1-. Tinta seca

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Soldado, sigue marchando. Cabeza baja hasta que el trabajo esté terminado. Esperando en el sol de la mañana, soldado, sigue marchando.

Cabeza en las cenizas, pies en el fuego. Trabajando hasta el final de la medianoche. Para escuchar ese coro de ángeles. No tienes a donde huir.

¿Quieres una prueba de esa tierra prometida? Tienes que quitarte la suciedad de las manos. Cuidado, hijo, tienes planes de soñador. Pero es difícil levantarse.

1-. TINTA SECA



Para la negligente cantidad de comida que ingirió en el desayuno y tomó gran parte de su voluntad, aquella era una copa de vino escandalosa, y que se había sentido idílica cuando bajó por su garganta y asentó en el estómago derramando allí una corriente de calor.

En su sala de Logística las ventanas se encontraban abiertas y las cortinas apenas se balanceaban. El inclemente clima del día calaba sobre todos los presentes sentados en aquella extensa mesa, pues ningún sirviente tenía permitido entrar hasta que se solicitara su servicio, mientras uno de los consejeros explicaba una ruta en el mapa de la civilización.

Las tres sillas principales del lugar, aquellas imponentes y con reposa brazos, encontraban una ausencia notable. Dos coronas se hallaban trazando las acciones a tomar en los próximos días, qué serían cruciales para el porvenir de la nación, y una resaltaba por su ausencia.

Louis lamentó que Zayn ignorara la cita que los Consejeros acordaron para esa tarde. Lo esperaron hasta que la primera copa se consumió, y comprendieron que no tenía intención de aparecer y ser parte de las decisiones. El duelo era un asunto difícil y complicado para un alfa que estuvo enlazado por tanto tiempo y además tuvo la oportunidad de ser padre. Nadie tenía el conocimiento o la seguridad de predecir cuándo la tristeza abandonaría el alma del monarca y le quitaría semejante peso de encima. Y como apenas podía imaginar su dolor, Louis optaba por evitar ejercer presiones sobre él. Era una empatía que no podía dejar de sentir.

Danielle suspiró con frustración y dejó caer las manos extendidas sobre la mesa cuando el consejero de pie terminó su discurso. Uno que no sería aprobado, claramente.

Ella no estaba de acuerdo con fingir tranquilidad o no contraatacar de manea disimulada.

-El silencio es tan grave como un escándalo, lord. -La voz de la princesa fue firme en contraposición del desinterés en su mirada hacia el anciano que terminaba de exponer su predicción de los hechos-. Dígame qué depredador ataca a su presa advirtiendo su actuar

El anciano vaciló un instante, y cuando pareció dar con una respuesta decente, fue interrumpido por la princesa nuevamente.

-Precisamente, le agradezco que probara mi punto.

Desde la correspondencia que recibieron de Vitrum Maritima aquella noche, se decidió en una sesión urgente del Consejo contener las noticias todo lo posible. Cabía una posibilidad que esa amenaza de hostilidades entre naciones sólo fuese un amedrentamiento por parte del rey Damon Cox para dar una falsa ilusión de poder ante el resto de gobernantes, incluso frustrar algunos pactos comerciales de Aurea para así obtenerlos para su propio reino. Y Louis no la tomaría en serio, realmente no agotaría su tranquilidad en una nación que él mismo tuvo que auxiliar para no sucumbir a la miseria económica tras el fallecimiento de su soberano anterior, de no ser por tres razones que le arrebataban el sueño por las noches.

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