11.

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─ Así que... ¿Son hermanos? ─ pregunto del otro lado de la pequeña ventana una señora incrédula

Yo lo estaba

Todos en el salón lo estaban

Menos Irene que pretendía que alguien iba a hacer tan ingenuo para creérselo

─ Si, lo que pasa es que no nos soportamos así que nuestros padres adoptivos nos trajeron aquí a convivir, usted sabe ─ rió nerviosa ─ Por eso necesitamos dos habitaciones muy separadas, si puede a cada extremo sería mejor

Yo seguía viéndola y a la vez tratando de no soltar la mayor de las carcajadas

─ Ya les dije que solo les puedo dar una por pareja, esto es un motel y además hay una fila enorme detrás de ustedes que tal vez también manejaron más horas y necesitan descansar urgentemente, así que si no quieren lo que les ofrezco, pueden ir a buscar otro lugar

Uh

Al parecer el encanto de Irene no producía aquí

─ Señora, le pagaremos lo mismo o más por las dos habitaciones, por favor, las necesitamos

Joder

Ya me estaba molestando eso de rogar y eso que no era yo el que discutía contra la terquedad de la señora

─ Ya les dije lo que les podía ofrecer, niña ¿Acaso es sorda? ─ Mierda ─ Estos niños que solo quieren hacerme perder el tiempo...

Estuve a punto de hablar cuando Irene exploto e hizo sobresaltar a todos  cuando golpeo la encimera con las manos haciendo un estruendo y un silencio vacío en toda la sala

─ Mire, señora. Si doy respeto espero recibir exactamente lo mismo así que no voy a tolerar alguna ofensa de su parte ─ Se acercó a la señora intimidante y sonrió ─ Pero está bien, nos iremos ─ Tomo la maleta y se paró dramáticamente ─ Por si acaso le llegan algunas quejas de la falta de respeto y servicio al centro turístico del país o lee alguna publicación en la página oficial de recomendaciones de moteles del continente, no se asuste, fui yo y todos mis amigos que se dedican a esta área ¿bien?  Y si me disculpa, espero no verla nunca más ─ casi grito saliendo con mi maleta

Como toda una diva malcriada

Me tomo un momento reaccionar hasta que note como todos los clientes ya estaban hablando entre si y mirando mal a la señora, ella aún estaba en un peor parálisis que el mío pero reacciono a tiempo y ya preocupada y desconcertada salió corriendo desde la cabina hacia el pasillo donde se había ido Irene 

Bufe y por un momento reí del show desprevenido de ese ángel, si que era inteligente y audaz, sin embargo muy ingenua para sobrevivir en este mundo

Me senté en el sillón cómodamente mientras sentía la mirada de todos los presente sobre mí, seguro preguntándose porque estaba tan relajado por tal escena y suspire, solo tenía que esperar, sabía que Irene se la ingeniaría para conseguir las habitaciones

Lo bueno era que ni siquiera habían pasado veinticuatro horas y poco a poco salía su personalidad real, en una situación desesperada no podía seguir siendo un correcto ángel, nadie podía.

Así que este plan estaba dando resultados rápidamente y esto me encantaba

...

─ ¿Así que debo de respetar a los mayores y tú vas y les gritas diciéndoles de hasta de lo que se van a morir? ─dije exageradamente mientras tomaba la maleta y caminábamos por el pasillo con llaves de dos habitaciones en mano

¡Adiós, reputación!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora