ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ
Lydia Martin daba todo por salvar una vida. Era su vocación. Una pasión indiscutible por su trabajo como doctora y un buen corazón eran las cosas que más la caracterizaban; pero normalmente la gente buena debe enfrentarse a situaciones difí...
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SEMANA 8
ERA UNA LOCURA. No entraría en la cabeza de nadie en su sano juicio. El pensamiento había recorrido fugazmente su mente hace unos días y a partir de ese momento no había dejado de hacer eco en su cabeza. Fue rápido. Fue corto. Fue preciso. Duró un segundo y ocurrió cuando lo vio a los ojos.
"Estoy enamorada de él."
Ni ella se lo esperaba. No sabía de a donde había salido. Pero esta nueva revelación que ella misma se había permitido hacer aclaraba muchas cosas, como por ejemplo, por qué su cuerpo temblaba cada vez que Mitch hablaba de irse de allí.
¿No volvería a verlo? ¿Se iría así sin más? ¿Debería arriesgarse aún más con él para intentar de alguna manera que no desaparezca por completo?
Mitch tenía las mismas dudas. Él estaba bien antes de que todo esto empiece. No en paz, no tranquilo. Bien, normal. No tenía a nadie y tampoco lo necesitaba, y eso era lo correcto en una vida como la que él tenía.
Pero lo de Jack tuvo que ocurrir y Lydia tuvo que salvarlo. Y él tuvo que verse arrastrado por un torbellino de emociones que había jurado enterrar para siempre.
Ahora que faltaba poco para recuperarse del todo, la necesidad de tomar la decisión estaba cada vez más cerca. Y le aterraba.
¿Volvería a verla? ¿Se iría así sin más? ¿Desaparecería por completo?
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LYDIA TOMÓ EL CELULAR que vibraba en su bolsillo. El ID anunciaba la llamada de Allison.
—Has estado desaparecida —le reprochó divertida —¿Asumo que estas saliendo con alguien?
—Lydia, ojalá —dijo la voz de su amiga del otro lado del teléfono —He estado tapada de trabajo y con mi jefe pisándome los talones. No puedo esperar a las vacaciones.
