—Ten cuidado, ¿quieres?
Alcanzó a oír la voz de Hank hablar detrás de ella y puso sus ojos en blanco. Dejó escapar un suspiro mientras volvía a dejar el marco de una foto familiar encima de la estantería donde la había cogido, rodeada a su vez de varios y diversos libros en físico. A penas los veía hoy en día pero la vista de estos le fue de mucho agrado.
A pesar de la advertencia que había entrado por sus oídos, mantuvo su mirada fija en la imagen por unos valiosos segundos más. Observando con atención aquellas radiantes sonrisas que permanecían en los rostros de ambos padres junto a su pequeño crío situado entre ellos dos. Se veían como una familia ejemplar. Se veían.
—Sólo estaba echando un vistazo. –giró su cabeza para mirarle y vio que Hank le enviaba una mirada con ojos entrecerrados y cruzado de brazos.
—"Cotilleando", quieres decir.
—No–, claro que no. –negó con la cabeza y frunció sus labios, como si dicha acusación le hubiera ofendido. —No seré Detective pero como Oficial no me quita el derecho de observar un poco lo demás.
—Supongo. –Hank se encogió de hombros y señaló con los brazos abiertos. —Tan sólo no vayas tocando demasiadas cosas por ahí, ya sabes cómo se ponen los fotógrafos forenses. Lo último que quiero es tener que decirles algo.
— ¿Ya los has llamado?
Hank se movió del lado del sofá mientras centraba su atención en los diversos cuadros que decoraban las paredes del aquella sala de estar tan amplia y renovadora, envuelta a su vez de un par de sofás de terciopelo y una televisión curva. Haciéndola pensar por un momento que ni con su salario lograría pagar la cantidad de dinero que una de esas costaba.
—Connor lo hizo, estarán aquí dentro de unos minutos.
La mención de cierto androide castaño la hizo mover su mirada por toda la habitación para encontrarle con sus ojos, lamentablemente, él no estaba ahí.
— ¿Dónde está? –ella alzó la pregunta al aire entre dientes, más para a sí misma que para Hank.
—Revisando las habitaciones, tal vez quieras unirte a él.
— ¿No es ese tu trabajo? Es tu compañero, quizás necesita de tu ayuda.
La chica se detuvo justamente a su lado, con ambas manos descansando sobre su cintura, teniendo una de ellas casi rozando la placa oficial amarrada a su cinturón. Siguió la mirada de Hank a uno de los cuadros que tenía en frente y se halló encantada por el escaso uso de los colores de la pintura. Negro, rojo, blanco. Dos figuras, un desorden de líneas diversas que iban en todas direcciones, ambas partes superiores de los rostros estaban cubiertos por la masiva y densa pintura negra.
Estaban tan cerca de convertirse en uno, como si fueran a compartir un beso que nunca sucedería.
—También trabaja contigo y dudo mucho que necesite una mano. Sólo quiero escuchar cualquier teoría que tenga y poder acabar con todo esto cuanto antes. –Hank contestó. —Búscale y ve que está haciendo.
— ¿Tengo otra opción? No creo que le guste escuchar mis ideas, como ya sabes.
—Bueno, puede que a él no. Pero yo sí y lo haría.
Con una pequeña sonrisa elevándose por las esquinas de sus labios, ella asintió. Luego, caminó directamente hacia el pasillo, pasando cerca de la cocina, donde el familiar cuerpo de esa joven mujer llamada Kristine yacía sin vida en el suelo, aún en espera de la justicia por la cuál sea la razón de haber acabado de esa manera.
ESTÁS LEYENDO
Un Alma de Androide » Connor x Lectora. [Detroit: Become Human]. *SEMI-HIATUS*
FanfictionAño 2038. Después de cinco largos años, [__] se ve obligada a regresar a Detroit para continuar su trabajo como Oficial en el DPD. Durante su estancia se enfrenta con el frío invierno de la ciudad, viejos conocidos a los que añoraba y por supuesto...