-Ves, no es tan difícil-dijo Hoseok mientras me miraba desde atrás apoyado en la pared como colocaba cada ropa en su montón. La ropa se dividía básicamente en la ropa de salir día a día la cual se colocaba doblada junto a los vaqueros, y la ropa mucho más arreglada, que puede a llegar a doblarse o a estropearse se colocaba en la barra de metal gracias a las perchas. Era simple y básico mientras solo había pocos clientes pero cuando comenzó a llenarse aquello de personas con prisa, gotas de sudor caían por mi frente. ¿A quién se le ocurrió la magnífica idea de empezar a trabajar justo en rebajas? Como sea creo que me salió bastante bien. A cada cliente nuevo le saludaba amablemente con una sonrisa y le pregunta la cantidad de prendas que llevaba para seguidamente entregarle la tarjeta con el numerito dibujado y así nos asegurábamos de que entraban y salían con el mismo número de prendas. Cuando salían, Hoseok les saludaba y recogía la tarjeta y las prendas que no se iban a llevar para tirarlas a un gran montón para después, con algo más de calma poder doblarla. Había dos posibilidades para que nos diera tiempo a colocar cada prenda en su montón, que todos los probadores estuvieran ocupados o que la gente nos dejaba un respiro, ¡había personas que llevaban hasta quince prendas! Yo con suerte elijo tres.
Una vez que llegó la hora de cerrar, Hoseok me ayudó a colocar cada camiseta, pantalón y vestido en su lugar y así poder salir mucho más rápido. Nunca pensé lo estresante que podía ser esto aunque en el fondo, me sentía feliz y realizada por primera vez. Con suerte los exámenes esa semana habían acabado y las tareas las hacía siempre en las horas libres que tenía y sí todos los días tenía al menos una hora libre. Esto se debe a que podías elegir diferente talleres a principios de curso pero ninguno captaba mi atención, ¿dónde estaba el taller de lectura? Siempre existía uno pero por desgracia cuando llego yo no hay, ¿qué hace la gente de hoy en día?
Terminamos de una vez y nos dirigimos hacia las taquillas para tomar cada uno sus respectivas mochilas etc. Como era de esperar, mi estómago me decía que estaba muerto de hambre y como Hoseok lo escuchó decidió invitarme a un dulce mientras que caminábamos de camino a casa.
-Y cuéntame, ¿qué te gusta hacer?-le pregunté mientras le di un mordisco a mi dulce.
-Bueno me gusta bailar, cantar y rapear-dijo rascándose tímidamente la nuca.
-¿Lo dices en serio?-dije realmente sorprendida, ese chico lo tenía todo.
-¡Sí! Incluso tenía un grupo con unos chicos pero cuando íbamos a hacer la audición para entrar a la empresa de tu hermano, mm... bueno, nos separamos- su voz sonó algo triste.
-¿Por qué?-dije totalmente interesada sobre el tema.
-Bueno, yo decidí dirigirme hacia el mundo del baile mientras que uno de ellos decidió debutar en solitario, jum... Namjoon decidió quitarse del mundo de la música. Bueno pero ahora estoy en una escuela de danza, la verdad es que me encanta.
-¡Que guay! ¡Espera! ¿Namjoon?-dije totalmente sorprendida.
-¡Sí! ¿Lo conoces?
-Es una larga historia y, ¿quién más estaba en tú grupo?-le di otro mordisco al dulce.
-Pues Yoongi, Jungkook, Taehyung, Namjoon y yo-dijo de manera desinteresada pero mi cabeza casi explotó. ¡Ay, Hoseok! Tú y yo tenemos que hablar...
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The Kidnapping
FanfictionSiempre he oído que no debería andar sola por las calles oscuras, que tenga la llamada de emergencias preparada porque me podían secuestrar, sin embargo nunca pensé que me secuestrarían ni tampoco pensé que un secuestro podía ayudarme.