Alex Roberts el Guitarrista mas Grande de Todos los Tiempos

6 La Tragedia En Manchester

Bueno primero que nada quiero agradecer a todos los que me han leído y aun mas a los que aun esperan que suba capitulo. También quiero pedirles una disculpa por tardar tanto en escribir pero la facultad y las tareas me lo impiden mucho. Aquí un nuevo capitulo extremadamente corto pero es solo una preparación para subir el próximo que será mucho mas interesante. 

Saludos! 

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Me encontraba forcejeando con un hombre muy fuerte en el azotea de un edificio enorme en Nueva York, un empujón muy duro y un pisotón en falso fueron los culpables de que me encontrara en caída libre a toda velocidad, moriría al impactar contra el piso, todo pasaría en menos de un segundo cuando de pronto di un salto y abriendo los ojos me di cuenta que estaba  a punto de caer de mi cama, siempre he odiado este tipo de sueños porque mi pulso se acelera bastante y siento que mi corazón se quiere salir de mi pecho, en fin, tome aire y una vez tranquilizado mire el reloj de manecillas que estaba sobre la ventana y caí en cuenta de que eran las 11 de la mañana, por un momento pensé que ya no funcionaba, pero luego recordé que había estado despierto hasta casi el amanecer, en ese instante recordé que justo a mi lado tenía mi guitarra y no pude evitar esbozar una sonrisa al ver que aquel instrumento no era solo un sueño, la tome y una vez más logre ver mi rostro reflejado en la madera finamente pulida, pero algo no andaba bien, ya era muy tarde y mi madre no había subido a despertarme, y tampoco me había llegado ese deliciosa aroma que solía filtrarse a mi cuarto los domingos en la mañana, deje mi guitarra a un lado y me dispuse a bajar.

Cuando entre a la cocina me sorprendí al ver que mi madre estaba en la alacena parada sobre una silla como buscando algo, sobre la mesa estaba una caja de cartón con algunos papeles y joyas dentro, por un lado una maleta y un álbum de fotos.

- ¿Que sucede aquí mamá?

- Nos vamos Alex, toma solo las cosas importantes que tengas en tu habitación y espérame en la sala.

- ¿Pero por qué? ¿De qué se trata todo esto? Es una broma verdad, no podemos dejar esta casa nomas porque si, ¡explícame que es lo que sucede!

- No hay tiempo Alex, haz lo que te digo y te explicare en el camino.

Hice lo que mi madre me pidió, subí a mi habitación, tome las cosas importantes y por su puesto mi guitarra nueva, baje a toda velocidad y cuando pase por la cocina vi que mi madre estaba cerrando la caja, me adentre en la sala y ahí estaba mi abuela, pero me sorprendió ver a un hombre que jamás había visto, cuando se percató de mi presencia inmediatamente clavo su mirada en mi rostro, y al instante yo pregunte.

- ¿Quién es usted?

Aquel hombre no alcanzó a contestar mi pregunta o más bien, creo que no la pensaba contestar, cuando mi madre entró a la sala interrumpiendo aquella escena, se acercó hacia él, dejó la maleta por un lado y le dio un modesto abrazo, solo alcance a escuchar estas palabras de la boca de mi madre.

- Gracias de nuevo Martin, no tienes idea de lo agradecida que estoy contigo.

Hice recuento en mi mente y me quedé atónito, ¿Acaso no era aquel hombre la mano derecha de mi padre, el que había estado enamorado de mi madre todo el tiempo y el mismo que la ayudo a escapar hace 15 años?

Subimos a un auto negro que nos esperaba afuera, el chofer subió las maletas a la parte trasera del coche y arrancamos con rumbo al sur de la ciudad, solo vi alejarse mi casa, y Martin quedándose en la banqueta mirando hacia el carro en donde abandonábamos la calle.

- Como te pudiste dar cuenta, tu padre está en Liverpool, fue el quien te mando la guitarra con Martin y la puso en tu cuarto, pensé que jamás nos hallaría pero veo que se dio sus artimañas para encontrarnos, por eso te saque rápidamente de aquella multitud cuando estabas viendo el edificio en Liverpool, supuse que estaría lleno de gente de tu padre y quise escapar, cuando llegamos a Whiteheaven y tu subiste a ver el obsequio, tu abuela me hablo de la presencia de Martin.

Lo que tu padre ignora es que Martin esta de nuestro lado desde hace mucho, entonces, una vez más nos ha ayudado a escapar.

- Y ¿A dónde nos dirigimos? – pregunte en voz baja

- No lo sé pero tenemos que escondernos

Lo que se habló durante aquel viaje, en realidad fue muy poco, en nuestras mentes cruzaban todo tipo de pensamientos confusos acerca de nuestro futuro, irónicamente no sabíamos lo que se avecinaba, entrando a Manchester a las orillas de la ciudad, sucedió algo que no quisiera recordar siquiera.

- ¡Alex!

Fue lo último que alcancé a escuchar de aquella dulce voz que jamás olvidare, todo se tornó al revés y de una forma muy violenta, atravesé la el cristal de aquel carro negro impactando contra el suelo y dejándome inconsciente.