《Catorce》

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Bien,como buen fin de semana Christopher creía que,esta vez,el rizado no iba a rechazarlo en una salida. Además "No Digas Su Nombre" parecía ser una buena película,y el castaño quería verla.A Zabdiel así mismo le agradaba ese género cinemático,y Chris quizá lo considere como una especie casi parecida a reconciliación,dicho de alguna manera confusa a causa de lo sucedido aquellos días.

Por eso es que ahora mismo se encontraba en el cuarto del rizado,rogando como no había hecho nunca.

-Deja de poner excusas,¡vamos!

-No son excusas,Vélez.

-Vamosss -lo abrazó,dejando su cabeza en hombro del chico-. por favor,Zabdi.Dame una buena razón.

-Debo estudiar -bufó,lidiando con el peso del mayor-. Ya.

-Hago el trabajo por ti,con tal de que salgamos -lo miró-. ¡Es sábado! ¡no puedes estudiar ahora! Quiero a mi Zabdiel de vuelta,quien sea el monstruo que habita su ser ahora mismo.

-Soy el mismo,sólo que estresado.

-Puedo quitarte el estrés -lo miró,tomándolo de los hombros- soy Christopher Vélez,sé como hacerlo -.dijo sonriendo.

-Chris... -suspiró.

-Zabdi... -dijo en voz baja,en su oído- sólo quiero arreglar lo que sea que esté pasando con nosotros.

-También yo, pero...

-No sabes si puede solucionarse ¿No? - sonrió un poco.Y Zabdiel asintió.

-Sólo quiero sentirme bien, sin preocupaciones ni nada parecido.

Se volteó,caminando por el cuarto hasta detenerse en su cama,sentándose en ella con el corazón bombeando en latidos rápidos. Sintió a Christopher sentarse detrás suyo,haciendo uso de su fuerza para deslizarlo hasta él,abrazandolo mientras dejaba su mentón en el hombro ajeno.

-¿Y qué es lo que te preocupa? -preguntó.

-Que aparezca otra persona mejor -soltó por fín.

Christopher sonrió,entendiendo la indirecta.Se sentía bien tenerlo en sus brazos.

-Eres único.

-Te quiero,Chris -sonrió,pegándose más al castaño.

-Igual yo,chiquitín.

-Chris -lo llamó,volteando un poco su cabeza.

-Dime.

-¿Me llevarías al cine? -lo miró,poniéndose de costado y pasando sus piernas por encima de la ajena.

-Sería un placer -besó su mejilla- pero ponte un pantalón más suelto.

-Ya los uso algo sueltos ¿por qué lo dices?

-Pues porque si.Todos los idiotas se te quedan viendo como un objeto -frunció el ceño.

-No cambiaré mi forma de vestir por unos tontos -se encogió de hombros-. además no tengo la culpa.

《Si tienes la culpa.Por ser tan tú.》

-De acuerdo... -murmuró-. vayamonos entonces.

[...]

-Lo admito, estuvo bien.

-¿Ves? Deberías aceptar mis salidas más seguido -habló, terminando el poco de palomitas para luego tirarlo-. ¿quieres comer algo?

-¿Hamburguesas?

-Claro.

Se dirigieron al sector de comida del lugar, y para su suerte no había tantas personas en la fila.Zabdiel, quien se encontraba al lado del castaño no pudo evitar observar a la chica morena detrás del mostrador, siendo muy obvia en la sonrisa hacia su amigo, cosa que hizo fruncir su ceño.Christopher por su lado actuaba como si la fémina no lo comiera con la mirada, divertido.

-¿Qué quieres tú? -le preguntó al rizado, viendo que eran los últimos en la fila.

-Uhm -sus orbes viajaron de la chica a Chris, las suficientes veces para luego sonreír, rodeando el cuello del mayor con sus brazos, poco después sintiendo como deslizaba sus manos por su cintura hasta entrelazarlas en su espalda baja- hamburguesa simple -.sonrió, dejando un beso en su mejilla.

-Una hamburguesa simple y una doble -pidió.

-Enseguida.

-No te quitaba la mirada de encima -rodó los ojos, haciendo reír a Chris.

-Controla tus celos.

-No son celos -bufó, separándose.

-Claro, claro... -murmuró, desviando la mirada- debo admitir que era linda -.dijo, riendo bajo cuando escuchó un gruñido de su parte.

-No era la gran cosa -se encogió de hombros- pero claro, mientras tenga vagina cualquiera te mueve -murmuró enojado.

Christopher dejó de reír, mirándolo con diversión.Era malditamente tierno cuando se enfadaba por cualquier cosa, y estaba medianamente sorprendido por no verlo intentar ocultar sus celos. Eso lo hizo sonreír más, tardando unos segundos en tener su delgado cuerpo entre sus brazos.

-¿Tú crees?

-Te conozco -lo miró a los ojos-. se que te mueve y que no.Y obviamente las mujeres son de tu agrado.

-Puedo sorprenderte -dijo en voz baja con una sonrisa juguetona adornando su rostro.

-Te conozco -repitió.

-Puedo arriesgarme y sorprenderte.

-¿Cómo arriesgarías?

-Cerrando los ojos, lo suficiente para tener la mente en blanco y lanzarme al abismo.Esa es mi forma de arriesgar.

-¿Y sirve? -murmuró.

-No sé, no lo intenté -dijo igual, haciéndolo reír.En ese momento se dio cuenta de cuán cerca estaban, al sentir la respiración del otro-. pero hacerlo por primera vez quizás resulte bien.

-¿Y si no?

-El tiempo no vuelve atrás.Las cosas como son.

Y antes de continuar su conversación, un pequeño golpe los interrumpió, viendo que sus bandejas estaban en el mostrador.A regañadientes quitó las manos de la cintura ajena, buscando dinero en bolsillo.

-Yo pago, tú has pagado el cine -dijo Zabdiel.

-Tú no pagas nada, yo invité -detuvo la mano del rizado, dándole el dinero a la cajera para luego tomar su orden.

Guardó el vuelto en su bolsillo y buscaron una mesa libre, sentándose en una de las últimas contra la pared, para más comodidad sin estar entre las personas.La tarde iba bien, hablando plenamente de cualquier cosa, pero no podía sacar de su cabeza las palabras del castaño.

Arriesgar sin pensar, teniendo en cuenta que el tiempo no vuelve, sigue su curso.

Único ➳ Chrisdiel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora