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La semana habían pasado volando, ya era viernes y para mañana empezaba el primer juego de la temporada, no había practicado, ni había ido a los entrenamientos porque sinceramente nunca me pareció necesario, entiendo como era el juego y mi posición, además, por el lado de la condición física había estado últimamente en el gimnasio, creo que sirve más que pasar horas jugando a lo idiota, sin embargo, hoy el entrenador había pedido que me presentara para hacer los últimos preparativos del juego, así que esta vez no me podía negar y por eso estaba aquí tratando de encontrar mi casillero con mi uniforme, entre todo el mar de personas que no me dejan pasar. Joder.

Tanto había pasado desde que saque un libro de ahí que se me había perdido de vista.

Con respecto a los estudiantes, sus comportamientos pasaron a tomar un giro realmente grande, los hermanos hasta eran esperados desde la entrada con un saco de gente alrededor, ambos tomaron el reino, lo sabía perfectamente, la gente solo los veía para admirarlos, todos trataban de hablarles pero al parecer los mellizos no iban en ese plan, dejaban a más de uno con la palabra en la boca, lo que para la mayoría los hacia más interesantes y ni hablar de las chicas con respecto a Ian o los chicos con Irene, todos hacían sus apuestas por quien tendría a ese ángel en su cama.

Tan estúpido.

Parecía que todos andaban un maldito chip en la cabeza que solo repetía una y otra vez "Admiremos a los perfectos gemelos aunque nos ignoren"

Era hasta enfermizo.

Seguí buscando el jodido casillero pero al parecer se me había confundido o tal vez se me había olvidado donde estaba con tanto pensamiento que merodeaba en mi cabeza y me jodí aún más

Suspire y note como toda la gente ya se estaba desapareciendo hacia la salida y finalmente me quede completamente solo, así que me aliente y empecé a probar la contraseña con todas las puertas hasta que una pequeña de arriba se abrió de golpe haciéndome retroceder

Joder, este casillero tenía la misma contraseña que el mío. Que rar...

Mierda.

Este era mi casillero. 

Rebusque entre las cosas y sí, todo estaba como lo había dejado solo que mi uniforme esta vez ya olía a limpio

Me relaje por milésima vez después de todo la semana y me dije mentalmente que esto no era nada, agarre algunas cosas que no cabían y las metí en la bolsa junto mi uniforme para después cerrar el estúpido y anticuado casillero de un manazo.

Ahora era tan insignificante que ni me habían notificado el cambio de casillero

Si no hubiera dado con el de pura casualidad, seguiría como idiota probando uno por uno entre la cantidad de puertas que habían solo en este pasillo.

Me decidí ignorarlo lo mejor que pude y me encamine hacia la cancha, ya se me estaba haciendo tarde, trate de buscar con la mirada a Joe y a Liam pero lo más seguro es que ya estuvieran allá listos...

─ ¡Mierda!

Maldecí cuando una chica salto en frente de mí obstruyéndome la pasada y que casi hiciera que tirara mis cosas.

─Hola, Sean ─ dijo Ivonne sonriéndome de una manera escalofriante. Que susto de chica.

─ Hola ─ Trate de esquivarla pero de nuevo puso su culo enfrente obstaculizandome el paso. Joder, que llegaba tarde

─ Quería saber por qué te fuiste tan de repente de la fiesta de Keith, la semana pasada, Sean. Eh tratado de llamarte pero no me contestas el celular ─ Que pesada se había vuelto, lo eh notado estos últimos días.

¡Adiós, reputación!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora