Único ➳ Chrisdiel

《Veintiocho》

-Deja de mirarle el trasero a tu novio y préstame atención.

-Mis ojos tienen vida propia, no hay nada que hacer.

Christopher desvió la mirada de Zabdiel quien estaba en su casillero junto a Adam seguramente esperando a Joel.

-¿Qué quieres?

-Nada importante, sólo recordarte que mañana es el día.

-¿El día de qué?

-¿Sabes? No pierdes la cabeza sólo porque la tienes pegada al cuerpo -rodó los ojos- escucha, calentón de mierda, en veinticuatro horas tendrás que dar todo de ti si quieres hacer lo que te gusta en un futuro, y es mejor que sepas lo que haces.

-Sé lo que hago -fue su turno de rodar los ojos, comenzando a caminar en dirección al rizado- lo mismo te digo a ti ¿quién dijo que no inicias en la misma Universidad conmigo el próximo año?

-La diferencia es que yo estoy consciente, no pienso en el trasero de Yocelyn día y noche.

Chris ignoró lo dicho por su amigo, acercándose a Zabdiel para poder abrazarlo entre risas tiernas de parte del menor cuando besó su mejilla repetidas veces.

-Chris.

-¿Si?

-Te quiero -sonrió tímido mientras lo abrazaba.

-También te quiero, hermoso.

Dejó algunos besos en sus labios; Adam y Richard hablaban de cualquier cosa, hasta que este último observó el pasillo para notar a Erick y Joel llegando hasta ellos.

-¿Qué hay?

-¿Ustedes? ¿llegaron juntos?

-Claro -respondió el ojiverde, sonriendo- ¿Verdad Joelín?

-Si, si -fue lo único que pudo responder con la mirada de todos encima.

-No se sorprendan -comentó Zabdiel, siendo abrazado por detrás por el castaño- están saliendo -sonrió- ¿adiviné?

-¿Es que acaso te metes en las vidas ajenas siempre? -bufó Joel, haciendo reír a los demás cuando un sonrojo se apoderó de sus mejillas- miren, ya es hora de ir a clases.

Señalando su muñeca sin ningún reloj puesto, se llevó a Erick en otra dirección. Tampoco había sonado la campana.

-Todos de novios y yo soltero, que deprimente.

-Tienes a Lyna detrás de ti, no sé de que te quejas -Richard golpeó el brazo de Adam.

-Lo único que quiere esa chica es pegarme la diabetes con sus abrazos y llevarme al mundo de dulces y unicornios. No voy a aceptar eso.

-Te veo a la salida -el castaño sonrió a Zabdiel.

-Claro -asintió, dejando un pequeño beso en su boca- te quiero -repitió las palabras de hace rato.

-Igual yo -le guiñó un ojo, sonriendo para irse con Richard luego.

-Interroguemos a Joel.

-Claro.

Ambos entraron al aula, su profesor aún no había llegado por lo que tenían más tiempo para hablar con su amigo. Zabdiel tomó asiento al lado suyo viendo como Joel los ignoraba con un libro entre sus manos.

El boricua se lo arrebató, riendo cuando comenzó a jugar con su lápiz.

-¿Algo que decirnos?

-No.

-¿Algo que ocultarnos?

-Si.

-¿Quieres decirnos?

-No.

-¿Sales con Erick?

-Si. Diablos.

-No te retractes, ya dinos -el panameño golpeó la mesa con sus dedos.

-Salimos el otro día, ¿qué esperan que diga?

-Que ya están juntos, wey.

-Pues no es así -se encogió de hombros- decidimos que las cosas surjan con calma.

-Las cosas entre Zabdiel y Christopher no surgieron con calma.

-Idiota -masculló- yo no tengo la culpa, Chris es lindo.

-A mí aún me mira con cara asesina, eso no es lindo.

-No te lo tomes personal, quiere matar a todo el mundo -rió Joel.

-No es cierto.

-Si lo es, ¿no recuerdas cuando quemé tu oso de peluche por accidente y Richard lo detuvo porque estuvo a punto de darme una paliza?

-Bueno, tal vez no había tenido un buen día, ¿quién sabe? -dijo con nerviosismo.

Decidieron callar cuando el profesor ingresó al aula, diciendo que tenían algunos minutos de repaso antes del examen. Zabdiel se sentía preparado.

[...]

-Maldición.

Christopher bufó saliendo de su clase con la hoja de su examen en mano. Tenía una oportunidad la próxima semana sobre todo lo visto en el año escolar, cuentas, funciones, y toda porquería que volviera su mente un nudo; de lo contrario sus posibilidades de una beca deportiva disminuirán.

Detestaba las matemáticas.

Al ser el único en haber salido, se dirigió al patio, sentándose en la mesa bajo el mismo árbol de siempre mientras continuaba maldiciendo.

-¿Qué anda mal?

-¿Y tu examen? -frunció el ceño, dejando que Zabdiel se siente en sus piernas.

-Lo acabé hace unos minutos, por eso me permitieron salir -sonrió, acomodando el fleco de Chris- ¿por qué estas enojado?

El mayor le entregó la hoja, cerrando sus ojos para apoyar su cabeza en el hombro ajeno.

-Debiste decirme que no entendías. Tal vez podría haberte ayudado.

-¿Un niño de quince años dándome clases? -preguntó divertido- quisiera ver eso.

-Casi dieciséis.

-Tú lo has dicho. Casi.

-De cualquier manera voy a enseñarte, estoy bastante avanzado -asintió seguro.

-No creo que tanto -susurró sobre su boca, besándolo lentamente- aún.

-Hablaba de los estudios -murmuró avergonzado.

-Yo también -dijo en voz baja, asintiendo para besarlo de nuevo- bebé.

-Quiero ir contigo luego de clases -pidió, abrazando su cuello para esconder su rostro ahí mismo.

-Claro que si.