La luz brillaba de un intenso color verde. Dicho color iluminó su oscura ropa a cada paso que tomaba al caminar por el paso de peatones. Llevó sus delicadas manos hacia sus labios, mientras que su boca la cual estaba ligeramente abierta, intentaba producir un cálido aliento para combatir el frío en su piel.
—Sé que ya te lo dije, pero no es necesidad de que vengas, sin ánimo de ofender. –comentó ella. Colocó el cuello de su chaqueta más apegada a sus mejillas. —Seguro que necesitas otras cosas que hacer, más importantes digo.
Junto a ella, una figura se mantenía cerca a tan solo un pequeño espacio del roce de ambos hombros. Connor estaba a su lado, caminando al mismo tiempo, manteniendo el ritmo de sus pasos con los de ella. Su suave rostro simétrico prestaba atención a sus alrededores y cuyos ojos marrones, que estaban igual de iluminados por las luces de la calle, miraban con cierta curiosidad a cada cosa que pasaba por su lado. Cómo si se tratase de un ciervo en alerta a las luces de un vehículo en medio de una noche oscura.
—No tengo nada más que hacer, Oficial.
Connor desvió la mirada de los edificios solo un momento para prestarle toda su atención. Entonces, una pequeña sonrisa venía asomándose por la comisura de sus labios.
Parecía más relajado que antes, una envidia para ella. Puesto que tenía la sensación de que estaba ocurriendo justo el efecto contrario en sí misma. Pero aunque todos los pensamientos corrían salvajemente dentro de su mente, un alivio descansó sobre sus hombros al verle de tal forma.
—Contando que no han reportado más casos en las últimas horas y que ya he completado los informes, –prosiguió diciendo. —mi única opción sería volver a Cyberlife.
Ya habían cruzado el paso de peatones, el color había pasado a ser un rojo brillante y el motor de los coches rugían con intensidad detrás de ellos.
Era casi medianoche y aún así, se podía ver sujetos que se estaban abriendo paso en el frío del invierno; una pareja caminando de la mano, otras almas solitarias vagando en silencio y otras que parecían más vividas, como si tuvieran la intención de hacer suya la noche. No obstante, también se había percatado de algunos androides caminando solos o en compañía de sus dueños. Algunos pasaron de largo a su lado, sin atreverse a hacer ningún contacto visual, tan solo con la vista pegada hacia adelante.
—Espero que no sea una molestia si la acompaño, ya que uno de mis objetivos opcionales es recaudar más información sobre usted, Oficial.
[__] se detuvo abruptamente. Connor también lo hizo, alejándose un paso de ella y pues hallándose confundido, inclinó un poco la cabeza hacia un lado. Trató de estudiar el rostro de la joven y pudo notar como sus ojos deslumbraban con vigor gracias a que se detuvieron junto a un luminoso escaparate de una tienda. Sus cejas estaban elevadas, mostrando claramente su rostro sorprendido.
— ¿Ocurrió algo? –preguntó él con un tono aún más confuso. No podía llegar a entender que era lo que estaba mal con lo que había dicho. Repasando lo mencionado, no pareció encontrar ninguna mentira atada a cabo.
Ella señaló hacia su pecho con su dedo índice y entrecerró los ojos.
— ¿Quieres saber aún más de mí? ¿Cómo objetivo opcional?
— ¿Eso está mal? Entonces pido disculpas si–
—No, no, no, Connor, eso no es lo que quise decir. –ella soltó una pequeña risa, su cabello se sacudía ligeramente cuando negó con la cabeza. —Me pilló por sorpresa, eso es todo. No está mal, por supuesto que no, tan sólo fue una manera extraña de decir que quieres conocer más a alguien por tu propia cuenta.
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Un Alma de Androide » Connor x Lectora. [Detroit: Become Human]. *SEMI-HIATUS*
FanficAño 2038. Después de cinco largos años, [__] se ve obligada a regresar a Detroit para continuar su trabajo como Oficial en el DPD. Durante su estancia se enfrenta con el frío invierno de la ciudad, viejos conocidos a los que añoraba y por supuesto...