Parte 9

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Pasaron horas desde que estoy aqui en esta jaula no he hecho otra cosa que no sea llorar acostada en el futon. El ruido de la puerta de la jaula abriendose me puso en alerta, unas chicas entraron dentro de la jaula, una llebaba unas toallas y la otra algo de ropa para mi.

-Por favor señorita desvistase y metase en la bañera.

Con la cara roja de la verguenza me quite la ropa que traia y me meti en la bañera, las chicas me miraban con pena mientras me aseaban. Despues de salir de la bañera, me secaron el cuerpo y me pusieron la ropa que traian. Era un vestido muy corto  abirrto por los laterales, estaba muy señido a mi cuerpo.

Dos hombres corpulentos trajeados me sacafon de la jaula cuando las chicas se retiraron, me llevaron por unos pasillos, pasamos varias puertas hasta que nos detuvinos en una puerta doble. La abrieron y me empujaron dentro haciendo que cayese al suelo.

-Tenga cuidado con ella, no quiero ninguna marca en cu cuerpo.
-Si señor.
-Retirense.

Fei long se acerco a mi y me extendio la mano para ayudarme a levantarme, me llevo a unos sogas que habia alli y me hizo sentarme en su regazo. Una de sus manos se poso en mi muslo y empezo a acariciarlo.

-¿Que vas a hacer conmigo?
-De momento nada solo disfrutar de tu compañia, ahira eres mi gatita y yo soy tu amo. Y como tal debes obedecer a todo lo que te diga si no te ira muy mal, puede que deje que mis hombres te violen o que te venda a algun viejo al que le guste los faunos como tu. Lo mas problabe es que llenen tu cuerpo con drogas y lo unico que querras sera morir a seguie en ese infierno.

Su rostro decia que no debia ir en su contra, eche mis orejas hacia atras totalmente espantada. Empece a temblar y a soltar lagrimas, baje la cabeza.

-No te preocupes, si haces lo que digo cuando lo digo no te pasara nada e incluso te trate como a una reina.

Me puso un collar rosa en mi cuello, de el colgaba una placa y un cascabel.
Lo mire extrañada.

-Eres mi gatita, acurrucate en mi oecho y abrazame.

Hice lo que me pidio, le abrace apoyando mi cabeza en su cuello. Me acariciaba el pelo y la espalda.

-Eso es, buena chica.

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