su cabeza.

Chris Miller. Un excelente compañero con el que había trabajado en más de una ocasión meses antes de mudarse a Illinois y dejar Detroit atrás. La mayoría solían ser patrullas nocturnas por la ciudad, detener algunos robos por ahí, separar peleas de borrachos por allá, pero también eran noches llenas de incontables conversaciones mientras comían patatas fritas y se llenaban de puro refresco en el asiento delantero del coche.

Años antes en los que nadie se tenía que preocupar de que sus androides se volvieran contra ellos y tan sólo de que alguien había causado revuelto tras haber bebido más de la cuenta una noche.

—Mira por donde, Chris, mi mejor hombre. –ella bromeó, ganándose una risa de parte de él. —Sé lo mucho que te fastidia, pero Gavin es bueno en su trabajo, créeme.

Sí, –Chris llevó sus manos hacia su cinturón, aferrándose a ello y respondiendo con un irónico tono. —veremos eso cuando los cerdos vuelen. Ahora si me disculpáis, hablaré con mi asombroso compañero para que haga algo productivo. Y que no se me olvide, –él le sonrió de manera genuina. —bienvenida de vuelta.

Un Alma de Androide » Connor x Lectora. [Detroit: Become Human]. *SEMI-HIATUS*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora