MITCH TOMÓ uno de sus mechones de pelo rebeldes y lo colocó detrás de su oreja, mirándola a los ojos. Tenían algo diferente, algo que Lydia no había visto nunca en ellos: inseguridad.No estaba segura de si era porque iba a contarle su pasado o por la conversación que acababa de tener con el muchacho en la sala de estar de su casa, pero ahí estaba. Podía verla de forma clara, cosa que no solía suceder cuando se trataba de él.
La pelirroja frotó sus sienes mientras él se acomodaba a su lado, sintiendo un molesto dolor de cabeza. Había pasado por tantas emociones que era obvio que su cerebro no iba a aguantar más. Había estado feliz, estresada, ansiosa, confundida, preocupada, aterrada. La situación la superó.
—Sabes, si no fuese el hombre más buscado del país, iría a comprarte helado —soltó Mitch con una muy leve sonrisa, intentando alivianar la tensión en la habitación.
Lydia frunció el ceño —¿Por qué?
—Siempre que te sientes mal te compras helado.
Ella sonrió, sorprendida de que él lo haya notado —No te creo. No hay manera de que Mitch Rapp sea ese tipo de hombre que sale a comprar helado por ti a la madrugada.
—Hay muchísimas cosas de mí que no creerías, Lydia.
En eso sí que le creía. Para ella, era sabido que jamás dejaría de conocerlo -Si, tal vez había logrado descifrar el código de su mirada y aprender a leerla; tal vez le había prestado tanta atención a sus reacciones que ya sabía la manera que tenía de actuar frente a diferentes situaciones; pero Lydia sentía que jamás, jamás llegaría a conocer por completo a Mitch.
Podría besarlo. Podría abrazarlo. Podría acostarse con él todas las noches. Pero el alma del misterioso hombre frente a ella parecía algo demasiado profundo y complejo para este mundo.
En cierto punto, eso fue lo primero que notó en él. Y también lo primero que le atrajo.
—Lo soy, o al menos lo era.
Ella no podía dejar de mirarlo confundida —¿Por qué lo eras?
—¿Quieres saber por qué me uní a la CIA? —le preguntó, empujándose con sus manos hasta el respaldo de la cama y recostándose en la pared. Su actitud era indiferente, pero algo dentro de ella le dijo que era una pantalla, una total mentira. Él estiró un brazo, incitándola a acercarse y a apoyar la cabeza en su pecho. Eso fue exactamente lo que hizo, encantada con poder escuchar los latidos de su corazón —Mis padres murieron cuando era niño, en un accidente de autos —comenzó, y Lydia automáticamente alzó la mirada para verlo sorprendida y llena de dolor.
ESTÁS LEYENDO
I THINK I LOVE HIM, mitch rapp. ✓
Fanficᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ Lydia Martin daba todo por salvar una vida. Era su vocación. Una pasión indiscutible por su trabajo como doctora y un buen corazón eran las cosas que más la caracterizaban; pero normalmente la gente buena debe enfrentarse a situaciones difí...